El Castillo de Guardias Viejas es uno de los máximos recursos turísticos de El Ejido y del Poniente Almeriense

Una flotilla compuesta por al menos cuatro galeras berberiscas se acerca a la costa con navegación firme desde el cercano mar de Alborán. Pretenden desembarcar, como han hecho en otras ocasiones, y rapiñar todo lo que encuentren a su paso a sangre, hierro y fuego en el sur de aquella tierra que tiempo atrás fue ocupada durante casi ocho siglos por sus antepasados.

Corre la segunda mitad del siglo XVIII y el rey Carlos III ha decidido que debe taponar lo máximo posible las vías de entrada de los temibles corsarios por el sureste de la Península, pero no solo de ellos, sino también del inminente riesgo que supone la llegada de las beligerantes flotas inglesa y holandesa o de los temibles turcos.

Cuando los piratas están lo suficientemente cerca para ser alcanzados por los proyectiles, los cuatro cañones ubicados en la parte superior de la flamante batería defensiva de Guardias Viejas, recién construida, escupen fuego en dirección este, alcanzando en sucesivos disparos a dos de los barcos. Los otros dos logran escabullirse y alejarse lo suficiente para escapar indemnes por donde han venido, rumbo al norte de África.

La defensa de la costa ha funcionado. El que es hoy, más de dos siglos y medio después, uno de los máximos recursos turísticos de El Ejido y del Poniente Almeriense se encuentra en todo su apogeo.

Castillo de Guardias Viejas. | Anyo/QVEA
Castillo de Guardias Viejas. | Anyo/QVEA

La historia empieza en el nombre

El mismo nombre de la localidad en la que se asienta el castillo, Los Baños de Guardias Viejas, encierra en sí numerosa información alusiva al enclave y a su gran importancia histórica.

Pese a que El Ejido es uno de los municipios más jóvenes de Andalucía (tiene tal condición sólo desde el año 1984) su impronta en el territorio data al menos de la época de la Hispania Romana, cuando lo que hoy es el municipio al que pertenecen el castillo y la pedanía de Los Baños se denominaba Murgi. Un importante asentamiento junto al Mediterráneo que tenía precisamente aquí su puerto de salida al mar.

Durante tres siglos el enclave tuvo una gran actividad comercial, a lo que ayudó la construcción de unas termas datadas en el siglo I y que fueron donadas por Lucio Emilio Dafno y descubiertas mucho tiempo después, en 1872. Son estas justamente las que dan nombre al pequeño pueblo.

Castillo de Guardias Viejas desde la batería semicircular. | Anyo/QVEA
Castillo de Guardias Viejas desde la batería semicircular. | Anyo/QVEA

Lo de Guardias Viejas, la segunda parte del nombre, viene por la relación con el aspecto estratégico, militar y defensivo del enclave, al contar con un pequeño promontorio rocoso, apenas a unos metros del mar y frente a la Punta Sabinar.

Desde aquí se domina la vista de gran parte de la costa mediterránea hasta Balanegra y Adra (la Abdera romana), hacía el oeste; y hasta Roquetas de Mar, Almería y el Cabo de Gata al este. Justo ahí se levanta el flamante castillo de Guardias Viejas.

Fueron los Reyes Católicos quienes crearon en 1497, una vez culminada la Toma de Granada, un cuerpo específico militar para la defensa costera, al que denominaron Guardias Viejas de Castilla, y que tenía su sede principal en Adra.

Historia del Castillo de Guardias Viejas

La orden de Carlos III para fortificar la costa del sureste español data del año 1764. El encargo de levantar la batería de Guardias Viejas le fue encomendado al ingeniero militar del Reino de Granada José Cramé. Tras iniciar la obra en 1769, diseñaría otras repartidas por el litoral de lo que hoy es Almería, como el castillo de San Felipe o de Los Escullos, en el actual Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, prácticamente un clon del de Guardias Viejas.

Maqueta del Castillo de Guardias Viejas. | Anyo/QVEA
Maqueta del Castillo de Guardias Viejas. | Anyo/QVEA

En el propio municipio de El Ejido existen también otras construcciones que completaban toda una red defensiva, siendo la más destacada, por su estado de conservación, la cercana Torre de Balerma, que cubría con artillería el lado de poniente del castillo de Guardias Viejas, mientras que los defensores del mismo se empleaban en el lado de Levante.

No demasiados años después de erigirse, el castillo de Guardias Viejas fue parcialmente destruido durante la Guerra de la Independencia Española, por tropas inglesas, y fue reconstruido en 1817.

Entrada al Castillo de Guardias Viejas

La única entrada al castillo de Guardias Viejas, ubicada en su lado norte, estaba protegida por un foso, que únicamente podía salvarse a través de una plataforma levadiza. Es uno de los elementos que aún hoy pueden verse con claridad durante la visita al que es el enclave patrimonial más demandado por los turistas en El Ejido.

Y es que la conservación del castillo es excelente, a lo que ayudó su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) en 1985 y la apuesta del Ayuntamiento ejidense y de la administración propietaria del mismo, la Junta de Andalucía, por restaurar sus partes más deterioradas y revalorizarlo.

Pocos metros después de franquear el portón de entrada llegamos al Patio de Armas, a través del que se vertebran las distintas estancias de la batería costera, de planta cuadrangular. Aunque, justo al entrar, ya encontramos a derecha e izquierda sendas estancias abovedadas que hoy se utilizan para distintos usos, como oficina de recepción o pequeño bar durante la celebración, cada verano, del Ciclo de Conciertos del Castillo de Guardias Viejas.

Patio de Armas del Castillo de Guardias Viejas. | Anyo/QVEA
Patio de Armas del Castillo de Guardias Viejas. | Anyo/QVEA

Configuración interior del castillo de Guardias Viejas

La configuración interior del castillo de Guardias Viejas estaba formada, amén del Patio de Armas, por cuarteles de caballería y artillería, cuadras, un polvorín y una pequeña capilla. Estancias todas ellas que hoy tienen fundamentalmente un uso expositivo, si bien lo que era la capilla sigue teniendo uso para la celebración de bodas.

El castillo cuenta con una colección permanente de indumentaria militar de la época napoleónica, así como una completa muestra de armas y otros elementos alusivos a su inspiración eminentemente defensiva.

Colección de indumentarias militares. | Anyo/QVEA
Colección de indumentarias militares. | Anyo/QVEA

Además, se exponen tres maquetas detalladas para ejemplificar los tres tipos de construcciones defensivas de la época: las atalayas (Torre de Balerma), las torres batería para dos cañones (se expone una réplica de la de Macenas), y las baterías para cuatro cañones de 24 libras, con una gran maqueta del propio castillo de Guardias Viejas.

Acceso a la parte superior

Desde el Patio de Armas se accede a la parte superior del castillo, compuesta por dos niveles. Al superior se sube por una escalera central. Una rampa conduce a la ubicación más cercana al mar, en el nivel medio del castillo, donde estaban estratégicamente colocados los cuatro cañones que tantos intentos de desembarco y ataques hubieron de repeler.

La escalera sube al nivel superior; la rampa, al nivel medio. | Anyo/QVEA
La escalera sube al nivel superior; la rampa, al nivel medio. | Anyo/QVEA

El muro está jalonado por aspilleras en todo el perímetro, pequeños huecos destinados a disparar con seguridad por parte de los fusileros. Dos pequeños torreones y la reconocible batería delantera semicircular terminan de configurar esta pequeña y efectiva fortaleza.

Huelga decir que las vistas desde este lugar, sobre todo en el momento de la puesta de sol, son fantásticas, siendo este uno de los principales atractivos del castillo, además de su gran valor histórico.

Ciclo de Conciertos del Castillo de Guardias Viejas

Desde que se inició el actual siglo XXI, el castillo de Guardias Viejas es cada verano un punto de encuentro ineludible para los amantes de la cultura en directo. El ciclo de conciertos que lleva su nombre acumula lleno tras lleno en cada uno de los conciertos de pequeño formato durante los meses de julio y agosto en el Patio de Armas. Aquí se configuran verdaderas noches mágicas junto al mar en un escenario privilegiado y con un encanto muy especial.

Y no es la única manifestación cultural relacionada con el castillo de Guardias Viejas. En el cercano núcleo de Almerimar se celebra cada verano la recreación histórica de un desembarco pirata, inspirado años atrás precisamente por la presencia de la batería militar. Esta cita moviliza a decenas de actores y voluntarios, dando vida a espectaculares escenas que, sin duda, se parecen mucho a las que vivieron siglos atrás los defensores del castillo de Guardias Viejas y los habitantes de este territorio costero.

Además, y desde un plano más social, es el castillo de Guardias Viejas igualmente un lugar muy demandado para la celebración de bodas civiles, que se ofician en su bonito Patio de Armas o en la capilla y para lo cual es necesario realizar la gestión oportuna con el Ayuntamiento de El Ejido. Se pueden celebrar tanto las ceremonias como los banquetes en sus instalaciones. Y es también un punto de interés para la realización de reportajes fotográficos, tanto en su interior como en su entorno, debido a los buenos ángulos y puntos de vista por su ubicación elevada, justo al lado del mar.

Horarios y cómo llegar al castillo de Guardias Viejas

La visita al Castillo de Guardias Viejas es gratuita y la edificación abre durante todo el año. El horario es de martes a viernes de 16:00 a 18:30 horas y fines de semana y festivos de 10:00 a 18:30 horas. Cierra los lunes.

Para acceder desde la vía principal más cercana, la Autovía del Mediterráneo (A-7), se debe tomar la salida 824, Matagorda/Guardias Viejas, y recorrer unos 5 kilómetros en dirección al mar, hasta llegar al desvío del castillo, después de cruzar la pedanía de Matagorda.

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Dónde comer si visitamos el Castillo de Guardias Viejas

El entorno del Castillo de Guardias Viejas va a recibir próximamente un importante impulso gracias a la creación del Centro de Experiencias Gastronómicas Mar&Tierra. Se trata de una infraestructura turística que realzará las excelencias de los productos locales y la cocina almeriense, en la que el Ayuntamiento de El Ejido va a realizar una importante apuesta y que completará en gran manera la visita al emblemático castillo. Se situará justo enfrente de la cara norte del castillo, en el antiguo Cuartel de Carabineros, otra construcción de inspiración militar que en muy poco tiempo va a adoptar un nuevo y atractivo uso.

Mientras tanto, merece la pena desplazarse apenas 5 kilómetros hacia el oeste y comer o cenar en el Restaurante La Lonja, de Balerma, un afamado ‘templo’ gastronómico del Poniente Almeriense, con gran protagonismo en su carta de los productos del mar y que se ubica en la propia lonja pesquera de Balerma. Desde elaboraciones tan sencillas como la fritaílla de jibia hasta todo tipo de preparaciones de pescados y mariscos, la calidad de su cocina es muy alta, y su demanda también. Es completamente recomendable reservar si no se quiere evitar llegar y no encontrar sitio.

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