El Peñón de Bernal se erige imponente sobre el Mar de Plástico y se asoma al Mediterráneo ofreciendo unas vistas privilegiadas

Haciendo honor al nombre de este sitio web, y tanto si queremos como si no, si transitamos por el Poniente Almeriense es altamente probable que veamos a nuestro protagonista, el Peñón de Bernal, que se erige imponente sobre el Mar de Plástico y se asoma al Mediterráneo ofreciendo unas vistas privilegiadas.

Su mera presencia contribuye a dibujar la icónica escena del corazón de la comarca de los invernaderos y anuncia a esa mágica suerte de sucesión de pequeñas montañas que configuran la Sierra de Gádor.

Para muchas (muchísimas) generaciones, el Peñón de Bernal ha sido el verdadero monarca de esta parte del sur de Almería. Tantas, que sus orígenes se remontan a la era geológica Jurásica, así que lo mismo si nos animamos a conocerlo de cerca nos topamos, quién sabe, con los restos de algún gran dinosaurio que vivió en Vícar hace 200 millones de años.

La Montaña de Poder de Conan

Escena de ‘Conan el Bárbaro’, con el Peñón de Bernal al fondo.

Y ya que hemos nombrado a unos ‘actores’ tan cinematográficos como los dinosaurios, y que estamos en Almería, la meca del cine del sur de Europa, no se puede obviar que nos encontramos en una de las localizaciones más reconocibles de una de esas superproducciones de Hollywood que se rodaron en los años ‘dorados’ en Almería: Conan el Bárbaro. Dirigida en 1982 por John Milius y protagonizada por Arnold Schwarzenegger, el Peñón de Bernal fue el marco elegido para ubicar la ‘Montaña de Poder’, con el gran templo de Thulsa Doom y su enorme escalera a sus pies. Otros puntos de la provincia sirvieron igualmente para el rodaje de distintas escenas de esta película, ampliando por sus cuatro rincones el espectacular plató natural de rodaje que supone toda la provincia almeriense

El Monumento Natural de las ‘recompensas’

Y es que este imponente promontorio monolítico de piedra caliza posee un poderoso influjo que atrae a aquellos que lo contemplan. Una invitación latente a subirlo que ofrece recompensa doble: el mero premio de alcanzar una cima que te ‘desafía’ con tal majestuosidad; y, por supuesto, la maravillosa experiencia de disfrutar de sus vistas de 360º con la Sierra de Gádor a la espalda, el infinito azul del Mediterráneo enfrente -nuestra vista abarcará desde el mismísimo Cabo de Gata, al oeste, hasta Adra y la costa de Granada al este-, y, a los pies, ese particular universo blanco de miles de hectáreas invernadas del Campo de Dalías, que imprimen su sello propio al Poniente Almeriense y que, dadas sus dimensiones, no es fácil de apreciar desde otros lugares en toda su magnitud. Todo, desde sus 755 metros que, viniendo prácticamente desde el nivel del mar, no son nada desdeñables.

En realidad, si nos decidimos por acercarnos a este singular paraje de Almería, uno de los Monumentos Naturales de Andalucía con los que cuenta la provincia, podremos obtener muchos otros ‘bonus’ de satisfacción, comenzando por el disfrute del propio camino, ya sea practicando el senderismo, el ciclismo o la escalada, disciplinas todas ellas que nos permitirán acercarnos al Rey del Poniente.

En el caso de la escalada, únicamente está permitida en su modalidad clásica y a través de las vías ya existentes. No está permitida su práctica entre los meses de diciembre y mayo, ya que esta zona es utilizada para su reproducción por distintas especies de aves.

No debemos olvidar que este paraje cuenta con una figura de protección ambiental y se incluye en la ZEC (Zona de Especial Conservación) ‘Sierras de Gádor y Enix’. En cuanto a la bici, la pista forestal que rodea al peñón y se adentra en la Sierra de Gádor es utilizada por numerosos aficionados al MTB. Normalmente como parte de las numerosísimas rutas de mayor extensión que se pueden recorrer en esta zona de Almería.

La subida a pie al Peñón de Bernal

La buena noticia es que, aunque con las debidas precauciones, el Peñón de Bernal se puede subir sin necesidad de ser expertos alpinistas o escaladores, aunque sí es recomendable tener algunas ‘horas de vuelo’ en subidas pedregosas y muy verticales. Puede considerarse que su dificultad es moderada. En el trayecto nos vamos a encontrar con alguna zona que no es muy recomendable si sufrimos de vértigo. Deberemos llevar calzado adecuado de montaña (¡es fundamental!), elegir un día con buenas condiciones climatológicas y tener una condición física buena, ya que deberemos salvar un desnivel superior a los 400 metros en poco espacio. (No obstante, proponemos una ruta alternativa que rodea el peñón y llega hasta la Fuente El Tartel, igualmente bonita y motivante).

Para los más intrépidos, la subida a su cima es muy bonita, pero también exigente y requiere de precaución. La cara más recomendable para acometer la empresa es la norte. Para llegar a la base del peñón e iniciar el ascenso propiamente dicho se puede acceder por dos lugares.

Dos opciones de subida

El primero de ellos es a través de la ladera suroeste, para lo cual deberemos tomar un desvío a nuestra izquierda menos de un kilómetro después de iniciar el camino desde el punto habitual en el que se aparcan los coches (se específica al final de este artículo). Este desvío es el único que nos encontraremos en la zona, con el peñón justo en nuestras ‘cabezas’, así que no tiene pérdida. Marcharemos a partir de aquí campo a través y siempre hacia el promontorio, por una zona con matorrales y algo de piedra suelta sin especial dificultad, hasta llegar a la base del peñón.

Para tomar el segundo de los accesos a esta zona obviaremos el reseñado desvío y seguiremos la pista hasta poco antes del kilómetro 5. Deberemos tomar un sendero que sale a nuestra derecha, y que también nos conducirá a la base del peñón.

A partir de este punto la dificultad aumenta y tendremos que ir ascendiendo despacio. Siempre con cuidado, eligiendo en todo momento el camino más lógico hasta alcanzar el punto más alto. El camino es evidente casi siempre, pero desaparece en algunos tramos. Una vez arriba, y después de la segura sesión de fotos cargadas de adrenalina, lo más recomendable es bajar por la cara opuesta a la de la subida y completar el descenso hasta el punto de inicio por la pista forestal.

Alternativa a la subida: ruta hasta la Fuente El Tartel

Fuente del Tartel. | Anyo/QVEA

Si decidimos dejar para otro momento el asalto a la cima, pero queremos igualmente disfrutar de un entorno espectacular, es altamente recomendable continuar la pista forestal hasta la conocida como Fuente El Tartel, lugar de paso y refresco de senderistas y ciclistas de montaña, pero también de animales que cuentan con un abrevadero junto esta fuente.

Durante el camino nos encontraremos con varios carteles del Ayuntamiento de Vícar que indican que la fuente se encuentra en esta zona. Será muy fácil en esta ruta que nos encontremos con cabras montesas, ciervos y otras especies que conforman la fauna de la Sierra de Gádor.

Y pese a que el camino discurre en todo momento por una amplia pista forestal sin dificultad (aunque con una pendiente apreciable), y eso puede ser menos atractivo que un sendero estrecho y tortuoso, nada más lejos de la realidad: la ruta es muy bonita y permite disfrutar de bellas vistas, rodeados de árboles (sobre todo pinos), barrancos, silencio y naturaleza. Resulta impagable atravesar bosques y paisajes de sierra sin perder de vista el mar.

Un mirador a los acueductos de Carcauz

En total, desde el punto de inicio habitual, ida y vuelta a la Fuente El Tartel, el camino discurre a través de casi 13 kilómetros, y durante el recorrido nos encontraremos con una parada obligada que no tiene pérdida: un espectacular mirador desde el que podremos contemplar los Acueductos de Carcauz mientras reponemos fuerzas sentados en un llamativo banco amarillo, con una leyenda inspiradora y mítica: ‘que la fuerza te acompañe’.

‘Be water, my friend’. | Anyo/QVEA

Durante el camino, igualmente divisaremos a lo lejos el pueblo de Enix, a nuestra derecha; mientras que ascenderemos a prácticamente la misma altura que el propio Peñón de Bernal, al que iremos divisando en todo momento a nuestra izquierda hasta que lo perdamos de vista en el último tramo previo a la Fuente. Junto a ésta encontraremos otro asiento pintoresco que nos recuerda aquello de ‘ser agua’ (‘Be water, my friend’). Y, oye, se agradece el banquito después del esfuerzo de la subida continua. Esta fuente, por cierto, toma su nombre del barranco del Tartel, uno de los muchos que se van dejando caer desde la montaña hasta el mar.

Cómo llegar al punto de inicio de las rutas por el Peñón de Bernal

Pese a que a través de la pista forestal podremos ascender en coche o moto hasta la altitud que deseemos, e incluso llegar hasta la propia fuente, lo recomendable es dejar el vehículo en una explanada que encontraremos apenas 200 metros después de dejar los últimos invernaderos.

Para llegar a este punto se accede desde la autovía A7. Nos saldremos por la salida 420, Venta El Cosario y deberemos llegar hasta Venta El Viso por la vía de servicio. Aquí tomaremos siempre dirección norte mientras atravesamos invernaderos, hasta encontrarnos con las primeras estribaciones de la sierra y el inicio de la reseñada pista, con dicha explanada a nuestra izquierda apenas dos curvas después.

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