La casa en la que vivió el mítico guitarrero almeriense abre sus puertas al público tras un proceso de musealización

La guitarra española es un instrumento clásico que forma parte de la historia viva de nuestro país y que, además, se ha convertido en todo un signo de distinción.

Es por este motivo que figuras como la de Antonio de Torres, “padre” de este modelo tan significativo, cobran especial relevancia. Como tenemos la suerte de que era almeriense, contamos con un par de lugares para visitar en su honor dentro de la capital y empaparnos con su historia.

Casa Museo Antonio de Torres | María del Mar Ramón/QVEA
Casa Museo Antonio de Torres | María del Mar Ramón/QVEA

Uno de ellos, que vuelve a ser visitable, es la casa (ahora musealizada) del célebre guitarrero. Tras permanecer cerrada al público durante años, vecinos y visitantes ya pueden disfrutar otra vez de la Casa Museo Antonio de Torres, un mágico rincón en el que se respira arte e historia de la guitarra española.

La casa de La Cañada en la que Antonio de Torres vivió durante una gran parte de su vida y en la que, además, pasó sus últimos días, es también la singular testigo de la creación de muchas de sus piezas.

Ahora, este espacio se ha convertido en un encantador museo-taller que le rinde homenaje y que es una visita imprescindible para todo amante de la historia y, en especial, de la guitarra.

Antonio de Torres, el reinventor de la guitarra española

Antonio de Torres Jurado nació en La Cañada de San Urbano en 1817. Posteriormente se trasladaría a Vera, y las investigaciones apuntan a que fue allí donde iniciaría su formación en la construcción de guitarras tras años trabajando como carpintero.

Su vida transcurrió a intervalos entre Almería, Granada y Sevilla, huidizo dentro del agitado contexto español de la segunda mitad del siglo XIX. Sus aportaciones en el ámbito de la construcción de instrumentos y su poco miedo a innovar no tardaron en dar sus frutos.

Vitrina de guitarras. | María del Mar Ramón/QVEA
Vitrina de guitarras. | María del Mar Ramón/QVEA

Tomando como base la construcción de la vihuela de mano española, Antonio de Torres ha pasado a la historia de la música por fijar una nueva concepción del modelo de guitarra. Esta es conocida a día de hoy como guitarra de concierto o guitarra clásica española.

Sabemos que el guitarrero fabricó sus instrumentos a lo largo de dos periodos diferenciados. El primero, de 1852 a 1869, transcurrió en Sevilla. Sería allí donde entablaría amistad con el guitarrista, también almeriense, Julián Arcas. Guitarrero y guitarrista forjaron una gran relación y sus respectivos trabajos comenzaron a estar estrechamente unidos.

El segundo periodo, de 1875 a 1892, trajo a Antonio de Torres de vuelta a Almería. En él, comenzó a numerar sus instrumentos y es por ese motivo que sabemos que llegó a fabricar hasta 155 guitarras. Aunque esta lista se vaya ampliando de cuando en cuando, cuando algún nuevo instrumento con su firma aparece de forma casual en algún domicilio particular.

Entre sus aportaciones, además, Antonio de Torres renovó la llamada guitarra de tablao, es decir, la guitarra flamenca decimonónica. Sus innovaciones fueron seguidas y llevadas a la practica por la mayoría de constructores, desde la escuela madrileña a la alemana, pasando también por Estados Unidos.

A lo largo de su vida, el lutier llegó a proporcionar guitarras a los concertistas más importantes de finales del siglo XIX y principios del XX, como José Rojo, Paco de Lucena, Francisco Tárrega, Miguel Llobet o el ya mencionado Julián Arcas, entre muchos otros.

La Casa Museo Antonio de Torres

Ilustración de una de las guitarras. | María del Mar Ramón/QVEA
Ilustración de una de las guitarras. | María del Mar Ramón/QVEA

La Casa Museo Antonio de Torres se encuentra dividida en dos plantas en las que se respira arte y cariño por el instrumento de cuerda.

En la planta de abajo, tras pasar el vestíbulo, nos encontramos con la zona perteneciente a la Peña Flamenca creada en su honor y que lleva su nombre.

Las paredes se encuentran ornamentadas con fotografías e ilustraciones tanto de la peña como de Antonio de Torres y sus instrumentos. En ellas, el culto a la guitarra puede respirarse a través de cada uno de sus rincones.

Recreación del taller de Antonio de Torres

En la planta de arriba, por otra parte, se encuentra el tesoro oculto de esta casa: una recreación del taller de guitarrero que Antonio de Torres poseía en aquel mismo lugar, y entre cuyas paredes se encerraba a fabricar guitarras en soledad.

Recreación del Taller de Antonio de Torres. | María del Mar Ramón/QVEA
Recreación del Taller de Antonio de Torres. | María del Mar Ramón/QVEA

Pese a que no ha sido posible conservar los moldes originales, ni tampoco las plantillas y herramientas que pertenecieron al lutier (tres de estas piezas sí que se encuentran exhibidas a día de hoy en el Museo de la Guitarra de Almería que también lleva su nombre y situado a espaldas de la plaza de la Catedral de Almería), Juan Francisco Salvador Giménez, el biznieto de Torres, aportó esta cuantiosa donación proveniente de su propio taller, el cual goza de un gran prestigio en países como Japón.

En el taller recreado dentro de esta Casa Museo podremos admirar desde un banco de carpintero hasta moldes, planos, plantillas y maderas, además de piezas a medio hacer. Toda clase de elementos que son utilizados en la elaboración de guitarras y que crearán en el visitante la sensación de estar frente a un estudio real.

Además, expuestas en esta misma planta, encontraremos algunas guitarras creadas por el propio biznieto, a lo largo de una gran vitrina también cedida por este.

Cuándo ir y cómo llegar a la Casa Museo Antonio de Torres

Podemos visitar la Casa Museo Antonio de Torres todos los sábados del año. El horario de verano (del 1 de junio al 30 de septiembre) es de 10:30 a 13:30 y de 18:00 a 21:00 horas. Con horario de invierno (del 1 de octubre al 31 de mayo) será visitable de 10:30 a 13:30 y de 17:00 a 20:00 horas.

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Una bonita forma de llegar a la Casa Museo Antonio de Torres es pasando por la plaza de La Cañada, que también lleva su nombre. En ella, además, podremos admirar el monumento que se encuentra expuesto en su honor.

En el centro de la plaza, donde también se halla la iglesia del barrio, encontraremos la simbólica fuente con el busto del guitarrero. Le acompaña una gran figura de ‘La Leona’, una de sus guitarras más célebres, perteneciente también a su amigo Julián Arcas, coronando el conjunto.

Monumento en la plaza Antonio de Torres. | María del Mar Ramón/QVEA
Monumento en la plaza Antonio de Torres. | María del Mar Ramón/QVEA

Tras visitar el monumento, bajaremos por la Carretera de Níjar y, tras girar a la derecha, nos adentraremos en la calle Real. Caminaremos por esta hasta dar con la Casa Museo Antonio de Torres, en el número 58, cuya fachada no nos pasará desapercibida.

Dónde comer tras visitar la Casa-Museo Antonio de Torres

Tras la visita a este rincón tan emblemático, podemos dar un paseo por La Cañada y quedarnos a comer. Una parada que nos queda muy cerca, si salimos de vuelta hacia la Carretera de Níjar, es el New Zirok’s.

En este bar, situado junto al Mercadona de La Cañada, son muy populares la pota a la plancha y sus famosas y copiosas parrilladas de pescado.

Como la Casa Museo Antonio de Torres solo la podremos visitar los sábados, sería recomendable que reservásemos mesa de antemano, pues durante el fin de semana lo encontraremos concurrido.

El Pabellón de Historia Natural, situado en el Campus de la Universidad de Almería (UAL), reabre sus puertas

El Pabellón de Historia Natural de Almería es joven, pero la necesidad de un atractivo de este tipo en la capital lo han consolidado rápidamente como una de las actividades destacadas en la visita a Almería.

El centro nace a través del Centro de Investigación de Colecciones Científicas de la Universidad de Almería (UAL), CEOUAL. Este fue creado en 2015 con la intención de aunar las colecciones existentes en la provincia de Almería, tanto de particulares como de investigadores de la propia Universidad, en cuyo Campus se sitúa.

Acceso al Pabellón de Historia Natural

Pabellón de Historia Natural de Almería. | Tito S./QVEA
Pabellón de Historia Natural de Almería. | Tito S./QVEA

En la entrada del Pabellón de Historia Natural de Almería nos recibe un pequeño jardín con plantas de la zona del sureste del Mediterráneo. Muchas de ellas, marcadas con un pequeño cartel en el que se especifica su nombre común y científico, son fácilmente reconocibles por los almerienses.

Sorprende también, dentro de los tonos ocres y estériles un pequeño estanque en el que algunas flores aportan un tono de color junto con el letrero que da nombre al espacio.

Una vez dentro, llama la atención la presencia de fotos antiguas de una mujer, a la que pronto identificamos como Jimena Quirós, la primera oceanógrafa almeriense y también la primera de España en embarcar en una campaña oceanográfica.

Panel con información de la oceonágrafa almeriense Jimena Quirón. | Tito S./QVEA
Panel con información de la oceonágrafa almeriense Jimena Quirón. | Tito S./QVEA

La científica consiguió el hito de ser la primera mujer contratada por el Instituto Español de Oceonografía (IEO). Implicada también en la política, la almeriense dedicó parte de su carrera a luchar por los derechos de sus compañeras como el acceso a unos estudios o el trabajo remunerado.

Hoy, tras sufrir el cese de su actividad durante la dictadura franquista, su nombre aparece en el primer Pabellón de Historia Natural del Almería junto con el título ‘Descubre las maravillas de la naturaleza’. Unas maravillas que Quirós ya intentó transmitir durante su etapa como docente y de las que hoy día daría buena cuenta, defendiendo, además, el ecosistema natural de la provincia.

Dentro del Pabellón de Historia Natural de la UAL

Una vez dentro del Pabellón de Historia Natural, en las vitrinas el visitante puede encontrar una amplia muestra de aves, plantas, mamíferos, rocas, minerales como la calcita o concentraciones de arenisca. Todos ellos expuestos en una trabajada simulación de su área natural. Sorprende, además, la presencia de maquetas de polen y herbario de la propia zona de la Universidad.

Interior del Pabellón de Historia Natural de Almería. | Tito S./QVEA
Interior del Pabellón de Historia Natural de Almería. | Tito S./QVEA

El paseo contempla un auténtico viaje por nuestros orígenes y el mundo natural que nos rodea, desde microorganismos hasta grandes ciervos o jabalíes, con especial atención a la historia que revelan algunos fósiles.

Existe también una parte dedicada a la paleontología, que cuenta también con una exhaustiva cronología sobre la evolución y lo que podemos aprender de ella; desde los dinosauros y atravesando distintas etapas históricas.

Una de las funciones del museo es también la de concienciar sobre la desaparición de especies propias de la provincia que hoy se han extinguido, como el oso pardo, el lobo, el lince ibérico, la foca monje o el corzo, dedicando una parte del mismo a intentar explicar y concienciar sobre este hecho.

Durante el tiempo que dedicamos a recorrer la primera planta del Museo de Historia Natural, los jabalíes, ciervos, las cabras montesas, el arruí o las aves rapaces como el búho real o el águila acaparan todas las miradas.

Jabalíes en el Pabellón de Historia Natural de la UAL. | Tito S./QVEA
Jabalíes en el Pabellón de Historia Natural de la UAL. | Tito S./QVEA

Exposiciones temporales en el Museo de Historia Natural de la UAL

Una de las novedades que trae la apertura de este museo es la posibilidad de visitar una exposición temporal de conchas del mundo, lo que permite a los más curiosos un paseo por los fondos marinos de África, Asia y el Mediterráneo andaluz.

Continuando con la visita, podemos observar, junto a la exposición temporal sobre conchas y moluscos del mundo, piedras preciosas desnudas como la amatista, oro nativo o rubí.

Sorprende también la zona dedicada a la comparación de georrecursos convertidos en elementos cotidianos como talco, baterías de cualquier elemento electrónico como los móviles o colorantes naturales.

Planta superior del Museo de Historia Natural

El Pabellón de Historia Natural de la UAL, desde la planta superior. | Tito S./QVEA
El Pabellón de Historia Natural de la UAL, desde la planta superior. | Tito S./QVEA

En la planta superior, además de una sorprendente vista panorámica de la primera planta, podemos visitar expositores dedicados a la etnobiología con colmenas, cera de abeja o una antigua quesera de esparto.

Las geocuriosidades ocupan otro espacio importante en la segunda planta y bajo el título ‘Almería marciana’ se da a conocer uno de los últimos estudios en los que la provincia ha sido protagonista.

Así, el prototipo del Rover Exomars, que viajará a Marte como instrumento de la Agencia Espacial Europea fue probado en el sur del Desierto de Tabernas.

El control de la misión se realizó desde Reino Unido y durante el tiempo en el que se desarrolló la investigación, la entidad tomó muestras de rocas de origen volcánico de Almería con el objetivo de hacer una comparativa con aquellas que se recogerán en el subsuelo de Marte.

‘Especies invasoras’ es otro de los títulos de una de las vitrinas y se nos viene a la mente las conocidas como cotorras argentinas, que han formado un enorme grupo entre los edificios y las palmeras del campus de la UAL.

Su incesante cotorreo ha puesto la banda sonora de nuestro paseo hasta el Museo en el que, entre estas especies invasoras, destaca el cangrejo americano o la almeja de río asiática.

La visita finaliza con un espacio dedicado a los programas en los que está inmersa la UAL, como el programa de conservación de lechuzas. En este sentido, en el espacio trabajan con estas aves que, además, cuentan con una zona en el propio campus en el que las alimentan, especialmente, durante su primera etapa vital.

Novedades a partir de septiembre

Entre las novedades de la temporada que se inicia en septiembre de 2023, se incluye el cobro de entrada (durante el mes de julio el acceso fue gratuito).

También la presencia de una ballena en el espacio, para que los visitantes puedan ver y disfrutar a este maravilloso animal desde las dos alturas que conforman el pabellón.

Asimismo, en el Museo de Historia Natural de la UAL se desarrollan también muchas actividades que van desde visitas guiadas hasta talleres. El objetivo es el de mostrar más en profundidad los secretos que esconde el museo y, por supuesto, los misterios de nuestra propia naturaleza y evolución.

Horarios y cómo llegar al Museo de Historia Natural

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El Pabellón de Historia Natural de Almería se sitúa frente al Edificio Científico-Técnico V del Campus de la Universidad de Almería y reabre sus puertas el 11 de septiembre de 2023.

Al Campus de la UAL se puede llegar desde la Autovía del Aeropuerto (AL-12), accediendo por la entrada norte hasta el parking 5, o desde La Cañada de San Urbano, descendiendo por la carrera Sacramento hasta encontrar esta misma zona de aparcamientos. El Museo de Historia Natural de la UAL se encuentra junto a la misma.

Otra manera de llegar es utilizando los distintos autobuses urbanos que recorren a diario el trayecto hasta el Campus de la UAL.

El horario de apertura del Pabellón de Historia Natural es de 10:00 a 14:00 horas y la entrada tiene un coste de 3 euros y gratis para niños de hasta 12 años.

Dónde comer tras la visita

Puesto que el Pabellón de Historia Natural se sitúa en la Universidad de Almería, si hay un lugar ‘clásico’ al que acudir es al Bar Romera del Campus.

El establecimiento ha alcanzado éxito tanto fuera como dentro del ambiente universitario y es recordado por muchos de los estudiantes que pasaron por allí por sus menús, bocadillos y típicas tapas almerienses.

 

El Museo de Arte Doña Pakyta, diseñado por Guillermo Langle y situado en la confluencia entre La Rambla y el Paseo de Almería, sorprende por su estilo vasco y acoge en su interior una buena representación del Movimiento Indaliano

El Museo de Arte Doña Pakyta sorprende al viandante con su singular arquitectura, con sus colores propios del norte y su cercanía al Paseo de Almería, como si fuera una ilusión, como si el casi centenario edificio no debiera estar donde está.

Muchos pasan por la zona provenientes del puerto. De hecho, su cercanía al mar hace que en los días nublados y fríos la brisa traiga el olor a salitre. Otros ven el singular edificio desde la posición privilegiada que les otorga una de las vías más transitadas y conocidas de la capital almeriense.

La casa vasca de Doña Pakyta

Casa vasca Museo de Arte Doña Pakyta. | María Palma Martos/QVEA
El Museo de Arte Doña Pakyta, una ‘casa vasca’ en Almería. | María Palma Martos/QVEA

El espacio acoge al visitante, que puede sentir el calor que hace décadas desprendía la chimenea que preside la entrada y sobre la que saluda Francisca Díaz, la que da nombre al actual museo del arte almeriense de 1880 a 1970.

Doña Pakyta fue una empresaria turística, filántropa y ecologista convencida que decidió donar al Ayuntamiento de Almería la que durante años había sido su casa para transformarla en un museo público.

El Museo de Arte Doña Pakyta es, realmente, una casa vasca, llamada también ‘Casa Montoya’. Así nació y así merece la pena ser recordada, diseñada por el que también fuera padre de los refugios subterráneos de Almería, la antigua estación de autobuses de la capital o la ermita de la Virgen del Mar: Guillermo Langle, quien recibió un encargo en 1928 del empresario Antonio González Egea, suegro de Doña Pakyta.

Su construcción finalizó en el año 1934, justo un año después desde que se retomaran las obras, y sus primeros moradores serían José González Montoya y la propia Francisca Díaz Torres.

Otros de los elementos más característicos del edificio son la enorme y chasqueante escalera de madera situada a la derecha y los azulejos sobre los que pisa el visitante, con formas geométricas y diferentes en muchas de sus salas.

Muchos de ellos, incluso, dejan, momentáneamente, de lado el arte expuesto en las paredes para fijarse en el que tienen justo a sus pies, una amalgama de colores y formas que nos trasladan al arte y sociedad del siglo XIX.

Museo de Arte Doña Pakyta

Museo de Arte Doña Pakyta. | María Palma Martos/QVEA

Las obras expuestas en el Museo de Arte Doña Pakyta comienzan por el siglo XIX y el siglo XX en la planta baja. En este sentido, la primera sala la preside Nicolás Salmerón retratado por José Díaz Molina. En este espacio predominan los colores oscuros, especialmente en algunos retratos.

Llama la atención la realista pintura de ‘El oso’, de Antonio Bedmar Iribarne, y un paisaje pintado por Manuel Luque Soria que bien podría ser un cortijo almeriense con sus características chumberas y sus colores ocre.

Al avanzar comienza a llegar a nuestras pupilas el color de los bodegones y también conocemos a ‘Belén comiendo cerezas’, de Pedro Antonio Martínez Expósito.

Nos acompaña en este viaje de sensaciones el color y las formas de los emblemáticos azulejos que hacen un tándem cromático perfecto con las vanguardias históricas que, sobre las paredes, ven pasar a los visitantes.

El Movimiento Indaliano

Movimiento Indaliano en Museo de Arte Doña Pakyta. | María Palma Martos/QVEA
Sala del Movimiento Indaliano. | María Palma Martos/QVEA

Las viejas escaleras de madera ponen banda sonora a la continuación de nuestro viaje a pesar de estar amortiguados por una moqueta, los pasos del visitante lo conducen hacia la segunda planta en la que el Movimiento Indaliano luce como único protagonista.

Colores tierra, rosados, azul mediterráneo e, incluso, paisajes del interior de la provincia envuelven al invitado de la Casa Vasca.

Por su parte, el Movimiento Indaliano se descubre desde sus orígenes con el retrato del poeta almeriense Villaespesa hasta paisajes reconocibles, como las luminosas terrazas de Almería, las coloridas casas de La Chanca, la Alcazaba de Almería o la captura de algunos momentos de la vida de los almerienses, como el cuadro que deja ver a una pareja en el puerto pintada por Carmen Pinteño.

Qué es el Movimiento Indaliano

El Movimiento Indaliano es un movimiento artístico y cultural que tiene su origen en la provincia de Almería con el objetivo de potenciar y dar a conocer a los artistas locales desde un punto de vista completamente diferente e innovador.

Jesús Pérez de Perceval es considerado el padre de este movimiento que tiene su origen entre los años 1924 y 1963 y que en la “casa vasca” se refleja a través el a producción de los siete pintores que conformaron el grupo inicial: Francisco Alcaraz, Miguel Cantón Checa, Luis Cañadas, Francisco Capuleto, Antonio López Díaz, Miguel Rueda o el ya mencionado Jesús de Perceval.

El Movimiento Indaliano, sin embargo, no estaba conformado solo por artistas. El “grupo indaliano” también contaba entre sus filas con escritores, médicos, abogados y personas con inquietudes culturales como Celia Viñas.

Todos ellos se reunían semanalmente en los cafés y espacios más conocidos de la ciudad y lo que comenzó siendo una tertulia acabó convertido en un grupo de vanguardia que alcanzó su mayor reconocimiento en 1947 con una exitosa exposición en el Museo Nacional de Arte Moderno en Madrid.

Un dato curioso de este movimiento radica en el empleo del Indalo, no solo nombre, sino también como firma en muchos de sus cuadros

Exposiciones temporales en el Museo de Arte Doña Pakyta: ‘La Chanca en el imaginario’

Es en la sala siete, cuando finaliza la el recorrido histórico a través del Movimiento Indaliano, el visitante puede desplazarse a la zona de exposiciones temporales a través de la que fuera la escalera del servicio.

Una escalera estrecha que conduce hasta el ‘Espacio Camina’ donde una exposición sobre el conocido barrio almeriense de La Chanca nos recibe hasta mediados del mes de octubre.

La Chanca en el imaginario‘ son fotografías en blanco y negro que se desarrollan junto con coloridos cuadros que muestran el complejo entramado urbano, social y cultural del siglo XX.

Captan la atención aquellas imágenes de La Chanca tomadas por Carlos Pérez Siquier o su compañero de travesía, Jesús de Perceval, definidos con textos de los escritores Juan Goytisolo y Ángel González.

Las imágenes son un fiel reflejo de un barrio “sin sombras, que parece haberse adueñado de la luz para la eternidad” como diría González durante las décadas de los 50 y los 60 en las que el color blanco de las casas parece entremezclarse con el olor a mar.

Exposiciones temporales en el Museo de Arte Doña Pakyta: Ginés Parra

Finaliza nuestro recorrido por el Museo de Arte Doña Pakyta con un breve paseo por el sencillo universo pictórico de Ginés Parra. Su arte se define como genuinamente ibérico y no solo por la selección de los motivos, sino por la austeridad en las composiciones y las armonías.

Cuando salimos del que fuera hogar de Doña Pakyta, la luz de Almería nos envuelve, tanto que hasta tenemos que cerrar los ojos, quizá para asimilar el viaje de casi cien años por el arte almeriense que acabamos de hacer, dejando atrás, de nuevo, esa Casa Vasca que parece no encajar con la ciudad que lo alberga.

Horarios y cómo llegar al Museo de Arte Doña Pakyta

La Casa Vasca o ‘Casa Montoya’ está situada en un punto estratégico entre La Rambla y el Paseo de Almería. Desde ambas vías se puede llegar al que fuera el hogar de Doña Pakyta y la creación de uno de los arquitectos más reconocidos en la capital.

Se puede, por tanto, acceder a la sede del arte almeriense desde varios puntos, pero si es tu primera vez en Almería o no conoces lugares dónde aparcar lo más cómodo es que aparques en el aparcamiento del Muelle de Levante y accedas a pie y dirección al Paseo de Almería hasta el museo.

El horario actual es de martes a sábado de 10:30 horas a 13:30 horas y de martes a viernes de 18:00 a 21:00 horas y la entrada es gratuita.

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Dónde comer después de la visita al Museo de Arte Doña Pakyta

Si has conocido los inicios del arte indaliano y uno de los edificios más representativos de la capital almeriense no puedes irte de la zona sin probar en el Paseo de Almería el tradicional chérigan de Parrilla Pasaje.

El chérigan es una tapa simple nacida en Almería por el antiguo propietario de este bar, al que apodaban ‘el Sheriff’. Se trata de una tosta de pan fina cortada al bies con base de tomate, ali oli o aceite que puedes complementar con tortilla, atún, pavo o anchoas, que fue bautizada como ‘Sheriff Gun’, que derivó a chérigan.

La textura crujiente de la tapa junto con una refrescante caña de cerveza convierte a este aperitivo en la combinación perfecta para la visita cultural.

Desde septiembre de 2022, el Convento de Las Puras abre sus puertas al público, mostrando sus más de 500 años de historia

El Convento de Las Puras alberga a las vecinas más antiguas de la ciudad de Almería. Durante cinco siglos (el quinto centenario se celebró en el año 2015), sus puertas han estado cerradas a visitantes, acogiendo a una población de monjas de clausura que en algunos momentos ha llegado a rozar el centenar de integrantes.

Hoy en día, por debajo de las siete hermanas, lo que obligaría a su cierre y traslado, el Convento de Las Puras abre al público como forma de sobrevivir. Desde septiembre de 2022, esta pequeña ciudad dentro de la ciudad de Almería es visitable, aunque una parte importante de la misma sigue formando parte de la intimidad de sus habitantes.

500 años de Las Puras en Almería

Hemos empezado diciendo que Las Puras son las vecinas más antiguas de la ciudad de Almería. Os contamos un poco su historia: con la conquista cristiana de Almería y expulsión de los musulmanes que dominaban la ciudad, la Corona de Castilla entregó varios terrenos a don Gutierre de Cárdenas, uno de los grandes jefes militares de los Reyes Católicos. Entre ellos tres pequeñas fincas de recreo (almunias) de tres moros importantes en el barrio de la Musalla.

En su testamento, Gutierre de Cárdenas cedía sus terrenos del casco antiguo a la orden de Las Claras. Sin embargo, a su muerte, su esposa, Teresa Enríquez, se los cedió a su amiga Beatriz de Silva, fundadora de las Concepcionistas Franciscanas en Torrijos (Toledo) para construir en Almería el Convento de Las Puras.

A partir de ahí, a través de donaciones, Las Puras adquirieron una gran cantidad de terrenos en Almería y el Bajo Andarax, convirtiéndose en las grandes propietarias de la provincia. Sin embargo, con el paso de los siglos, las expropiaciones y las desamortizaciones les han reducido sus posesiones al actual convento y el anexo edificio que un día fue Colegio y hoy es sede, en régimen de alquiler, de la UNED.

Cómo llegar al Convento de Las Puras

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La manera más fácil para llegar al Convento de Las Puras es hacerlo desde la Plaza de la Catedral de Almería. Una vez allí, hay que localizar la estatua al Obispo Diego Ventaja y salir de la plaza por la calle junto a ella. A continuación, hay que tomar la primera calle a la derecha y nos encontraremos con la puerta de acceso a la Iglesia. A escasos metros de allí está la entrada para la visita

Otra forma de llegar es desde la Plaza Vieja. Saliendo hacia la Plaza de la Administración Vieja, junto al edificio de la UNED, se puede bajar por la calle Arráez y la peatonal Gutierre de Cárdenas hasta desembocar en la Casa del Poeta Valente, situada a escasos metros del acceso a Las Puras.

Una tercera opción, desde la UNED, es bajar por la calle Cervantes en dirección a la Plaza de la Catedral y seguir las indicaciones anteriores. Por esta última ruta pasaremos por la puerta oficial del convento, a través de la cual se accede al compás y al torno, como ahora después veremos.

Visitar el Convento de Las Puras: horarios y precios

Antes de seguir, os comentamos: el Convento de Las Puras de Almería se puede visitar de lunes a domingo de 11:00 a 14:00 horas y por las tardes de lunes a sábado de 16:00 a 18:00 horas.

El precio general de la entrada es de 5 euros, aunque existen una serie de descuentos para mayores de 65 años o jóvenes de 12 a 18 años (4 euros), residentes en Almería capital o grupos con guía (3 euros).

También se puede adquirir una entrada conjunta para el monasterio y la Catedral de Almería. En este caso, los precios son de 9 euros la general, 8 para mayores y 6 para jóvenes y grupos. En ambos casos, los menores de 12 años entran gratis.

Y un apunte más: al compás y el torno se puede acceder gratuitamente por el acceso principal de la calle Cervantes, siempre que se tenga una causa justificada. También se puede entrar gratis a la iglesia, aunque solamente en horario de misa, pero sin acceso a las demás partes visitables del convento.

Compás y torno: entrada oficial al Convento de Las Puras

Compás del Convento de Las Puras. | Tito S./QVEA
Compás del Convento de Las Puras. | Tito S./QVEA

Antes de entrar a la visita, podemos llegar a la entrada oficial, de acceso libre para los visitantes. El acceso se hace por la calle Cervantes, que comunica la Plaza de la Catedral con la Plaza de la Administración Vieja, entre el hoy CEIP Giner de los Ríos, antiguamente propiedad del convento, y el edificio de la UNED. Allí, una placa conmemorativa de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo de Almería nos recuerda el quinto centenario del convento.

Tocando al timbre, y siempre que tengamos una causa justificada, se puede acceder al compás, antesala del convento, llamado así porque rodea al edificio. Es la entrada oficial y solemne. Por esta entrada llegamos a la Puerta Reglar, que conserva sus elementos originales y que era la puerta oficial para las autoridades. Sobre ella, una de las tantísimas representaciones de la Purísima con la que nos encontramos por todo el monasterio, dentro de una hornacina con concha peregrina y escoltada por dos imágenes de santos, frescos realizados por un tío abuelo de Jesús de Perceval.

De camino al torno, encontramos otra Purísima, esta sobre una columna toscana, y una puerta que conecta con la sacristía. Encarni, una de las monjas de clausura, saluda a través del torno. Este ha sido durante siglos el único contacto de las monjas con el exterior y el lugar donde se comunican con aquellos visitantes que acudían a ellas a por dulces, yemas o encuadernaciones, prácticas que ya dejaron de realizar ante la falta de personal.

Comienza la visita al Convento de Las Puras: el claustro sur

Claustro sur del Convento de Las Puras. | Tito S./QVEA
Claustro sur del Convento de Las Puras. | Tito S./QVEA

Ahora sí, entramos a la parte del convento que era desconocida hasta ahora. Lo hacemos acompañados por el historiador y biógrafo de Las Puras, Antonio Sevillano, y por la calle de José Ángel Valente, para lo que hemos seguido las indicaciones anteriores. En el hall de entrada, nos llama la atención una imagen con tres protagonistas: la Purísima, en el centro, flanqueada por dos mujeres: son Beatriz de Silva y Teresa Enríquez, fundadora y benefactora de Las Puras, de las que ya os hemos hablado más arriba.

Accedemos a la primera gran joya de la visita: el claustro sur, un claustro porticado con un jardín en su interior. A mano derecha, cerrado al público, se encuentra el cementerio en el que reposan los restos de las monjas fallecidas, y que conserva un adintelado gótico original.

Adintelado gótico de la puerta del cementerio. | Tito S./QVEA

La iglesia, abierta al público en horario de misa

Desde el claustro sur, junto a la puerta del cementerio, se accede a la iglesia. Tiene la particularidad de que esta sí se abre al público normalmente, como iglesia que es, en los horarios de misa, pero sin que se pueda acceder desde allí al resto de las instalaciones del convento.

Se trata de una iglesia de una nave, llamadas «de cajón», con dos capillas, una dedicada a la santa fundadora (Santa Beatriz de Silva) y otra privada de la familia Perceval. En el techo, se aprecia un artesonado de escayola que ha reemplazado el original mudéjar.

Retablo y talla de la Inmaculada Concepción. | Tito S./QVEA

El retablo más bonito de Almería

Pero lo que más llama la atención es el retablo mayor, de estilo barroco. Sin ser de grandes dimensiones, sí que está considerado como el retablo más bonito de Almería capital y uno de los retablos más bonitos de Almería provincia, junto con el de la Iglesia de la Encarnación de Vélez-Rubio o el de la Basílica de Oria.

La figura central es la Inmaculada Concepción, una imagen de una talla bellísima, de la escuela de Juan de Mena, que tiene tras de sí una historia un tanto curiosa. Y es que, durante la Guerra Civil, la imagen estuvo oculta en la casa de un magistrado junto a la imagen original de la Virgen del Mar (se hizo una copia de esta que fue quemada). Escoltan a la talla de la Inmaculada dos figuras de personajes desconocidos, y en la parte superior, la imagen de la fundadora, Santa Beatriz, y de San Francisco.

Completan esta Iglesia, que durante la Guerra Civil fue utilizada como lazareto, hospital, almacén y carpintería, una secuencia de cuadros, la mayoría de Antonio Bédmar del siglo XIX.

El coro bajo

El coro bajo, visto desde el interior de la iglesia. | Tito S./QVEA

Junto al altar, observamos a nuestra izquierda una reja que separa la Iglesia del coro bajo, punto desde el cual las hermanas pueden seguir la misa. A su lado, una pequeña puerta da acceso a la cratícula, espacio donde el sacerdote comulga a las monjas.

Para acceder al coro bajo, hay que salir de nuevo al claustro y seguir hacia la derecha. Subiendo unos pocos escalones, accedemos a esta sala, también visitable actualmente.

Refectorio

Nuestra siguiente parada se encuentra al otro lado del claustro, pasando la zona de la crujía, otro de los espacios más bonitos del convento. La crujía separa el claustro sur del septentrional y el obrador, que permanecen cerrados al público. El refectorio ha sido el comedor de las monjas de clausura hasta la apertura de la instalación al público.

En la puerta encontramos una lápida musulmana, encontrada en una de las remodelaciones que ha sufrido el convento. Dentro, una serie de pinturas realizadas por las propias monjas, las más antiguas de todo el interior y la mayoría ya deterioradas, y que representan diferentes escenas bíblicas.

Llama la atención un púlpito situado en uno de los laterales. Desde allí, cada día una de las monjas oficiaba los rezos en las comidas. Ahora, este espacio está abierto al público y las hermanas se han ‘mudado’ a otra estancia del convento.

Planta alta: celdas, sala capitular y coro alto

Salimos del refectorio y volvemos a la crujía. Ascendemos por unas estrechas escaleras de caracol que guardan la leyenda de una aparición del demonio a una monja que acabó tirándose por ellas. Otra opción para subir son las escaleras situadas junto a la puerta de entrada al claustro sur, con materiales originales y a mitad de las cuales podemos ver un ángel exterminador. Son por las que bajaremos más adelante, ya al final de la visita.

Una vez arriba, Encarni vuelve a saludarnos, ahora desde su celda. A lo largo de la galería se disponen las celdas en las que descansan las hermanas. La última de ellas ha quedado como muestra para que el visitante pueda ver cómo son estas pequeñas estancias para el descanso. Una habitación pequeña y sencilla, con apenas una cama, una mesita de noche y armario, forman todo el mobiliario de la misma. Junto a esta celda, una pequeña capilla a la que llaman ‘Oración del Huerto’.

Celda visitable en el Convento de Las Puras. | Tito S./QVEA
Celda visitable en el monasterio. | Tito S./QVEA

Continuamos hasta la Sala Capitular, un gran espacio de reunión para las monjas. En esta estancia es donde se realizan los nombramientos o donde se toman las decisiones más importantes para la comunidad.

Desde esta misma sala, y subiendo por unos pequeños escalones, llegamos al coro alto, visible desde la Iglesia en la parte superior, y en el que destaca la conservación del artesonado mudéjar original, así como un atril del siglo XVI.

Es en esta planta alta, y más concretamente en las últimas estancias, donde se concentra el mayor patrimonio de arte sacro. Los más destacados se encuentran en el coro alto, con representaciones en óleo de Teresa Enríquez y otras de San Francisco o Beatriz de Silva.

Coro alto del convento de Las Puras. | Tito S./QVEA
Coro alto del convento de Las Puras. | Tito S./QVEA

Un paseo por el entorno

Al finalizar la visita al Convento de Las Puras, podemos continuar nuestro paseo por el casco antiguo de Almería acercándonos a la Casa del Poeta Valente o la imagen de San Valentín de la Plaza Campoamor, ambas a escasos metros y en la misma calle. Otra opción es la de bajar a la Plaza de la Catedral, e incluso llegar a la Plaza Vieja por el norte.

En cualquier caso, una parada casi obligatoria en este paseo tenemos que hacerla en la Bodega Montenegro, saliendo en dirección hacia la Catedral y girando a mano derecha, en la Plaza Granero. Se trata de una de las bodegas más antiguas de la capital y no puedes irte sin probar su fabuloso arroz con pulpo o cualquiera de sus tapas de pescado, especialidades de la casa.

Espectáculos de luz, figuras originales, atracciones o portales de Belén en los que no faltan elementos locales para ver en Navidad con niños

De norte a sur y de este a oeste, la provincia de Almería se ha llenado de luz con la llegada de la Navidad. Aunque ya llevamos varios días metidos de lleno en el espíritu navideño, todavía son muchos los días que quedan hasta la venida de los Reyes Magos. Son también, por lo tanto, muchos los sitios que ver en Navidad en Almería con niños. Lugares, en la práctica totalidad de las veces, muy céntricos dentro de cada municipio, de fácil llegada, que abrirán de par en par los ojos de los más pequeños. Lugares, uno por comarca, que seguirán despertando la ilusión de las fiestas navideñas con espectáculos de luz, figuras originales, atracciones o portales de Belén en los que no faltan elementos locales de cada municipio.

Estrellas de Navidad y luces en la plaza de la Catedral de Almería

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Almería capital, por ser precisamente la capital, es la que se lleva la palma cada año con la llegada de la Navidad. Este año, ha instalado una noria gigante en la Rambla (en el Área Metropolitana hay otra noria, más pequeñita, en la plaza de Las Mascaranas de Huércal de Almería), además del tradicional árbol navideño en Puerta Purchena. Pero donde el espectáculo de luces es mayor es en la plaza de la Catedral. Allí, nos reciben dos enormes estrellas de Navidad en un continuo juego de luces, en el que sin duda es uno de los lugares más mágicos que ver en Navidad en Almería con niños en esta época navideña.

Roquetas de Mar cambia el árbol por su faro

Faro de Navidad en Roquetas de Mar. | Ayto. Roquetas de Mar

Desde la carretera de Alicún hacia el Teatro Auditorio, Roquetas de Mar nos presenta un regalo iluminado junto al Monumento a la Peseta en el que podemos meternos para hacernos la foto de rigor. Pero el verdadero ‘regalo’ está una vez llegamos a la avenida de Juan Carlos I, en el parque de Los Bajos. Allí, donde cualquier visitante esperaría ver un árbol de Navidad de enormes dimensiones, lo que encuentra es otro elemento más local y perfectamente reconocible: el faro de Roquetas. Junto a un mercadillo navideño y atracciones para los más pequeños, este imponente faro hace su función: dar luz, no ya a marineros, sino a todos los visitantes que se acercan a Roquetas de Mar esta Navidad.

Fondón: un tren cargado de regalos y un ‘photocall’ de bola de nieve

Tren de Navidad en Fondón. | Alba O./QVEA
Tren de Navidad en Fondón. | Alba O./QVEA

Escalamos ahora por la Alpujarra hasta Fondón. Desde la A-348, la carretera nos deja a las mismas puertas de la localidad, una vez pasado Canjáyar, donde si hacemos una parada previa encontraremos un árbol de Navidad hecho de ganchillo. Pero es Fondón el rey navideño de la Alpujarra Almeriense y uno de los sitios a los que ir esta Navidad en Almería con niños. Esta localidad vuelve a presumir de su iluminación navideña, con más de 250.000 luces que ambientan su plaza estas fiestas. Un tren cargado de regalos, un  prominente árbol, o su cielo iluminado son algunas de las decoraciones que se pueden ver con niños esta Navidad. Además, este año han cambiado su característico corazón por un ‘photocall’ en forma de bola de nieve.

Un muñeco de nieve de lana en Abrucena

Muñeco de nieve de lana. | Ayto. Abrucena

En la comarca de Los Filabres-Tabernas, y dentro de esta en su área correspondiente a Nacimiento, Abrucena ha tirado de originalidad para elaborar un muñeco de nieve. Lo ha hecho, como también un portal de Belén, con pompones de lana de diversos colores. Son más de 6.000 pompones los que han servido para confeccionar esta figura navideña que permite al municipio desmarcarse de lo convencional. Una iniciativa en la que han colaborado tanto los vecinos como desde el Centro Guadalinfo de la localidad y que hacen de Abrucena uno de los lugares a los que ir esta Navidad. El muñeco se puede encontrar a la entrada a la localidad, junto a la Oficina de Turismo, mientras que el Belén de ganchillo se encuentra en la plaza de Andalucía.

Purchena y su Belén Artístico Monumental

Belén Monumental de Purchena. | Ayto. Purchena

El espíritu navideño ha invadido también cada rincón del municipio de Purchena, en el Valle del Almanzora. Tanto, que la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento se ha transformado en un Belén Artístico Monumental, que ha puesto en pie el belenista Carlos Moreno Resina, vecino del pueblo. La obra hace un espléndido recorrido por la historia de Jesús y se puede visitar por las tardes, de lunes a viernes, y también por las mañanas, en fin de semana. Llegar al Belén Artístico Monumental de Purchena es muy sencillo. La Sala de Exposiciones del Ayuntamiento está ubicada en la Plaza Larga número 12, en pleno corazón del pueblo.

Una ruta por los belenes de Vélez-Rubio

Belén de Playmobil de la Hermandad Sardinera. | Lázaro Martínez/QVEA
Belén de Playmobil de la Hermandad Sardinera. | Lázaro Martínez/QVEA

Son muchas las rutas que se pueden hacer por Vélez-Rubio para conocer este municipio de Los Vélez, pero si se hace en Navidad con niños, la más recomendable es la que recorre los principales monumentos del pueblo a través de los belenes que en ellos se alojan. Un recorrido en el que podemos ver un Nacimiento hecho de lana por jóvenes con discapacidad intelectual, un Belén de figuras de playmobil, otro que reúne los principales monumentos de la localidad y otro más en el que quien encuentre cuatro ratones se llevará una bolsa de chuches.

Un Belén Monumental de gran riqueza en Vera

Belén Monumental de Vera. | Víctor Visiedo P./QVEA

Finalizamos nuestra ruta de qué ver en Navidad en Almería con niños en el Levante Almeriense y con otro Nacimiento. Desde hace unos años, el Belén Municipal de Vera llama la atención de miles de visitantes por su monumental tamaño y la riqueza de cada una de sus figuras, elaboradas por los mejores maestros artesanos. Está expuesto en el Convento de la Victoria (calle Juan Anglada, cerca de la plaza Mayor). Es obra de Antonio de Haro y Francisco Gil, y tiene más de 50 metros cuadrados. Está compuesto por unas 250 figuras y cuenta con diferentes multitud de edificios, volúmenes y detalles al milímetro. El nacimiento está abierto por los cuatro lados, favoreciendo la visibilidad y reduciendo las aglomeraciones. 

La Plaza Vieja de Almería, zoco en época musulmana, acoge hoy el Ayuntamiento de Almería y el Monumento a «Los Coloraos», el conocido como ‘Pingurucho’

Las plazas tienen mucho qué decir de las ciudades. Es ese punto de reunión que delata las costumbres de sus habitantes. De eso la Plaza Vieja de Almería (Plaza de la Constitución) sabe más que cualquier otra, zoco como fue desde la época musulmana. Es un testigo vivo de la historia, naciendo casi a la vez que la propia ciudad y no siendo en balde el nombre por el que hoy se la conoce, aunque ha sido llamada de distintas formas dependiendo de la época. Esa es su esencia, sirviendo de reflejo de la cultura de aquellos que la transitaban.  

Casi encerrada en sí misma, sirve sin embargo de puente entre dos puntos clave de la ciudad. Lo lleva haciendo desde hace más de 1.000 años, cuando el califa omeya Abderramán III vio en Almería todo un mundo de posibilidades. Ya entonces conectaba la calle de la Mezquita Mayor hasta Puerta Purchena y la vía de lo que era la medina con el puerto. Hoy sus caminos siguen llevando hasta el pasado, dando una de sus salidas al conjunto monumental de la Alcazaba.

Origen árabe de la Plaza Vieja de Almería

Descanso en la Plaza Vieja. | Esperanza Murcia/QVEA

Resulta mágico imaginar estos lugares en otras épocas. Fantasear con sus vidas pasadas, así como la de las personas que por ella pasaban. Algunos de sus episodios son conocidos, como la celebración de los Juegos de Cañas que allí se hacía -un juego de origen árabe por el que recreaban acciones bélicas que seguían celebrando tras la Reconquista-, los ejercicios ecuestres que se practicaban o, incluso, en tiempos más modernos, las ‘merendillas’ antes de irse de parranda para ver a los toros. 

Es curioso porque podría pensarse que una plaza no tiene nada de especial. Pero hablamos de un lugar que ha resistido las religiones y regímenes políticos que han ido sucediéndose casi desde la fundación de la ciudad. Siempre ha sido un punto de encuentro, reuniendo a distintas culturas, algunas completamente diferentes, a lo largo de su existencia.

Remodelación de Trinidad Cuartara

Un paseo por la Plaza Vieja de Almería. | Esperanza Murcia/QVEA

Dejando atrás su origen musulmán, quedando la ciudad conquistada por los Reyes Católicos en 1489, comienza a ser lo que ahora es. Se traslada allí el Ayuntamiento, que sigue en el mismo lugar, y comienza a acoger eventos de la sociedad de toda clase: procesiones, desfiles militares, mercados –en un guiño de lo que comenzó siendo- o corridas de toros.

Siempre intocable, sin cambiar. No se toca nada de su aspecto hasta 1812, año de ‘La Pepa’, cuando el arquitecto Trinidad Cuartara, almeriense, ejecuta la remodelación que la convierte en la plaza que ha llegado a nuestros días.

La apariencia que se aprecia en nuestros tiempos nace a finales del siglo XIX, cuando se construyen los soportales de medio punto que la caracterizan con los rasgos típicos de las plazas cerradas y porticadas que entonces se estilaban.

Eso más las casas de dos plantas que se levantaron, cotizadísimas en la época donde era todo un lujo salir a sus balcones para contemplar la vida de lo que se conocía como la “nueva Almería”. Al cuerpo de los soportales se le acaban uniendo otros más: un segundo formado con estos balcones y un tercero compuesto por un ático. Aunque no son sus únicos elementos.

El Ayuntamiento y el Fandanguillo de Almería

Ayuntamiento de Almería y, al fondo, la Alcazaba. | Esperanza Murcia/QVEA

El Ayuntamiento de Almería se alza como el edificio más alto de la Plaza Vieja de Almería. No es casualidad. Se creó como un símbolo del poder político de la institución y del espíritu de la nueva sociedad almeriense que se gestaba a finales del XIX y principios del XX.

Los soportales del edificio se modificaron porque no necesitaban albergar más ningún mercado, que se situó junto al Paseo de Almería donde hoy está. De estilo ecléctico, la Casa Consistorial destaca por una torre compuesta de una cúpula semiesférica ocupada por un reloj, así como por el propio escudo de la entidad.

Pero esta torre también guarda un secreto: un carrillón que canta el ‘Fandanguillo de Almería’, de Gaspar Vivas, en honor a la ciudad. Cerrado por mucho tiempo por obras, desde hace unos años el consistorio volvió a recuperar su actividad, trasladando allí de nuevo la labor política y administrativa que es parte de la plaza y su identidad. 

El Pingurucho: Monumento a los Mártires de la Libertad («Los Coloraos»)

El ‘Pingurucho’ o Monumento a ‘Los Coloraos’. | Esperanza Murcia/QVEA

Si hay algo que llama la atención nada más pisar la Plaza Vieja de Almería es el Monumento a los Mártires de la Libertad, más conocido como el “pingurucho”.

El obelisco es un homenaje al “Pronunciamiento de Almería o de Los Coloraos”, nombre por el que llamaron a los 24 liberales que en agosto de 1824 aterrizaron con sus casacas rojas, de ahí el apodo, a la costa de Almería. Lo hicieron para manifestarse en contra el absolutismo de Fernando VII y a favor de ‘La Pepa’, la Constitución de 1812, pero les acabaron dando muerte por fusilamiento el mismo mes que llegaron.

Aunque al principio se levantó en Puerta Purchena, se trasladó en 1900 a la plaza, quedando derribado por el régimen franquista en 1943, matando de nuevo a «los Coloraos». Por petición popular se reconstruyó con mármol blanco de Macael en el mismo lugar donde debía de estar en 1988, por petición popular.

Hotel y baños termales para disfrutar

Rooftop de AIRE Hotel & Ancient Baths. | AIRE Hotel & Ancient Baths

La Plaza Vieja de Almería no es solo un lugar de tránsito o de gestiones, sino también un espacio para disfrutar. Uno se puede relajar en los baños termales que deleitaron a la mismísima Khalessi. Sí, a la gran Madre de Dragones encarnada por Emilia Clarke, que pudo recrearse en el placer de la relajación en AIRE Hotel & Ancient Baths.

Aunque desde allí, además de entregarse al poder sanador del agua, uno puede contemplar uno de los mejores atardeceres de la ciudad. Para vislumbrar los colores rosáceos y anaranjados del ocaso hay que subir a su terraza, desde la que se puede ver la asombrosa Alcazaba, el Cerro de San Cristóbal o parte del Convento de las Claras.

Un escenario de lujo para terminar babeando en sus bares de abajo, como el restaurante 4 Hojas de Juanjo Carabajal, una apuesta de cocina diferente aprovechando los productos de calidad de la tierra de Almería. Y es que cuando uno entra en la Plaza Vieja, lo encuentra todo allí.

Las Ánimas Benditas de Adra; Alcolea; el triángulo formado por Gérgal, Olula de Castro y Tahal; la Casa del Cine de Almería; la Cueva Carrión de María; Laroya y el Cerro del Espíritu Santo de Vera, lugares misteriosos que ver en Almería por Halloween

Nadie puede dudar que Almería es tierra de misterio. Será su variado paisaje, la orografía del terreno o la esencia de todas las culturas que por aquí han pasado, pero lo cierto es que un halo sobrenatural envuelve la provincia. Se podrían hacer mil y un recorridos en busca de sucesos inexplicables a lo largo y ancho de esta bella tierra aunque, por la cercanía con la festividad de Halloween, esta sería mi propuesta de lugares misteriosos que ver en Almería tocando las siete comarcas.

Las Ánimas Benditas de Adra

Las Ánimas Benditas de Adra, uno de los lugares misteriosos que ver en Almería. | Alberto Cerezuela
Las Ánimas Benditas de Adra. | Alberto Cerezuela

En Adra existe un rincón mágico, casi desconocido para los de fuera, que esconde a partes iguales devoción y misterio. Debajo del arco romano encontramos la pequeña Capilla de las Ánimas Benditas. Es habitual encontrar, a cualquier hora del día, una cola de personas esperando su turno para dejarles flores, pequeñas velitas o aceite para las mariposas. Lo importante es que siempre tengan luz, esa luz que las guíe hacia el Cielo ya que son almas que están en el Purgatorio. A cambio, los fieles piden salud para los suyos, trabajo o amor.

Sin embargo, no todo es bonito, puesto que si la persona no puede cumplir con lo prometido, las ánimas benditas irán a reclamarle la deuda, ya sea tocándole en la puerta de su casa a altas horas de la madrugada, posándose a los pies de la cama del deudor o recostadas junto a él, o incluso mediante un sobrenatural encuentro formado por una comitiva de almas en pena que vagan en busca de la luz.

 

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La Luz de Alcolea

Si nos adentramos en la Alpujarra Almeriense, nada más salir de Berja podemos asistir al avistamiento de una extraña luz. Lleva sucediendo desde la posguerra y se acentúa cuando llegan estas fechas. Hablo de la Luz de Alcolea, fenómeno que saltó a la prensa en la Semana Santa del año 87 cuando Cayetano Galafat la vio en su finca del paraje de Los Llanillos.

Paraje de Los Llanillos desde la casa de Gabriel Moya, en Alcolea. | Alberto Cerezuela

Cientos de personas se congregaron esos días en busca de una luz que adoptaba las dimensiones de un balón de baloncesto, era de color rojizo y planeaba sobre las cosechas a una altura de metro y medio. Ufólogos y expertos en la materia expusieron sus hipótesis, aunque el testimonio de Agustín ‘Pistolete’, un conocido vecino, puso sobre la mesa que esa luz provenía del candil que portaba un ser totalmente vestido de negro, al que no se le veía la cara, con una planta de más de dos metros de altura. Los lugareños lo llaman “el tío enlutao” y es mejor no encontrárselo en esa carretera.

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¿Fenómeno OVNI o espíritus de mineros?

Siguiendo la estela de las luces populares, en Los Filabres-Tabernas encontramos un peculiar triángulo formado por Gérgal, Olula de Castro y Tahal. Los avistamientos de extrañas luces se cuentan por centenares y se presentan, incluso, ante agentes de la policía.

Extrañas luces en Olula de Castro
Olula de Castro. | Alberto Cerezuela

Las zonas más propensas para ello son la iglesia de Tahal y el cerro de enfrente; la entrada del pueblo de Olula de Castro y los alrededores de Gérgal. Es frecuente, sobre todo en verano, encontrar grupos de aventureros en busca de esas luminarias que quizá no tengan nada que ver con el fenómeno OVNI, sino con los espíritus de los mineros que perecieron en esas veredas.

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Casa del Cine de Almería

Nos adentramos ahora en la capital almeriense, sin duda el lugar que más misterios encierra. En su comarca, lo fácil hubiera sido señalar el Teatro Cervantes o el Cortijo de San Patricio, en Gádor, donde ocurrió el crimen que ha dado pie a la leyenda del “hombre del saco”, mucho más real de lo que pensamos.

Pero a mí me gustaría hablar de la actual Casa del Cine, situado en una antigua finca denominada Santa Isabel, también conocida como el Cortijo Romero o el Cortijo Balmas. Precisamente fue el republicano Miguel Balmas quien compró el lugar en 1866, transformándolo con los años en un auténtico paraíso de recreo. Ya entrado el siglo XX, esa casa disponía de piscina, pistas de tenis y el mejor jardín privado de Almería.

En esa época empezaron las reuniones masónicas hospiciadas por José Romero Balmas, a las que acudían personajes como el filósofo Levi Strauss o el arqueólogo Luis Siret. Los fenómenos extraños más conocidos tuvieron lugar en la época dorada del cine en Almería. Los vivió Rainer Fassbinder, director alemán que rodó allí la película ‘Whity’ en 1971 y quien afirmó que la casa le hablaba y le obligaba a hacer cosas como asesinar o suicidarse.

Seguramente la casa también le habló a John Lennon, pues le inspiró para componer allí la canción ‘Strawberry fields forever’ en septiembre de 1966. La energía del lugar le transportó a Liverpool, al orfanato donde estuvo cuando era un niño, reviviendo muchos fantasmas de su pasado. Precisamente en la fiesta de cumpleaños del propio Lennon se vivieron fenómenos paranormales como el estallido de platos y vasos, armarios que se abrían solos, y dos mujeres vestidas de negro que bajaban las escaleras ante los ojos de Chynthia Lennon, el propio John o Ringo Starr. Por cierto, en ese jardín reposan los restos de Pauline Taurinya, comunista y espía de las Brigadas Internacionales. Vivió fenómenos inexplicables en ese lugar y quiso reposar eternamente allí.

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El vampiro de la Cueva Carrión

Corría la primavera de 1932 cuando un hombre, natural del pueblo de María, en la Comarca de Los Vélez, decidió secuestrar y decapitar a una niña de dos años para más tarde beberse su sangre. Estaba enfermo de tuberculosis y la incultura de esa época propició esta absurda creencia. Lo bautizaron como el “vampiro de la cueva Carrión”, pues fue en ese lugar donde cometió este atroz crimen (sin embargo, algunos lugareños ubican el escenario en la llamada ‘cueva del Gallego’). La infortunada pequeña era hija de Antonio López Sánchez, conocido como ‘el Olimpo’. Fue uno de los crímenes más sonados en la primera mitad del siglo XX.

Los fuegos de Laroya

Informe oficial de los fenómenos de Laroya.

A poco más de una hora y media de allí tenemos la población de Laroya, conocida especialmente por los extraños fuegos del diablo o combustiones espontáneas que se comenzaron el 16 de junio de 1945 cuando a María Martínez, de catorce años, se le incendió el mandil que llevaba puesto. Desde ese momento fueron 300 los incendios en el periodo de un mes, sin que a día de hoy haya explicación alguna.

Desde el Régimen enviaron a una comitiva de ingenieros y peritos capitaneados por José Cubillo Fluiters quienes, tras unos días de estudio, redactaron un informe de más de doscientas páginas en el que la única conclusión es que había que mirar al cielo para obtener una respuesta.

Fenómeno OVNI, combustiones espontáneas, la maldición del moro Jamá, quemado vivo por la inquisición o la presencia del semidios Reshef (ascua ardiente), venerado  por los cartagineses para que atacara a todo aquel que quisiera explotar esas tierras, fueron algunas de las teorías.

Manuel Medina, Antonia Ujaldón o Ramón Doménech son algunos de los testigos que veían como pequeñas llamas o bolitas voladoras se posaban en los enseres y producían fuegos. Más de uno tuvo que tirarse al suelo ante el ataque de algunas de ellas, que parecían cobrar vida. Algún ingeniero también huyó a su Madrid natal cuando se le incendiaron sus aparatos o hasta sus ropas. Sin duda, uno de los grandes misterios del siglo XX.

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El Cerro del Espíritu Santo de Vera

Termino este peculiar recorrido haciendo una visita al Cerro del Espíritu Santo en Vera, donde el 5 de marzo de 2011 un rayo decapitó al Cristo que se erige en ese místico enclave dejándonos unas espectaculares imágenes. Muchos vecinos lo tomaron como una advertencia divina de que algo malo iba a pasar, al igual que sucediese días antes del terremoto que destruyó el lugar el 9 de noviembre de 1518, cuando las campanas de la iglesia repicaban solas advirtiendo del mal augurio.

Cerro del Espíritu Santo, uno de los lugares misteriosos que ver en Almería
El Cristo del Espíritu Santo de Vera, decapitado por un rayo en 2011. | Domingo Ortiz

Casualidad o no, pocos días después de la caída del rayo se produjo el famoso terremoto de Lorca, a pocos kilómetros de allí. Pero la magia del lugar no termina aquí. Bajo ese cerro reposan los restos de más de cien personas, víctima del suceso del siglo XVI y de una epidemia posterior.

Y, por si fuera poco, en una casa cercana al lugar, el Día de los Difuntos de 1997 apareció una extraña teleplastia que aún hoy se mantiene imborrable. Una historia que trajo a diversos parapsicólogos a Vera y que nos ha dejado una impactante psicofonía para la posteridad.

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¿Me creen ahora cuando digo que Almería está impregnada por la magia del misterio?
* Alberto Cerezuela es escritor, investigador y director de la Editorial Círculo Rojo

La serie de HBO rodó diferentes escenas en Carboneras, Sorbas, Tabernas, Pechina y Almería capital

Hace 70 años que comenzó el idilio de Almería con el cine. En 1951, por primera vez los paisajes de la provincia acogían un rodaje: el de la película La llamada de África. Desde entonces son cientos los filmes, cortos, anuncios y videoclips que se han grabado en sus diferentes rincones. De entre los más recientes destaca la serie Juego de Tronos, que eligió hasta cinco lugares diferentes para recrear el universo de Poniente en el año 2015.

En el recorrido por los escenarios de Juego de Tronos en Almería, el viajero puede visitar la ciudad libre de Meereen, más allá del Mar Angosto; transitar el peligroso camino desértico hasta los pies de la Madre de las Montañas, para adentrarse en Vaes Dothrak, ciudad de las tribus dothraki; y disfrutar de los jardines del palacio de Lanza del Sol, en Dorne.

Esta ruta incluye cinco municipios almerienses: Carboneras, Sorbas, Tabernas, Pechina y Almería capital. Puede realizarse en el orden que se prefiera, aunque aquí se propone un itinerario partiendo desde el Levante Almeriense para finalizar en la capital. Con una sola jornada es suficiente y, sin duda, merece la pena para los amantes de ‘Juego de Tronos’ (cuidado, hay spoilers si no has visto la serie completa).

Torre de Mesa Roldán (Carboneras): la torre de Meereen

Reunión en mitad de la batalla. | HBO

El viaje comienza más allá del Mar Angosto, en la ciudad libre de Meereen, en la Bahía de los Esclavos. Los productores de la serie encontraron en la Torre de Mesa Roldán (Carboneras) el lugar ideal para uno de los escenarios de Juego de Tronos en Almería en el que ubicar la negociación entre Daenerys Targaryen y los esclavistas durante la batalla que mantienen.

Aparece en el capítulo nueve de la sexta temporada (La batalla de los bastardos). Los grandes amos y Daenerys junto a Tyrion, Gusano Gris y Missandei, se reúnen en medio de la batalla para negociar la rendición. De repente aparece Drogon volando sobre ellos y se posa sobre la Torre de Mesa Roldán. Es uno de los momentos más espectaculares de esa temporada y marca un punto de inflexión en toda la serie.

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La Torre de Mesa Roldán es una de las muchas infraestructuras defensivas que los musulmanes construyeron en la costa almeriense para vigilar la posible llegada de incursiones vikingas. Ya en el siglo IX se tiene constancia de que Abderramán II —cuarto emir omeya de Córdoba— asignó a los Banu Sirag la vigilancia de esta zona. No obstante, su aspecto actual, de “torre pezuña” data de 1766.

Está situada en un domo volcánico con cima plana, en las puertas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, junto a la famosa playa de los Muertos. Desde allí se puede divisar una panorámica espectacular de la costa del Cabo de Gata, el faro de Mesa Roldán y el municipio de Carboneras (no se ve Meereen y su pirámide, pero las vistas no están nada mal).

Por cierto, existen dos torres “gemelas” a esta de Mesa Roldán que también forman parte de la infraestructura defensiva del Levante Almeriense: la de Macenas, en Mojácar, y la de Villaricos.

Torre de Mesa Roldán, uno de los escenarios de Juego de Tronos en Almería. | V. Visiedo P./Qué ver en Almería
Torre de Mesa Roldán. | V. Visiedo P./QVEA

Cómo llegar a la Torre de Mesa Roldán, uno de los escenarios de Juego de Tronos en Almería

El acceso a la Torre de Mesa Roldán es muy sencillo, tanto a pie como en coche. Partiendo desde Carboneras hay que coger la carretera AL-5106 en dirección a Agua Amarga. Apenas seis minutos después de dejar el pueblo encontrarán a la derecha el aparcamiento de la playa de Los Muertos (hay un cruce de raqueta para hacer cambios de sentido). Justo allí hay una carretera a la izquierda que sube hacia la torre. Es un camino asfaltado, aunque algo irregular. En cinco minutos en coche se llega hasta la cima (cuidado, hay un momento en el que el camino se bifurca: debes seguir el de la izquierda).

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Cantera de yeso de Majadas Viejas (Sorbas): las puertas de Meereen

Nobles de Meereen asesinados por los Hijos de la Arpía. | HBO

La siguiente parada está a unos 40 kilómetros de distancia pero en la ficción es parte de la misma Meereen. En el espectacular paisaje de una de las canteras de yeso de Majadas Viejas (Sorbas) encontraron el lugar perfecto para situar las puertas de la ciudad custodiadas con esculturas gigantes de arpías.

Este lugar aparece también en el capítulo nueve de la sexta temporada, pero pasa muy desapercibido. Apenas se ve de fondo durante la lucha entre los Hijos de la Arpía y el grupo de dothrakis liderados por Daario Naharis. Pero merece la pena detenerse en esta cantera y ver el espectacular paisaje transformado por la mano del hombre durante décadas. Y es que de Sorbas se extraen cada año miles de millones de kilos de yeso que se exportan desde el puerto de Garrucha a todo el mundo.

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Con suerte puedes encontrar alguna cabra montesa paseando tranquilamente por la cantera. Además, si quieres hacer una parada en la zona, muy cerca está el Mirador de Urra, desde donde hay una impresionante perspectiva del Paraje Natural Karst en Yesos de Sorbas, en donde hay más de 1.000 cavidades excavadas en yeso, con gran cantidad de galerías repletas de estalactitas y estalagmitas, y con kilómetros de galerías excavadas en la roca de yeso, una roca cristalina. Las cuevas merecen una visita.  

Cómo llegar a las canteras de yeso de Sorbas

Cantera de Yeso en Sorbas, otro de los escenarios de Juego de Tronos en Almería. | V. Visiedo P./QVEA

Para seguir el viaje por los escenarios de Juego de Tronos en Almería, partiendo desde Mesa Roldán hay que tomar la carretera hacia Carboneras y desviarse a la izquierda antes de llegar al pueblo para tomar la N-341 que lleva hasta la Autovía del Mediterráneo A-7 (salida de la Venta del Pobre).

Una vez en la autovía en sentido Murcia/Vera, se toma la primera salida (504 Sorbas) para coger la carretera A-1102. Hay que continuar 6 kilómetros (unos 9 minutos) por una carretera sinuosa hasta que se llega a un cruce donde hay que girar a la izquierda hacia el camino señalado como “Cantera de yesos”. Es una carretera estrecha, asfaltada pero con el firme algo deteriorado. A apenas un kilómetro, a la izquierda se encuentra la cantera. El terreno está vallado, pero se puede detener el coche en el arcén y contemplar el paisaje.

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Otra opción para llegar a la cantera es ir por la N-340 y tomar carretera A-1102 en el cruce señalado como Los Molinos del Río Aguas. En este caso, el camino de “Cantera de yesos” quedaría a la derecha.

Rambla del Búho y la Tortuga (Desierto de Tabernas): camino hacia Vaes Dothrak

Los dothraki, en el Desierto de Tabernas. | HBO

Si hay un escenario cinematográfico por antonomasia en la provincia de Almería ese es el Desierto de Tabernas. Se han rodado cientos de películas, la mayoría de ellas de género western: Por un puñado de dólares (1964), La muerte tenía un precio (1965), El bueno, el feo y el malo (1966) y tantas otras.

Uno de los paisajes más impresionantes del desierto es la rambla del Búho, donde hay unas formaciones rocosas conocidas como la Tortuga. En este árido lugar rodó Steven Spielberg escenas de Indiana Jones y la última cruzada (1989)

En la sexta temporada de Juego de Tronos por allí pasaron los dothrakis con Daenerys cuando la llevaban cautiva hasta Vaes Dothrak, en los episodios uno y tres de la sexta temporada. Después, vuelve a aparecer en varios capítulos, cuando Ser Jorah Mormont y Daario Naharis van en busca de la “madre de dragones”. Echándole un poco de imaginación uno casi puede ver las enormes estatuas de los dos caballos rampantes sobre las montañas. Para el rodaje hicieron falta cientos de extras llegados desde toda Almería.

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Cómo llegar a la rambla del Búho

Es muy fácil llegar a la Rambla del Búho desde la N-340. Partiendo desde la cantera de yeso de Majadas Viejas, se coge la Nacional en dirección Sorbas/Tabernas. Hay que dejar atrás ambos pueblos y a poco menos de 1 kilómetro del centro urbano de Tabernas se ve un camino a la izquierda de la carretera con dos grandes carteles de Cinema Studios Fort Bravo. Hay que seguir ese camino (cuidado, porque está prohibido girar a la izquierda, así que debes buscar dónde dar la vuelta un poco más adelante en la N-340) y se pasa por debajo del puente por un camino de tierra que no siempre está en buenas condiciones (sobre todo si ha llovido).

Rambla del Búho en Tabernas. | V. Visiedo P./QVEA

Hay que avanzar por la pista de tierra hasta que el camino se divide en dos. Entonces hay que girar a la derecha (no te preocupes si te pasas el cruce, acabarías en Fort Bravo y podrás dar media vuelta) y adentrarse hacia la rambla del Búho por un camino bastante irregular.

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Paraje de El Chorrillo (Pechina): Vaes Dothrak

Paraje del Chorrillo como otro de los escenarios de Juego de Tronos en Almería
Vaes Dothrak, la ciudad de los dothrakis. | HBO

Siguiendo el mismo camino que hizo Daenerys Targaryen en cautividad se llega hasta Vaes Dothrak, la ciudad de los dothrakis situada junto a la Madre de las Montañas. Bueno, en realidad está en el paraje de El Chorrillo, en la localidad de Pechina. Un paisaje desértico que se había convertido unos años antes en Egipto para el rodaje de Exodus: Dioses y reyes (2014).

Tras grabarse la película dirigida por Ridley Scott parte de los decorados quedaron en pie y fueron reutilizados para Juego de Tronos. Un conjunto de chozas y calles de cartón piedra por las que se adentran Mormont y Naharis en busca de Daenerys. Merece la pena recorrerlo y hacerse unas fotos o, incluso, grabar algunos vídeos, pues es el único de los set de rodaje que permanecen en un estado similar al que puede verse en la serie.

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En este paraje de Pechina se rodó también una de las escenas más icónicas de la sexta temporada: el incendio del templo dothraki donde se reúne el dosh khaeleen (las antiguas khaleesis, esposas de los khal ya muertos).

Además, a escasos metros hay otros decorados de la serie Penny Dreadful, grabada solo unos meses después (en enero de 2016).

El paraje del Chorrillo ha sido escenario de Juego de Tronos y de otras producciones como Exodus o Penny Dreadful. | V. Visiedo P./QVEA

Cómo llegar al paraje del Chorrillo, otro de los escenarios de Juego de Tronos en Almería

Vaes Dothrak está cerca de la Rambla del Búho, pero no tanto como parece en la serie. Hay que volver a la N-340 en sentido Almería, hasta llegar a la conexión con la autovía A-92. Se coge en sentido Almería y a unos 11 kilómetros (6 minutos), se toma la salida 387 Pechina/Sierra Alhamilla. En la rotonda hay que ir en dirección Sierra Alhamilla (no hacia Pechina), por la AL-3100. Recorriendo otros 3 kilómetros (4 minutos), hay que estar atento al camino de tierra que se abre a la derecha (puede servir fijarse en que hay una caseta de alta tensión). Ese camino pedregoso lleva hasta los decorados.

Una vez que se llega a la caseta de alta tensión (tiene un grafiti que pone PEO), hay que tomar el camino de la derecha, que desciende hacia una rambla. Cuando se llega a abajo, hay una roca grande y se bifurca el sendero. Hay que ir hacia la derecha (si se toma el camino de la izquierda se llega a los decorados de Penny Dreadful).

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Alcazaba de Almería: Palacio de Lanza del Sol, Dorne

La Alcazaba de Almería, uno de los escenarios de Juego de Tronos en Almería. | HBO
La Alcazaba de Almería como palacio de los Martell. | HBO

La última parada es en el reino de Dorne, el más sureño de Poniente y que está gobernado por la Casa Martell. Para recrear uno sus jardines se eligió el patio de los Nenúfares de la Alcazaba de Almería (una temporada antes habían usado el Real Alcázar de Sevilla para Dorne).

Aparece en el primer capítulo de la temporada seis. Ellaria Arena asesina al rey Doran Martell en su propio palacio y ante la mirada impasible de sus soldados. Para el rodaje apenas tuvieron que colocar unas cuantas plantas más en el patio, algo de atrezzo y el escudo de los Martell sobre uno de los muros.

Patio de los Nenúfares de la Alcazaba de Almería. | V. Visiedo P./QVEA

La Alcazaba de Almería forma, junto al lienzo de muralla del cerro de San Cristóbal, uno de los más impresionantes conjuntos monumentales defensivos medievales de Al-Andalus. Sin embargo, el Patio de los Nenúfares es del siglo XX. Se construyó en la década de 1950, inspirado en ejemplos alhambrinos. La entrada a la Alcazaba es gratuita y merece la pena detenerse en conocer todos sus espacios.

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Cómo llegar a la Alcazaba de Almería

En poco más de 20 minutos se puede llegar desde Pechina a la Alcazaba de Almería. Hay que coger la autovía A-92 en sentido Almería. Y seguir luego por la A-7 en dirección Almería/Puerto/Málaga. Tras recorrer toda la circunvalación de Almería se toma la salida 438 Almería/Vía Parque/Puerto para entrar a la ciudad.

Se accede a Almería por la zona portuaria y el barrio de Pescadería. Hay que continuar por la carretera de Málaga, dejando el Parque Nicolás Salmerón a la izquierda, hasta llegar a la rotonda conocida como Fuente de los Peces, donde hay que girar a la izquierda. Luego solo hay que seguir por el paseo de San Luis, girar a la derecha por la calle de Reina y de nuevo a la izquierda por calle Almanzor. Siguiendo recto, a los pies de las murallas de la fortaleza, es fácil aparcar junto al Mesón Gitano.

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Una última parada tras el recorrido por los escenarios de Juego de Tronos en Almería

Una vez concluida la visita a la Alcazaba, no hay nada mejor que recuperar fuerzas yéndose de tapas por Almería. La primera parada puede ser en la tetería Almedina Baraka, justo frente a la entrada del conjunto monumental, donde se puede disfrutar de unas impresionantes vistas.

 

Bullicio. Son muchas las conversaciones que se entrelazan a la vez. Ese jaleo implícito del centro, del corazón de cualquier ciudad, en el camino que va desde la plaza Pablo Cazard y la Escuela de Bellas Artes hacia la plaza de la Catedral de Almería a través de las calles Trajano y Eduardo Pérez. Una vez allí, dejando el templo aparte, no hay arquitectura alguna. No al menos en sí misma, a simple vista, pues es justo lo que pretendían Alberto Campo y Modesto Sánchez, arquitectos de su última remodelación 20 años atrás.

Mirando bien, las veinticuatro palmeras que forman y acogen la plaza no son casualidad. Más altas que la catedral, actúan de columnas para que el espacio luzca como si fuera una nave más. Tiene su razón de ser en que la plaza no eclipse jamás a los edificios que alberga. Gracias a esta sencillez y amplitud, escasa de fuentes o bancos, el protagonismo recae únicamente en la propia catedral y el Palacio Episcopal. Una apuesta por la estética.

Fachada de la catedral de Almería

Si hay algo que llama la atención nada más llegar a la plaza de la Catedral es la imponente fachada de la catedral de Almería. No importa desde qué calle se venga. Con el primer vistazo ya se nota su condición de fortaleza, protectora de los ataques piratas y moriscos que querían atacar la ciudad. Por ello no destacará por su gran altura, ya que así podía defenderse mejor ante las ofensivas de artillería.

La fachada, del siglo XVI, está compuesta por tres cuerpos estéticos en posición horizontal de arte principalmente renacentista con rasgos del gótico tardío. Obra de Juan de Orea, yerno del autor del Palacio de Carlos V de la Alhambra de Granada, su portada busca además de reflejar lo divino actuar de propaganda política del poder de dicho emperador. Puede verse reflejado en los relieves que representan los trabajos de Hércules -una asociación del Estado con los mitos para dotarlos de poder y supremacía-, en el escudo imperial del águila de dos cabezas o en los jarrones decorativos.

Plaza de la Catedral de Almería. | Esperanza Murcia/QVEA

Bajando la mirada, la parte intermedia de la portada está dedicada a la exaltación de la Encarnación de la Virgen María, nombre por el que se conoce a la catedral y la entrada principal del templo. Este acceso responde al clásico arco de triunfo romano que sirve de puente entre el mundo terrenal y el espiritual. En la parte inferior, se observa el escudo del Obispo Villalán, quien mandó a construir la catedral.

Palacio Episcopal

Palacio Episcopal de Almería. | Esperanza Murcia/QVEA

Deslumbrados por el poder de la catedral, si nos giramos y miramos para atrás vemos el Palacio Episcopal. Hablamos de la primera residencia oficial de la alta jerarquía eclesiástica de Almería. El edificio que vemos hoy, de elementos eclécticos, se debe a los arquitectos almerienses Trinidad Cuartara y Enrique López Rull que iniciaron su remodelación en 1894 bajo las órdenes del obispo Santos Zárate. El palacio sigue una estructura cúbica donde se mezclan distintas piezas de estilo medieval y clasicista.

El entorno: el Sol de Portocarrero y el Museo de la Guitarra

La plaza de la Catedral de Almería es la unión de su centro urbano, conectando con los grandes puntos de interés de la capital. Sus vertientes nos pueden llevar hasta la Plaza Vieja donde se encuentra el Ayuntamiento, a la mágica Alcazaba o retornar a las calles más prolíferas de bares de la ciudad.

Pero, ¿y si la bordeamos? Merece la pena descubrirlo. Rodeando la catedral por la izquierda encontramos el Sol de Portocarrero, o Sol de Villalán, un bajorrelieve de rostro antropomorfo rodeado de una cinta renacentista y que es uno de los símbolos oficiales de la ciudad de Almería. Se encumbra en el exterior de la Capilla del Santo Cristo de la Escucha, la más antigua de la catedral y donde se encuentra enterrado el obispo fundador de la misma Fray Diego Fernández de Villalán. En la tradición cristiana, el sol se empleaba como un símbolo de Jesús resucitado.

Sol de Portocarrero en la Catedral de Almería. | Esperanza Murcia/QVEA

Siguiendo el mismo camino, siempre bordeando el templo, llegamos al Museo de la Guitarra. Una buena oportunidad para conocer la historia del instrumento y al creador de la guitarra actual, el almeriense Antonio de Torres. Durante el recorrido, vale la pena observar el arte de la propia ciudad. Las fachadas de sus edificios más antiguos, los grafitis, cuadros del hoy, que decoran sus paredes. Y así, sin darnos cuenta, llegaremos a otro de sus grandes atractivos, la Puerta de los Perdones, un trasunto de la portada principal también obra de Juan de Orea.

Cerrando el círculo, regresamos a la plaza de la Catedral. Nos encontramos de frente al hotel del mismo nombre, construido en una de las viviendas señoriales del siglo XIX y de la que aún se conserva su fachada. Allí podremos degustar un rico pescado gallo pedro, frito o a la plancha, o un sabroso pulpo a la brasa. Son las dos especialidades de la casa que aguarda en su espacio superior una de las mejores terrazas de la capital. Cócteles, platos al centro y pinchos con unas vistas de ensueño, no ya sólo de la catedral sino también del conjunto monumental de la Alcazaba que se contempla al final.

La plaza de la Catedral, el principio de otro camino

Inicio del Camino Mozárabe de Santiago. | Esperanza Murcia/QVEA

Echa la parada, de vuelta a la plaza, hay algo nos llama. Un aviso. Y es que, desde este punto, cuando era ya el final del recorrido, se puede empezar otro camino. El del Camino de Santiago. La plaza de la Catedral de Almería es la partida de una de sus rutas que aun siendo más desconocida no es menos atractiva, la mozárabe. Un final de paseo que puede convertirse en inicio de un nuevo viaje. 

Horarios y tarifas de la Catedral de Almería

Estos son los horarios temporales para visitar la Catedral de Almería. Cabe señalar que están sujetos a posibles modificaciones por parte de la entidad. 

  • Lunes: Cerrado.
  • Martes: 10:30h a 15h.
  • Miércoles: 10:30h a 15h.
  • Jueves: 10:30h a 15h.
  • Viernes: 10:30h a 15h y 16h a 19h.
  • Sábado: 10:30h a 15h y 16h a 19h.
  • Domingo: Cerrado. 

La última entrada tiene lugar 45 minutos antes de la hora de cierre. En cuanto a sus tarifas, son las siguientes:

  • Entrada general (18 a 64 años): 5 euros. 
  • Reducida para mayores (a partir de 65 años): 4,50 euros. 
  • Entrada joven y/o estudiante (13 a 17 años y personas con carnet joven o universitario hasta 25 años): 3 euros. 
  • Grupos (20 personas o más): 3 euros. 
  • Gratuita: menores de 12 años acompañados de un adulto, discapacitados +63%, niños de familias numerosas (hasta 17 años) y empadronados en la ciudad de Almería. 

Para los fieles existe también el horario especial de misa, celebrándose de lunes a sábado a las 9:00 horas (misa conventual y laudes) así como a las 19:30 horas. Los domingos hay una única celebración eucarística a las 11:30 horas, celebrada por el obispo. Para más información se puede consultar su portal web, donde se recogen las últimas noticias. 

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