El Castillo de Guardias Viejas es uno de los máximos recursos turísticos de El Ejido y del Poniente Almeriense

Una flotilla compuesta por al menos cuatro galeras berberiscas se acerca a la costa con navegación firme desde el cercano mar de Alborán. Pretenden desembarcar, como han hecho en otras ocasiones, y rapiñar todo lo que encuentren a su paso a sangre, hierro y fuego en el sur de aquella tierra que tiempo atrás fue ocupada durante casi ocho siglos por sus antepasados.

Corre la segunda mitad del siglo XVIII y el rey Carlos III ha decidido que debe taponar lo máximo posible las vías de entrada de los temibles corsarios por el sureste de la Península, pero no solo de ellos, sino también del inminente riesgo que supone la llegada de las beligerantes flotas inglesa y holandesa o de los temibles turcos.

Cuando los piratas están lo suficientemente cerca para ser alcanzados por los proyectiles, los cuatro cañones ubicados en la parte superior de la flamante batería defensiva de Guardias Viejas, recién construida, escupen fuego en dirección este, alcanzando en sucesivos disparos a dos de los barcos. Los otros dos logran escabullirse y alejarse lo suficiente para escapar indemnes por donde han venido, rumbo al norte de África.

La defensa de la costa ha funcionado. El que es hoy, más de dos siglos y medio después, uno de los máximos recursos turísticos de El Ejido y del Poniente Almeriense se encuentra en todo su apogeo.

Castillo de Guardias Viejas. | Anyo/QVEA
Castillo de Guardias Viejas. | Anyo/QVEA

La historia empieza en el nombre

El mismo nombre de la localidad en la que se asienta el castillo, Los Baños de Guardias Viejas, encierra en sí numerosa información alusiva al enclave y a su gran importancia histórica.

Pese a que El Ejido es uno de los municipios más jóvenes de Andalucía (tiene tal condición sólo desde el año 1984) su impronta en el territorio data al menos de la época de la Hispania Romana, cuando lo que hoy es el municipio al que pertenecen el castillo y la pedanía de Los Baños se denominaba Murgi. Un importante asentamiento junto al Mediterráneo que tenía precisamente aquí su puerto de salida al mar.

Durante tres siglos el enclave tuvo una gran actividad comercial, a lo que ayudó la construcción de unas termas datadas en el siglo I y que fueron donadas por Lucio Emilio Dafno y descubiertas mucho tiempo después, en 1872. Son estas justamente las que dan nombre al pequeño pueblo.

Castillo de Guardias Viejas desde la batería semicircular. | Anyo/QVEA
Castillo de Guardias Viejas desde la batería semicircular. | Anyo/QVEA

Lo de Guardias Viejas, la segunda parte del nombre, viene por la relación con el aspecto estratégico, militar y defensivo del enclave, al contar con un pequeño promontorio rocoso, apenas a unos metros del mar y frente a la Punta Sabinar.

Desde aquí se domina la vista de gran parte de la costa mediterránea hasta Balanegra y Adra (la Abdera romana), hacía el oeste; y hasta Roquetas de Mar, Almería y el Cabo de Gata al este. Justo ahí se levanta el flamante castillo de Guardias Viejas.

Fueron los Reyes Católicos quienes crearon en 1497, una vez culminada la Toma de Granada, un cuerpo específico militar para la defensa costera, al que denominaron Guardias Viejas de Castilla, y que tenía su sede principal en Adra.

Historia del Castillo de Guardias Viejas

La orden de Carlos III para fortificar la costa del sureste español data del año 1764. El encargo de levantar la batería de Guardias Viejas le fue encomendado al ingeniero militar del Reino de Granada José Cramé. Tras iniciar la obra en 1769, diseñaría otras repartidas por el litoral de lo que hoy es Almería, como el castillo de San Felipe o de Los Escullos, en el actual Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, prácticamente un clon del de Guardias Viejas.

Maqueta del Castillo de Guardias Viejas. | Anyo/QVEA
Maqueta del Castillo de Guardias Viejas. | Anyo/QVEA

En el propio municipio de El Ejido existen también otras construcciones que completaban toda una red defensiva, siendo la más destacada, por su estado de conservación, la cercana Torre de Balerma, que cubría con artillería el lado de poniente del castillo de Guardias Viejas, mientras que los defensores del mismo se empleaban en el lado de Levante.

No demasiados años después de erigirse, el castillo de Guardias Viejas fue parcialmente destruido durante la Guerra de la Independencia Española, por tropas inglesas, y fue reconstruido en 1817.

Entrada al Castillo de Guardias Viejas

La única entrada al castillo de Guardias Viejas, ubicada en su lado norte, estaba protegida por un foso, que únicamente podía salvarse a través de una plataforma levadiza. Es uno de los elementos que aún hoy pueden verse con claridad durante la visita al que es el enclave patrimonial más demandado por los turistas en El Ejido.

Y es que la conservación del castillo es excelente, a lo que ayudó su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) en 1985 y la apuesta del Ayuntamiento ejidense y de la administración propietaria del mismo, la Junta de Andalucía, por restaurar sus partes más deterioradas y revalorizarlo.

Pocos metros después de franquear el portón de entrada llegamos al Patio de Armas, a través del que se vertebran las distintas estancias de la batería costera, de planta cuadrangular. Aunque, justo al entrar, ya encontramos a derecha e izquierda sendas estancias abovedadas que hoy se utilizan para distintos usos, como oficina de recepción o pequeño bar durante la celebración, cada verano, del Ciclo de Conciertos del Castillo de Guardias Viejas.

Patio de Armas del Castillo de Guardias Viejas. | Anyo/QVEA
Patio de Armas del Castillo de Guardias Viejas. | Anyo/QVEA

Configuración interior del castillo de Guardias Viejas

La configuración interior del castillo de Guardias Viejas estaba formada, amén del Patio de Armas, por cuarteles de caballería y artillería, cuadras, un polvorín y una pequeña capilla. Estancias todas ellas que hoy tienen fundamentalmente un uso expositivo, si bien lo que era la capilla sigue teniendo uso para la celebración de bodas.

El castillo cuenta con una colección permanente de indumentaria militar de la época napoleónica, así como una completa muestra de armas y otros elementos alusivos a su inspiración eminentemente defensiva.

Colección de indumentarias militares. | Anyo/QVEA
Colección de indumentarias militares. | Anyo/QVEA

Además, se exponen tres maquetas detalladas para ejemplificar los tres tipos de construcciones defensivas de la época: las atalayas (Torre de Balerma), las torres batería para dos cañones (se expone una réplica de la de Macenas), y las baterías para cuatro cañones de 24 libras, con una gran maqueta del propio castillo de Guardias Viejas.

Acceso a la parte superior

Desde el Patio de Armas se accede a la parte superior del castillo, compuesta por dos niveles. Al superior se sube por una escalera central. Una rampa conduce a la ubicación más cercana al mar, en el nivel medio del castillo, donde estaban estratégicamente colocados los cuatro cañones que tantos intentos de desembarco y ataques hubieron de repeler.

La escalera sube al nivel superior; la rampa, al nivel medio. | Anyo/QVEA
La escalera sube al nivel superior; la rampa, al nivel medio. | Anyo/QVEA

El muro está jalonado por aspilleras en todo el perímetro, pequeños huecos destinados a disparar con seguridad por parte de los fusileros. Dos pequeños torreones y la reconocible batería delantera semicircular terminan de configurar esta pequeña y efectiva fortaleza.

Huelga decir que las vistas desde este lugar, sobre todo en el momento de la puesta de sol, son fantásticas, siendo este uno de los principales atractivos del castillo, además de su gran valor histórico.

Ciclo de Conciertos del Castillo de Guardias Viejas

Desde que se inició el actual siglo XXI, el castillo de Guardias Viejas es cada verano un punto de encuentro ineludible para los amantes de la cultura en directo. El ciclo de conciertos que lleva su nombre acumula lleno tras lleno en cada uno de los conciertos de pequeño formato durante los meses de julio y agosto en el Patio de Armas. Aquí se configuran verdaderas noches mágicas junto al mar en un escenario privilegiado y con un encanto muy especial.

Y no es la única manifestación cultural relacionada con el castillo de Guardias Viejas. En el cercano núcleo de Almerimar se celebra cada verano la recreación histórica de un desembarco pirata, inspirado años atrás precisamente por la presencia de la batería militar. Esta cita moviliza a decenas de actores y voluntarios, dando vida a espectaculares escenas que, sin duda, se parecen mucho a las que vivieron siglos atrás los defensores del castillo de Guardias Viejas y los habitantes de este territorio costero.

Además, y desde un plano más social, es el castillo de Guardias Viejas igualmente un lugar muy demandado para la celebración de bodas civiles, que se ofician en su bonito Patio de Armas o en la capilla y para lo cual es necesario realizar la gestión oportuna con el Ayuntamiento de El Ejido. Se pueden celebrar tanto las ceremonias como los banquetes en sus instalaciones. Y es también un punto de interés para la realización de reportajes fotográficos, tanto en su interior como en su entorno, debido a los buenos ángulos y puntos de vista por su ubicación elevada, justo al lado del mar.

Horarios y cómo llegar al castillo de Guardias Viejas

La visita al Castillo de Guardias Viejas es gratuita y la edificación abre durante todo el año. El horario es de martes a viernes de 16:00 a 18:30 horas y fines de semana y festivos de 10:00 a 18:30 horas. Cierra los lunes.

Para acceder desde la vía principal más cercana, la Autovía del Mediterráneo (A-7), se debe tomar la salida 824, Matagorda/Guardias Viejas, y recorrer unos 5 kilómetros en dirección al mar, hasta llegar al desvío del castillo, después de cruzar la pedanía de Matagorda.

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Dónde comer si visitamos el Castillo de Guardias Viejas

El entorno del Castillo de Guardias Viejas va a recibir próximamente un importante impulso gracias a la creación del Centro de Experiencias Gastronómicas Mar&Tierra. Se trata de una infraestructura turística que realzará las excelencias de los productos locales y la cocina almeriense, en la que el Ayuntamiento de El Ejido va a realizar una importante apuesta y que completará en gran manera la visita al emblemático castillo. Se situará justo enfrente de la cara norte del castillo, en el antiguo Cuartel de Carabineros, otra construcción de inspiración militar que en muy poco tiempo va a adoptar un nuevo y atractivo uso.

Mientras tanto, merece la pena desplazarse apenas 5 kilómetros hacia el oeste y comer o cenar en el Restaurante La Lonja, de Balerma, un afamado ‘templo’ gastronómico del Poniente Almeriense, con gran protagonismo en su carta de los productos del mar y que se ubica en la propia lonja pesquera de Balerma. Desde elaboraciones tan sencillas como la fritaílla de jibia hasta todo tipo de preparaciones de pescados y mariscos, la calidad de su cocina es muy alta, y su demanda también. Es completamente recomendable reservar si no se quiere evitar llegar y no encontrar sitio.

La muralla de Adra, visible y palpable todavía varias de sus partes originales, es un fiel vestigio hoy de la realidad que vivió la población de este rincón del suroeste de Almería cinco siglos atrás

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La culminación de la Reconquista, con la toma del Reino de Granada por los Reyes Católicos en 1492, reconfiguró las fronteras y convirtió a los pueblos y ciudades surgidas a orillas del mar en puntos estratégicos para la defensa del territorio y de la población ante invasiones y agresiones externas.

Los piratas berberiscos, la flota turca o cualquier otro pueblo que osara acercarse a los dominios españoles por vía marítima, se las verían con torres de defensa, murallas, castillos e incluso recintos sagrados convertidos en fortalezas desde los que poder avisar, y también repeler, las intentonas de los invasores.

Así se forjó el que solo es un capítulo más de la extensísima historia de la antigua Abdera fenicia, el puerto natural de las fascinantes y cercanas Alpujarras. Fue justo esta comarca montañosa, intrincada y bella, el lugar donde se refugiaron miles de moriscos desde finales del siglo XV, tras la capitulación del ‘Rey Chico’ Boabdil. Adra fue lo último que este vio de la Península, cuando definitivamente puso rumbo a África.

La muralla de Adra, visible y palpable todavía varias de sus partes originales, es un fiel vestigio, hoy, de la realidad que vivió la población de este privilegiado rincón del suroeste de Almería cinco siglos atrás. Recorrerla es adentrarse en el mismo corazón de Adra.

La muralla de Adra

La reina Juana de Castilla concedió una carta de privilegios para la construcción de la muralla de Adra en el año 1505. El objetivo era fortificar la frontera sur del reino, expuesta a los ataques de piratas e invasores.

Los muros darían igualmente cobertura al castillo-presidio que había sido erigido poco antes frente al mar por orden de los Reyes Católicos, en 1492, y del que hoy lamentablemente ya no queda nada. Alguien, en la segunda mitad del siglo XIX, concluyó que era una buena idea derribarlo para construir una pescadería.

Maqueta del recinto amurallado de Adra, en el interior del Cubo del Cementerio Viejo. | Anyo/QVEA
Maqueta del recinto amurallado de Adra, en el interior del Cubo del Cementerio Viejo. | Anyo/QVEA

Este emplazamiento, además, era de capital importancia por ser el puerto de Las Alpujarras, una de las principales salidas al mar del Reino de Granada. Adra, que se enmarca administrativamente en el Poniente Almeriense, históricamente siempre estuvo adscrita a Las Alpujarras, territorio con el que sigue guardando una estrecha vinculación.

Con un perímetro de 475 metros y forma hexagonal irregular, la muralla de Adra contaba con dos puertas, la del Mar y la del Campo (sur y norte). También siete torreones, una pequeña guarnición militar y un centenar de modestas viviendas intramuros que constituían la villa fortificada, habitadas en su mayoría por población llegada desde otros territorios más al norte.

El espesor de los muros de esta defensa básica de la villa era de 1,45 metros. Restos tanto de paños de muralla como de torreones han llegado a nuestros días y permiten al visitante tocarlos, adentrarse en aquella convulsa época mientras recorre el centro neurálgico de Adra, siguiendo los pasos de nuestros bravos antepasados.

La Torre de la Vela: inicio del recorrido por la muralla de Adra

Torre de la Vela, inicio del recorrido por la muralla de Adra. | Anyo/QVEA
Torre de la Vela, inicio del recorrido por la muralla de Adra. | Anyo/QVEA

Comenzamos el recorrido por la muralla de Adra en la Torre de la Vela, de la que toda fortaleza que se precie dispone. Es decir, el torreón más adelantado del recinto y el más cercano al mar, el primero en divisar el peligro.

En la muralla de Adra, a este torreón se le conoce como Cubo de la Carrera, por su ubicación en la avenida seguramente más importante del municipio, la Carrera de Natalio Rivas. Esta se extiende paralela a la línea de costa y no es más que un tramo de la Carretera de Almería.

Hoy en día puede parecer que su altura no es especialmente significativa, pero en aquella época su utilidad era máxima. Su conservación es muy buena y se encuentra en mitad del entramado urbano, adosado prácticamente a un bloque de viviendas. Está, eso sí, flanqueado por pequeñas secciones de paño de muralla que dan perfecta idea del recorrido que seguía el muro en ambas direcciones. El viajero se sorprende a menudo con la aparición de este vestigio medieval mientras pasea por la acera, en lo que se configura como un rincón de Adra, sin duda, único.

Puerta del Mar y Torreón de don Pablo de Moya

El recorrido continúa en dirección oeste, hacia lo que hoy es la plaza de la Puerta del Mar, en honor a la que era una de las dos entradas al recinto amurallado. La misma disponía de un revellín, o pequeño muro adelantado para redoblar su protección. Justo en el lugar donde se encontraba esta entrada al recinto amurallado se inicia hoy una de las calles intramuros más históricas de Adra, la calle Real.

En este caso, los restos de la Puerta no llegaron a pervivir y en el lugar donde se erigía encontramos el edificio del Ayuntamiento. El consistorio ocupa esta ubicación desde 1937.

El Ayuntamiento ocupa hoy lo que fue la puerta del Mar. | Anyo/QVEA
El Ayuntamiento ocupa hoy lo que fue la puerta del Mar de la muralla de Adra. | Anyo/QVEA

La única torre rectangular de la muralla de Adra es conocida como el Torreón de don Pablo de Moya, y de los vestigios que han perdurado es el único que permanece sin restaurar. Se encuentra junto al Ayuntamiento, y estaba unido a la Puerta del Mar -y esta a la Torre de la Vela- por sendos lienzos de muralla que fueron derribados hace dos siglos para permitir el desarrollo urbano de la ciudad. En su caso, se encuentra adosado a una vivienda particular, que lo mantiene ‘colonizado’. Únicamente es visible uno de sus lados desde el exterior, junto a otra pequeña parte de la muralla original.

La iglesia-fortaleza

Para continuar con el recorrido por la antigua muralla de Adra, sería imposible hacer el camino que dibujaba el muro entre el referido Torreón de don Pablo de Moya y el siguiente, el Cubo de las Atarazanas. Ni el paño ni este torreón se conservaron, fagocitados por el planeamiento urbano.

Para alcanzar el siguiente punto visible, siempre desde el interior de la antigua villa fortificada, deberemos subir la calle Real para toparnos, calle arriba, con la imponente iglesia-fortaleza de la Inmaculada Concepción, una de las más antiguas de Almería, cuya construcción se inició en el año 1501.

El edificio se incluía dentro de los límites de la muralla. Su configuración para que pudiera servir como lugar de avistamiento y, si era necesario, de disparo para repeler invasiones, resultó fundamental en la defensa de Adra.

No obstante, no se fortificó hasta 1620, a raíz del demoledor asalto turco-berberisco, una invasión que motivó otras intervenciones similares en la provincia, como en la Catedral de Almería o el templo de Vera.

Entre sus elementos que la configuran como fortaleza, cuenta con antepechos defensivos y saeteras en los laterales, desde donde poder disparar, así como espacio en su parte superior para colocar cañones. Su torre se reconstruyó después del devastador terremoto de 1804 y seguramente su rasgo artístico más interesante sea su cabecera, obra de Ambrosio de Vico y fiel ejemplo de protobarroco. De hecho, fue la primera manifestación barroca de toda la Diócesis de Granada.

El Torreón de Olvera o Cubo del Cementerio Viejo

La iglesia tenía numerosas casas adosadas, dado el poco espacio que existía dentro de los límites de la muralla. Este problema también se presentó para la construcción del cementerio parroquial, una vez que en el periodo ilustrado se decidió que, por razones de higiene y salubridad, los muertos no podían ser enterrados dentro de la iglesia.

Así, el nuevo camposanto se ubicó lo más cercano posible al recinto sagrado, aunque ya extramuros. Una de sus tapias era precisamente un paño de muralla, y es en este lugar donde podremos apreciar el trozo de muro original más grande que se ha conservado. También aquí se puede visitar el interior de otro de los siete torreones, el Torreón de Olvera, conocido también, y por razones obvias, como el Cubo del Cementerio Viejo.

El Torreón de Olvera, parte de la muralla de Adra. | Anyo/QVEA
El Torreón de Olvera, parte de la muralla de Adra. | Anyo/QVEA

Los visitantes que así lo deseen pueden solicitar la visita al interior del Torreón de Olvera, que guarda una bonita maqueta que reconstruye cómo era la muralla de Adra, así como su castillo.

Su autor fue Pedro Sarmiento, un maestro que llegó a Adra desde León y que, entre otros hitos, fue el primer alcalde abderitano de la democracia. También dentro del torreón se puede observar la réplica de la Torre de Guainos, del siglo XVI, otro rico elemento patrimonial de Adra que igualmente tenía como cometido la vigilancia.

Este torreón se fabricó, como toda la muralla, con mampostería con mortero de cal y alternando cantos rodados del río Adra con piedras de pizarra. Posee, como sucede a lo largo de todo el amurallado, troneras y saeteras que facilitaban la defensa a los soldados.

La Puerta del Campo y los últimos restos de la muralla de Adra

Estatua a Ortiz de Villajos. | Anyo/QVEA
Estatua a Ortiz de Villajos. | Anyo/QVEA

Para finalizar con el recorrido hexagonal de la antigua muralla de Adra, tomaremos dirección sureste para llegar paseando a través de las coquetas calles Gloria y Escuela a la Plaza Vieja, o Plaza Ortiz de Villajos, en memoria del afamado compositor musical abderitano.

Este es el lugar en el que se erigía la segunda de las puertas de acceso a la villa fortificada, y de la que ya no queda nada. Fue derribada en el siglo XIX con el objetivo de ganar espacio para nuevas construcciones. Tampoco hay vestigios del Torreón del Campo, otra de las torres defensivas del recinto, o del séptimo y último, conocido como Cubo Torral.

Para apreciar los últimos restos visibles de la muralla de Adra deberemos hacerlo desde el interior del Centro de Día para mayores, cuyos usuarios tienen el privilegio a diario de poder disfrutar de este trozo de la historia de su pueblo.

Extra: Refugios de la Guerra Civil

En este punto del recorrido nos encontraremos justo encima de otra de las joyas patrimoniales de Adra, aunque de mucha más reciente construcción, los Refugios de la Guerra Civil, de los cuales varios son visitables.

Podremos apreciar además un imponente muro, o balate, construido por el Conde de Chacón. Desde esta plaza elevada, durante la procesión de San Marcos se mostraba la imagen del santo para que bendijera todos los cultivos a sus pies, al ser esta zona de vega en el pasado.

Hoy, podemos acceder, a través de un paso elevado sobre la Carrera de Natalio Rivas, al Mercado Municipal y la Biblioteca de Adra. Y, una vez de nuevo en la calle, estaremos apenas a unos metros del punto en el que se inició el recorrido por las Murallas de Adra, su Torre de la Vela.

Dónde comer tras la visita

Después de tanto trasiego a la búsqueda de restos medievales, a buen seguro que nos habrá entrado hambre y sería un pecado no probar las ricas tapas de la cocina abderitana. Una conjugación perfecta entre los pescados frescos del Mediterráneo, con el pulpo seco como emblema, y la potentísima agricultura de la Huerta de Europa.

Son muchas y buenas las opciones para tapear o comer en Adra, y esta vez escogeremos un lugar conocido por todos los abderitanos y con una gran reputación, el Restaurante Mesón Bonillo. Iremos buscando la que es una de sus especialidades estrellas: los fideos aparte, un riquísimo guiso de pescado acompañado por fideos que nos hará querer repetir. Y de postre, casero por supuesto, un riquísimo ‘Zabaoine’ elaborado por la abuela de este emblemático local de Adra, que además ofrece un menú de calidad a diario, incluidos los domingos.

Para llegar al Bonillo desde la Torre de la Vela, el punto en el que comenzó y finalizó nuestro paseo por la muralla de Adra, lo podremos hacer a pie en menos de 10 minutos. Para ello, tomaremos el Paseo de los Tristes en dirección al mar, hasta alcanzar el cruce con la calle Guadix, que es donde se encuentra nuestro destino gastronómico.

Almería cuenta con un rico patrimonio cultural, histórico y artístico que atestigua el paso de civilizaciones y pueblos por unos parajes con castillos y monumentos

Hay muchas formas de mirar, sentir y vivir Almería, casi tantas como visitantes llegan a una tierra que puede presumir de ofrecer entre sus muchos atractivos un rico patrimonio cultural, histórico, etnográfico, artístico y arqueológico. A través de este es posible acercarse al paso de distintas civilizaciones, pueblos y culturas por una provincia que, además, es conocida en todo el mundo precisamente por un arte universal como el cine.

Desierto de Tabernas

Los escenarios naturales del Desierto de Tabernas y las numerosas estrellas del celuloide y grandes producciones que se rodaron y se siguen rodando en la provincia dan fe de que hay una Almería interior de una incalculable riqueza cultural. Tan solo hay que explorarla y descubrirla…

Por el Desierto de Tabernas y otros parajes de Almería han pasado desde los años 60 grandes estrellas del cine mundialmente conocidas y se han rodado numerosas superproducciones. Este lugar de película ofrece al visitante el atractivo lúdico de sus parques temáticos, en los que pasar una jornada inolvidable en familia o entre amigos, ambientados por completo en el salvaje Oeste, y donde ver en acción a verdaderos actores y especialistas. Se puede, además, recorrer muchos de los lugares que fueron en su momento platós al aire libre de míticas películas. Y para los amantes del deporte, sobre todo del trail, la BTT y el senderismo, el desierto más meridional y casi único de Europa es un destino imprescindible para ser recorrido.

Ciudad de la Cultura en el Valle del Almanzora

Ciudad de la Cultura en Olula del Río.
Ciudad de la Cultura en Olula del Río. | Curro Vallejo/Diputación de Almería

Hay una Almería volcada con la cultura al más alto nivel, y especialmente un punto en la provincia de obligada visita para todos aquellos que persiguen la belleza artística. Se encuentra en el Valle del Almanzora. Olula del Río se ha convertido en el polo artístico más importante del sureste peninsular gracias en gran medida al talento y el empeño del artista Andrés García Ibáñez, impulsor de un anillo museístico conocido como Ciudad de la Cultura, y en el que junto a la del propio Ibáñez está también la impronta de otros dos grandes artistas en diferentes campos, como Antonio López y Carlos Pérez Siquier, amén de una indispensable colección de arte almeriense e indaliano.

Precisamente la última instalación inaugurada lleva el nombre del afamado fotógrafo almeriense, el primer espacio dedicado en España a uno de los grandes clásicos y en el que se custodia el legado de Pérez Siquier. El Museo Ibáñez, germen de todo, cuenta con 25.000 metros cuadrados y 18 salas de exposición, donde apreciar la extensa obra del propio García Ibáñez, reputado pintor figurativo. Y es ya todo un un icono de la comarca la imponente estatua La Mujer del Almanzora, obra del renombrado Antonio López, compuesta por 280.000 kilos de mármol blanco Macael y que preside un entorno en el que también se puede disfrutar de un jardín botánico y gliptoteca con estatuas clásicas grecorromanas.

Museos de Terque

Museos de Terque
Museos de Terque.

El culto por la belleza está muy presente en el interior de Almería, por pequeño que sea el lugar al que pongamos rumbo. Si es al pequeño pueblo de Terque, en la confluencia de los ríos Andarax y Nacimiento y que no llega a 400 habitantes, entonces habremos puesto el pie en una Almería que cuida de sus tradiciones y su legado cultural, que los mima y los expone para el conocimiento de las generaciones actuales, que los guarda como tesoro etnográfico de la memoria colectiva y rural.

Los Museos de Terque suponen un complejo formado por cinco instalaciones: Museo Etnográfico, Museo Provincial de la Uva del Barco (cultura parralera almeriense), La Modernista (tejidos y vestimenta) y el Museo de Escritura Popular, además de la Cueva de San José, un espacio dedicado a exposiciones, conferencias y conciertos.

El Castillo de Vélez-Blanco

Castillo de Vélez-Blanco
Castillo de Vélez-Blanco

Más al norte, en la comarca de Los Vélez, la más septentrional de Almería, se encuentra otro foco de gran atractivo turístico por el rico patrimonio artístico que atesora. En Vélez-Blanco se erige una joya del Renacimiento Español que mandó construir a principios del siglo XVI y sobre los restos de una alcazaba árabe el Marqués de Los Velez, Pedro Fajardo Chacón: el extraordinario Castillo Palacio de Vélez-Blanco.

Esta construcción forma parte -en un lugar muy destacado por antigüedad, conservación y valor arquitectónico- de la extensa nómina de castillos, fortalezas y baterías militares que se conservan en la provincia de Almería de épocas pretéritas. Otros ejemplos son el Castillo del Marqués de los Vélez (en Cuevas del Almanzora), el Castillo de Tabernas, el Castillo-Torre de Macenas (Mojácar), los restos de la Muralla de Adra, o la amplia red de baterías y torres costeras defensivas medievales que salpican el litoral.

Culto religioso

Las construcciones dedicadas al culto religioso e incluso el culto en sí (peregrinaciones y romerías populares), son otros dos puntos fuertes del legado patrimonial y popular presentes en la provincia.

La peregrinación del Cristo de la Luz, en Dalías, concita cada año a decenas de miles de personas llegadas desde distintos puntos de dentro y fuera de Almería, para venerar la imagen del santo en la Iglesia de Santa María de Ambrox, acompañados sus momentos culminantes con cantidades ingentes de pólvora. Es el evento de este tipo más multitudinario de Almería, aunque no el único, pues las romerías a ermitas y santuarios están muy presentes en pueblos almerienses de todas las latitudes, así como en la capital.

Plaza de la Encarnación e iglesia de Vélez-Rubio. | Lázaro Martínez/QVEA
Plaza de la Encarnación e iglesia de Vélez-Rubio. | Lázaro Martínez/QVEA

Volviendo a Los Vélez, Vélez-Rubio posee una de las iglesias más atractivas y de mayor valor patrimonial y artístico de la provincia. Construida en 1753, cuenta con elementos del Barroco y el Neoclásico y dos características torres, así como apreciables vidrieras y una figura esbelta y a la vez majestuosa.

Las dos torres están también presentes en la Iglesia de la Anunciación de Berja o la de Nuestra Señora de la Asunción de Huércal-Overa, otros templos almerienses de gran belleza. Son solo unos ejemplos de las numerosas construcciones religiosas dignas de visitar de la provincia, donde existen varios edificios levantados como iglesias-fortaleza, con marcado carácter defensivo además de religioso.

El principal de estos templos es la Catedral de la Encarnación de Almería, aunque también existen en Adra o en Vera, construcciones ambas que, curiosamente, también son llamadas de la Encarnación.

Recreaciones históricas

Y la provincia de Almería está también en vanguardia nacional de las recreaciones históricas, eventos de calado para los pueblos, con la participación de un altísimo porcentaje de vecinos que cada año se vuelcan en la puesta en escena de acontecimientos que marcaron el pasado de sus localidades y que se mantienen vivos, atrayendo a su vez a numerosos visitantes de fuera. Son más, y además hay municipios que se van sumando con nuevas apuestas, pero hay dos que destacan especialmente, por lo mucho que mueven y el franco crecimiento que están experimentado. Se celebran en Padules y Macael.

La recreación de la Paz de las Alpujarras reúne cada año a cientos de personas durante varios días en la pequeña localidad de Padules, con numerosas actividades paralelas a la cuidada y trabajada puesta en escena que rememora la Rebelión de los Moriscos en la comarca alpujarreña durante el siglo XVI. Prácticamente todo el pueblo participa en la recreación de distintas escenas en unos días de verdadera fiesta muy recomendables para pasarlo bien y aprender.

E igual sucede en Macael con la representación de la lucha entre Canteros y Caciques, acontecimiento que transforma durante varias jornadas el pueblo del mármol y del que igualmente están muy orgullosos los macaeleros y vecinos de otros municipios de la zona, que han vivido tradicionalmente, y lo siguen haciendo, de la cantería y la piedra.

El imaginario popular cataloga a Almería como un territorio árido y seco, sin duda influido por la imponente presencia del desierto de Tabernas. Sin embargo, la extraordinaria riqueza ambiental de la provincia desdice de mil maneras aquel irreal estereotipo.

Una costa extensa y profusa en tesoros naturales, con playas vírgenes y envidiables fondos marinos; humedales que suponen verdaderas explosiones de biodiversidad y lugares de paso y estancia obligado para decenas de especies de aves; ríos y sierras que atraviesan la provincia en todas sus latitudes.

Y, por supuesto, el agua, el más esencial de los elementos, capaz de vertebrar los territorios a su paso, como sucede en uno de los enclaves más históricos y señoriales de Almería: Berja, irrigada por decenas de fuentes y manantiales que explican el por qué de su dispersión a través de un extenso término municipal.

Berja, una visita imprescindible en Almería

Ubicada en la frontera entre el Mediterráneo y las altas cumbres de Sierra Nevada, premiada con una fértil vega donde proliferan naranjos, parrales y almendros, y al pie de la Sierra de Gádor, su configuración, dispersa entre el núcleo principal y distintos barrios, cortijadas y pedanías periféricas, está estrechamente relacionada con la presencia de las fuentes y manantiales de agua. En las cercanías de estas fue estableciéndose la población y está constatado que el lugar está habitado desde las épocas íbera y fenicia.

Uno de los rincones más bonitos de Berja, en la Fuente del Oro. | Anyo/QVEA

La antigua Vergis de los romanos fue también un enclave predilecto para los musulmanes. Para todos ellos influyó decisivamente la presencia de agua y la gran riqueza mineral del lugar, propiciada por su ubicación en la sierra de Gádor. Conocer las fuentes de Berja es entender a su vez este fantástico enclave almeriense, que cuenta con numerosos atractivos tanto monumentales como naturales para ver y para disfrutar.

Así que, seguramente, la mejor manera de visitar los principales rincones virgitanos es hacerlo a través de su Ruta de las Fuentes de Berja. Esta se divide a su vez en dos recorridos, al encontrarse repartidas por todo el municipio, tanto en su núcleo principal como en sus diez pedanías y barrios: Benejí, Alcaudique, San Roque, Peñarrodada, Castala, El Río Chico, El Río Grande, Hirmes, El Cid y Chirán.

En total, el Ayuntamiento de Berja recoge catalogadas hasta 41 fuentes en todo su término municipal. Repasaremos hoy las que podemos visitar a pie en el casco urbano y su entorno más próximo. Un recorrido que permite al viajero conocer los principales enclaves del núcleo principal virgitano.

Cómo llegar a Berja

Si tomamos la capital de Almería como punto de inicio, la mejor forma de llegar a Berja será a través de la autovía A7, o del Mediterráneo, que tomaremos en dirección Motril-Málaga, para abandonarla en la salida 406 Ejido Oeste/Dalías. Siguiendo las indicaciones, saldremos de El Ejido atravesando Pampanico, camino de Dalías. Dejaremos esta población a nuestra derecha antes de alcanzar el municipio de Berja, al que llegaremos por su lado este. La distancia entre la capital y Berja es de 55 kilómetros.

Si, por el contrario, llegamos desde la costa de Granada, el camino más rápido nos conducirá a abandonar la A7 en la salida 391 Adra/Berja, desde donde la carretera conduce directamente a Berja, a la que se accede por el sur.

Inicio de la Ruta de las Fuentes de Berja

Es casi obligado iniciar nuestra ruta por las fuentes de Berja desde su Oficina de Turismo, que se encuentra situada en la Torre de los Enciso, en la calle del Agua, en pleno centro histórico de Berja. Su horario de apertura es de 10:30 a 14:00 horas, de martes a sábados.

Allí podremos conseguir los mapas que nos ayudarán en nuestra tarea de ir dando una a una con todas las fuentes del pueblo. También encontraremos toda la información del rico patrimonio virgitano y de la comarca de la Alpujarra.

Oficina de Turismo, inicio de la ruta de las Fuentes de Berja
Exterior de la Oficina de Turismo de Berja, en la calle del Agua. | Anyo/QVEA

La ruta urbana comprende 15 fuentes, repartidas a través de los cuatro tramos en los que, a su vez, se encuentra dividida, siempre en el núcleo principal de Berja. La haremos a pie tomando como punto de partida la propia oficina turística. De esta forma, podremos ir descubriendo los grandes tesoros que posee Berja.

Así, el primero de ellos es la propia Torre de los Enciso. Se trata de la única torre fortaleza privada que se conserva en toda la Alpujarra y que data del siglo XVI. Además de la Oficina de Turismo, acoge un Museo de Sitio, que recoge la memoria histórica del convulso siglo XVI, marcado por el episodio de la expulsión de los moriscos.

Tramos 1 y 2: Los 16 caños del centro histórico y la antigua entrada a Berja

Molino del Perrillo. | Anyo/QVEA

Las dos primeras fuentes que visitaremos nos permitirán admirar dos de los edificios, sin duda, más emblemáticos de Berja. Uno, su Iglesia de la Anunciación; otro, el espectacular Ayuntamiento, sitos ambos muy cerca de la Torre de los Enciso.

Al salir de la Oficina de Turismo pasaremos junto al Molino del Perrillo, un edificio recién restaurado que data de 1863 y es el más fiel ejemplo de la arquitectura doméstica y burguesa virgitana, donde se encuentran además la Biblioteca, el Archivo y el Centro Virgitano de Estudios Históricos. Temporalmente, se ofrecen aquí los servicios de la Oficina de Turismo.

Fuente de la Cárcel. | Anyo/QVEA

Seguiremos bajando la emblemática calle del Agua y, girando a la derecha, accederemos al lateral del templo. Este se erigió originalmente en 1530 sobre una antigua mezquita. El actual data de 1879, de estilo neoclásico y caracterizado por sus dos imponentes torres y una planta con tres naves. Llegaremos entonces a la Fuente de la Cárcel, que data de 1867 y que se encontraba en el patio del presidio del partido judicial, con objeto de que los presos pudieran beber agua.

Fuente de los 16 Caños. | Anyo/QVEA

Y bajando la escalinata de la iglesia llegaremos a la Plaza de la Constitución (en obras en el arranque de 2022), donde encontraremos la más monumental de las fuentes virgitanas, la de los 16 Caños, que preside a su vez la plaza central del municipio y data de 1859, surgida con una función más ornamental que práctica, rodeada por cuatro escalones y con un estanque en forma de corona circular.

Proseguiremos esta primera parte del recorrido saliendo hacia la cercana y fabulosa Plaza Porticada. Está situada apenas a unos pasos de aquella y es la única de toda la provincia de Almería que se mantiene íntegra y reconstruida.

Plaza Porticada de Berja en la Ruta de las Fuentes de Berja
Plaza Porticada de Berja. | Anyo/QVEA
Fuentes del Macho y de la Hembra. | Anyo/QVEA

Pasearla tranquilamente y tomar algo sentados en alguna de sus terrazas es un plan obligado en nuestra visita a Berja. Data de 1860 y presenta soportales con 37 arcos de medio punto. Y en cada uno de sus extremos, dos pequeñas fuentes enfrentadas, las del Macho y de la Hembra, con sendos bajorrelieves de águilas con las alas desplegadas, perfectas para beber y refrescarse.

En su entorno se encuentra además el Museo de la Semana Santa y la Religiosidad Popular de Berja, inaugurado en 2019 y que gira en torno a las cofradías virgitanas, que cada año configuran una de las Semanas Santas más importantes y con mayor número de procesiones de Almería.

Muestra una réplica exacta del sarcófago romano de Alcaudique, cuyo original está expuesto en el Museo Arqueológico Nacional (Siglo IV), así como restos originales del tabernáculo de la iglesia de Berja que fue destruida por un terremoto en 1804.

Y para finalizar este primer tramo de la ruta urbana por las fuentes de Berja, visitaremos primero la fuente que recibía a los visitantes que llegaban a Berja desde Adra, y otro ejemplo de monumentalidad virgitana, la Fuente de Toro, que incluso le da nombre a su barrio, situado entre los de Matadero, Pago y Los Cobos.

Para llegar desde la Plaza Porticada caminaremos apenas cinco minutos, volviendo sobre nuestros pasos para contemplar nuevamente la icónica imagen de la iglesia y el Ayuntamiento.Atravesamos la Plaza de la Constitución y descendemos otra de las calles importantes de Berja, la calle Goya.

Llegaremos entonces a esta fuente neoclásica del siglo XVII que cuenta con dos pilares a distintas alturas, pensados para que bebieran de uno las personas y de otro los animales.

Después, nos merecerá la pena seguir descendiendo en dirección sur. Dejaremos a nuestra izquierda el conjunto arqueológico de Villavieja. Allí se encuentran los restos de la imponente Alcazaba homónima, que fue la segunda fortaleza árabe en extensión de la provincia. Alcanzaremos otras dos fuentes que se ubican en esta zona, camino de la barriada de San Roque: las fuentes de Ramales y la Encrucijada de Pago.

Tramos 3 y 4: camino a la Ermita y la Sierra de Gádor

Caminando tras las fuentes de Berja hemos abandonado el núcleo principal. Para encontrar las restantes que pertenecen al entramado urbano, aunque progresivamente más alejadas del centro, deberemos volver a la Plaza Porticada como punto de encuentro. Desde aquí marcharemos en este caso en sentido contrario (norte-nordeste) al anterior. Nuestro recorrido callejeando por Berja nos encamina hacia el fastuoso Teatro Municipal, a través de la calle Alcántara. En su entorno se encuentra la Fuente de Don Emilio.

Fuente de Don Emilio, junto al Teatro Ciudad de Berja. | Anyo/QVEA

Esta fuente toma el nombre del antiguo propietario de la casa a la que se adosa. Esto era muy común en Berja en los siglos XVIII y XIX, nombrar los lugares en función de las personas que vivían allí. Ello también sucede, si seguimos hacia la carretera A-358 y la cruzamos, con el Marqués de Iniza, que tiene su calle, su casa-palacio y, claro, su Fuente del Marqués.

Y al final de esta calle, en dirección siempre hacia la imperdible sierra de Gádor, alcanzaremos la fuente de la Placeta de la Saliva, en la confluencia entre cuatro vías virgitanas y una de las que tradicionalmente ha gozado de mayor abundancia y caudal de agua.

Fuente de la Placeta de la Saliva, en la Ruta de las Fuentes de Berja
Fuente de la Placeta de la Saliva. | Anyo/QVEA

La de la Saliva significará el final del tramo 3 y el punto de inicio del 4, que comprende tres emblemáticas fuentes virgitanas distintas a las anteriores y muy importantes todas ellas: las del Almez, La Higuera y el Oro. Todas se encuentran muy cercanas entre sí y a mitad de camino a uno de los lugares de mayor devoción no ya de Berja, sino de toda la provincia de Almería: la ermita de la Virgen de Gádor.

La primera de ellas es la Fuente del Almez, en el popular barrio de Los Cerrillos, con sus calles estrechas y serpenteantes, a la que llegaremos desde la Plaza de la Saliva tomando la calle de las Mercedes.

A mitad de camino pasaremos junto a la pequeña y sencilla Ermita de las Mercedes, de la que sobresale su torre y con un entorno que invita al esparcimiento, como sucede en la cercana fuente, que toma su nombre de un árbol autóctono que ha servido tradicionalmente para las labores agrícolas. Su caudal es casi siempre abundante y mana de tres lugares distintos, para unirse en una única acequia, el brazal de riego del Almez. Relajarse en su entorno sentado sobre sus trancos de piedra es un verdadero deleite.

Fuente del Almez, en la Ruta de las Fuentes de Berja
Fuente del Almez. | Anyo/QVEA

Muy cerca encontraremos la Fuente de La Higuera. Situados en la del Almez, seguiremos la calle Santa Susana en dirección a la Ermita. En su final giraremos a la izquierda, para subir por la vía del mismo nombre de la fuente, a la que accederemos descendiendo unas escaleras.

Es un manantial antiquísimo que ya se cita en el Libro de Apeos de Berja de 1572. Se configura al estilo constructivo árabe denominado qanab, o ‘galería’, con una acequia y lavadero que podremos apreciar en otras fuentes no urbanas de Berja, como la de Rigualte.

Por último, en nuestro camino hacia la ermita de la Virgen de Gádor, y tras volver sobre nuestros pasos desde la fuente de La Higuera para bajar a la confluencia con la calle Santa Susana, llegaremos a la Fuente del Oro, un espectacular afloramiento de agua que destaca por su lavadero y que recibe el líquido elemento, como todas las de su entorno, de las aguas filtradas por la Sierra de Gádor, que cruza el sur de Almería de oeste a este y que llega a alcanzar los 2.200 metros de altitud.

Fuente del Oro, en la Ruta de las Fuentes de Berja
Fuente del Oro. | Anyo/QVEA

Es posiblemente la más emblemática de todas las fuentes de Berja por su importante caudal. Se sitúa además muy próxima al lugar de veneración por excelencia para los virgitanos, su ermita. Su configuración actual data de 1934, aunque su origen se remonta, como las anteriores, al menos al siglo XVI.

Lo bueno de la ruta por las 15 fuentes urbanas de Berja es que nos abre las ganas de seguir descubriendo los manantiales y afloramientos de agua de su extenso término municipal. O al menos, la mayor parte de ellas, que superan el medio centenar.

Para ello nos podemos servir de información en la Oficina de Turismo, con un mapa que recoge la ubicación de todas ellas. Algunas de las más destacadas son las de Alcaudique, Hirmes, la Cañada de Roda o las Fuentes de Marbella.

Dónde comer al visitar las fuentes de Berja

Berja fue un lugar muy destacado económicamente en los siglos XVIII y XIX. Ello puede apreciarse en sus abundantes edificios señoriales, que han llegado en muchos casos hasta nuestros días. En uno de ellos se ubica el Hotel Restaurante Casa Palaciega XIX, un lugar ideal que nos permitirá retomar fuerzas de la mejor manera, en un entorno único, muy agradable, con un trato personalizado y una comida excelente.

El hotel cuenta con jardín y piscina y se ubica en la céntrica calle del Agua, muy cerca de las plazas Porticada y de la Constitución. Una elección de acierto seguro, tanto para alojarse como si simplemente se quiere disfrutar de su restaurante.

La declaración de la Geoda de Pulpí como Monumento Natural de Andalucía eleva a 11 la lista de monumentos naturales de Almería

La lista de los monumentos naturales de Almería cuentan con un nuevo integrante. La declaración de la Geoda de Pulpí como Monumento Natural de Andalucía incluye desde el mes de febrero de 2022 a este espectacular rincón de la geografía almeriense en un ‘selecto club’ de parajes de la provincia, de indudable atractivo natural y que poseen tal distinción oficial.

Con este verdadero tesoro geológico de importancia mundial, que se ubica en la comarca del Levante Almeriense, son ya 11 los monumentos naturales de Almería. Visitarlos todos lleva al viajero a sumergirse, y nunca mejor dicho, en la gran riqueza de la provincia. Y es que si queremos descubrirlos todos tendremos, entre otros retos, que practicar submarinismo a la búsqueda de las praderas de posidonia. ¡Que no todo lo que esconde la provincia está disponible a simple vista!

Monumentos Naturales de Almería: ¿Qué son?

Los Monumentos Naturales de Almería, los Monumentos Naturales, en general, se tratan de espacios o elementos de la naturaleza constituidos básicamente por formaciones de tal singularidad, rareza o belleza, que merecen ser objeto de protección especial. Es una figura oficial concedida por la administración autonómica a espacios o elementos que ya gozan del reconocimiento y aprecio de la población, por los valores singulares que presentan. Uno de los objetivos de esta figura es implicar a la ciudadanía en la protección de su patrimonio natural y cultural.

En el caso de la última en sumarse, la Geoda de Pulpí, es monumento natural en el ámbito geológico, aunque un paraje con este reconocimiento puede serlo también biótico, geográfico, ecocultural o mixto.

Geoda de Pulpí (Pulpí)

Geoda de Pulpí. | Geoda de Pulpí
Geoda Gigante de Pulpí. | Geoda de Pulpí

Una geoda es una piedra hueca tapizada de cristales, normalmente de cuarzo, amatista y yeso cristalino, formaciones que suelen tener un pequeño tamaño y que son consideradas joyas naturales. En el caso de la que se ubica en las entrañas de la población de Pulpí, concretamente en la pedanía de Pilar de Jaravía, sus dimensionas permiten catalogarla como gigante, al tratarse de la segunda conocida más grande del mundo, la mayor de Europa y la más importante a nivel mundial de las visitables, ya que la que se encuentra en México (Mina de Naica) y que la supera en tamaño ofrece unas condiciones muy extremas de temperatura que hacen prácticamente inviables las visitas.

La geoda de la Mina Rica de Pulpí mide casi 9 metros de largo, 3 de ancho y casi 2 de alto y posee una gran colección de cristales de gran tamaño. Una verdadera ‘habitación’ de cristales preciosos digna de ser contemplada. Y esto en lo concerniente a su ‘estancia’ principal, ya que la cueva ofrece también a la vista otras geodas de menor tamaño, pero igualmente espectaculares. Desde su apertura ha recibido decenas de miles de visitas y su presencia es de suma importancia para Pulpí y toda su zona.

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Arrecife Barrera de Posidonia (Roquetas de Mar)

Pradera de posidonia. | Turismo Roquetas

Sumerjámonos ahora en las aguas de ese enorme centro turístico, con múltiples atractivos de diversa índole, que es Roquetas de Mar. Sus fondos marinos cuentan con uno de los escasos arrecifes de posidonia oceánica que aún se conservan en la costa mediterránea, único en el litoral andaluz, y monumento natural de tipología biótico. Es una joya exclusiva de este litoral que sirve de refugio a más de 800 especies animales y vegetales y constituye una zona de reproducción y alevinaje de numerosas especies de pesca. Ocupa 108 hectáreas submarinas.

Roquetas de Mar es uno de los mejores lugares de toda la costa almeriense para la práctica del submarinismo, buceo, snorkel… y en general cualquier otro deporte náutico. Escuelas y clubes especializados permiten a todos los interesados en las disciplinas submarinas apreciar de cerca este y otros tesoros sumergidos bajo las aguas del Mediterráneo.

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Cueva de Ambrosio (Vélez-Blanco)

Cueva de Ambrosio, uno de los monumentos naturales de Almería
Cueva de Ambrosio. | Junta de Andalucía

La riqueza arqueológica está también muy presente en Almería. Esta cueva constituye un yacimiento arqueológico fechado en el solutrense medio, que está declarado Bien de Interés Cultural. Está situada al norte de la provincia, a caballo entre los términos municipales de Vélez-Blanco y María, en el Parque Natural Sierra de Maria-Los Vélez. Contiene manifestaciones de arte rupestre declaradas Patrimonio de la Humanidad desde 1998 y que pertenecen al estilo denominado arte levantino. El descubrimiento de estas pinturas es muy reciente, ya que data de los últimos años del pasado siglo.

Bajo la tipología ecocultural, este monumento natural está formado por oquedades kársticas en la ribera del arroyo del Moral y a una altura sobre el mismo de un centenar de metros. Se trata de uno de los yacimientos paleolíticos más importantes del sureste ibérico gracias a su amplia estratigrafía y de otro de los monumentos naturales de Almería.

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Isla de San Andrés (Carboneras)

Isla de San Andrés. | Junta de Andalucia

Territorios insulares que emergen para configurar un paisaje único en distintos rincones de la costa almeriense. Pueblos marineros con ‘islas desiertas’, como Carboneras, con su Isla de San Andrés. Está ubicada al noreste del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, frente a la playa de la Puntica del municipio carbonero. En realidad no es una isla, sino dos, compuesta por dos islotes rocosos que le confieren una particular forma que se asemeja a una ballena: Isla Grande e Isla Chica.

Aunque a simple vista parece yerma y desnuda, las apariencias engañan, ya que alberga una elevada riqueza natural y un gran valor geográfico. Es otro de los templos del buceo en Almería. Sus aguas son cristalinas y posee unos fondos rocosos extraordinarios para la práctica del submarinismo. Aquí podremos encontrar también praderas de posidonia oceánica, y los islotes presentan numerosas cuevas, grietas  y oquedades con una alta concentración de vida submarina. Se sitúan a apenas medio kilómetro de la reseñada playa de la Puntica.

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Islas de Terreros y Negra (Pulpí)

La Isla Negra, uno de los monumentos naturales de Almería
Isla Negra en Terreros. | Víctor Visiedo

No abandonamos la costa del Levante almeriense, aunque seguiremos hacia el Norte hasta alcanzar el último de los municipios costeros de la provincia antes de llegar a la Región de Murcia. Volvemos a Pulpí, que también cuenta con islas propias que sumar a sus muchos atractivos. Se trata de dos ínsulas de origen volcánico, ubicadas a unos 700 metros de la costa, aunque más separadas entre sí que las de Carboneras. Isla de Terreros se sitúa frente a la Punta del Cañón, mientras que la Negra se alza frente a la Batería de San Juan de los Terreros. Presentan en superficie una escasa vegetación y cuentan con unos fondos marinos de gran riqueza.

Constituyen también un punto ideal para la observación de aves. Y es que estas islas albergan la comunidad más importante de aves marinas que nidifican en la provincia de Almería. De entre ellas, destacan especies amenazadas cuyas poblaciones se hallan en regresión en la costa mediterránea, como la pardela cenicienta, que solo se asienta en tierra para criar, o el paíño europeo. Otras especies de interés que se observan con asiduidad en estas islas son la gaviota patiamarilla, la garceta común, la garcilla bueyera, el pálido y el vencejo común.

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Sabina Albar (Chirivel)

Sabina Milenaria en Chirivel, en Sierra de María-Los Vélez. | Lázaro Martínez/QVEA

Los árboles de gran porte y centenarios bagajes vitales son también señas de identidad en varios puntos de la provincia. El municipio de Chirivel, en pleno Parque Natural Sierra de María Los Vélez, cuenta con un extraordinario ejemplar de sabina albar, un árbol único al que se le calcula una edad casi milenaria, pues ronda entre los 600 y 1.000 años de antigüedad. La sabina goza de una buena salud y es uno de los grandes símbolos de la comarca de Los Vélez.

Esta maravilla de la naturaleza posee una copa de color verde oscuro, muy ramificada y extendida, que está soportada por un tronco grueso y sinuoso en cuya base sobresalen sus raíces desnudas. La estampa le confiere un aspecto si cabe más longevo. Su dura madera es de muy buena calidad, muy apreciada para trabajos de carpintería, lo que propició su tala masiva en tiempos pasados. Aunque la sabina milenaria de Chirivel, por suerte, se salvó.

Piedra Lobera (Lúcar)

Piedra Lobera de Lúcar, Monumento Natural de Almería
Piedra Lobera, en Lúcar. | Junta de Andalucía

En el extremo oriental del Sistema Bético, en la comarca del Alto Almanzora, se encuentra la Sierra de Lúcar, donde se eleva a una altura de 1.722 metros el Monumento Natural Piedra Lobera, una espectacular formación caliza de paredes escarpadas que sobresale notablemente en el entorno, constituyendo un hito geográfico de gran interés y espectaculares paisajes.

Se la conoce como Piedra Lobera porque cuenta la leyenda que fue en este lugar donde se exterminaron los últimos ejemplares de lobos que abundaban por estas sierras. Uno de sus riquezas estriba en su flora, con distintas especies exclusivas. Destaca la Arenaria tomentosa, que crece entre los roquedos; así como la madreselva del pirineo y la exótica peonía, denominada rosa de monte, a la que se le atribuyen propiedades medicinales.

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Peñón de Bernal (Vícar)

Peñón de Bernal. | Anyo/QVEA
Peñón de Bernal. | Anyo/QVEA

Seguimos con imponentes promontorios que destacan en el paisaje, aunque en esta ocasión el entorno es muy distinto, ya que el Peñón de Bernal, la ‘montaña de poder’ de Vícar, se erige mucho más al sur, frente a las costas del Poniente Almeriense, con el Mar de Plástico a sus pies y ubicado en el extremo oriental de la Sierra de Gádor.

Su formación data de la era Jurásica y su visión resulta icónica en esta parte de la geografía almeriense. Fue escenario natural del rodaje de una de las películas más renombradas de las muchas superproducciones rodadas en Almería: Conan el Bárbaro, de la mano de Arnold Schwarzenegger. y su presencia atrae a senderistas y aficionados a la escalada.

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Las Canales de Padules (Padules)

Las Canales de Padules, uno de los monumentos naturales de Almería
Las Canales de Padules. | Junta de Andalucía

El recorrido por la provincia de Almería no puede ser más completo en la búsqueda de los 11 Monumentos Naturales almerienses, y para llegar a Las Canales de Padules, ubicadas en el pequeño pueblo homónimo, tomaremos dirección Oeste, camino de la parte almeriense de Las Alpujarras. Como sucede con los espectaculares pueblos de Laujar de Andarax o Berja, situados relativamente cerca de Padules, las canales se presentan al viajero como un lugar de obligada visita.

Este paraje es un verdadero vergel, rodeado de huertos tradicionales en su inicio, al que se llega descendiendo desde el pueblo. Tiene una gran importancia geológica, a caballo entre la umbría de la Sierra de Gádor y la solana de Sierra Nevada. Está generado por el río Andarax, que al pasar entre dos paredes verticales de roca forma un remanso de agua cristalina, con pozas, pequeñas cascadas y mucho espacio para disfrutar de la naturaleza en un entorno bellísimo.

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Encinas milenarias La Peana y Marchal del Abogado (Serón)

La Peana de Serón, Monumentos Naturales de Almería
La Peana de Serón. | Junta de Andalucía

La Encina de La Peana está catalogado como el árbol más grande de Andalucía y uno de los más antiguos que todavía perviven. Lo podemos encontrar en Serón, en plena Sierra de Los Filabres, y cuenta con unas imponentes dimensiones: una altura de 18,50 metros, un diámetro de 20 metros de copa y una proyección de esta de 301,59 m². Su nombre se debe a una gran peana de casi 15 metros de perímetro que presenta la base y que hace que actúe como un pedestal. Por desgracia, en el inicio de 2022 se encuentra en grave riesgo de muerte y se ha generado un importante movimiento social para intentar salvarla.

Y también en Serón, si bien cada uno de los dos árboles tiene entidad propia como Monumento Natural de Andalucía, encontramos la Encina del Marchal del Abogado, otro árbol de enorme porte que destaca por su gran robustez. Posee un tronco que llega a alcanzar más de 5 metros de diámetro y su enorme sombra alcanza más de 400 metros cuadrados. Se ubica en la pedanía de Serón que le da nombre.

En ambos casos, muy cerca se encuentra el poblado minero de Las Menas de Serón.

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Ejerció durante casi un siglo su trascendental papel de guía para pescadores y marinos

El sol remolonea cada tarde mientras se pierde lentamente en el horizonte de Roquetas de Mar. Azul radiante en primer plano; despliegue de tonos anaranjados y rojizos en segundo. Dos inconfundibles siluetas, partes ambas de un todo icónico y emblemático que imprime carácter propio a este rincón de viejos marineros, se añaden a la mágica escena.

El espectáculo del ocaso desde el ‘kilómetro cero’ roquetero es gratuito y fiel: se repite cada día, y con él, también la contemplación de las principales joyas patrimoniales de Roquetas, nacidas siglos atrás de la necesidad de alertar, pero convertidas mucho tiempo después en historia viva y símbolos indudables de la que hoy es ya toda una ciudad.

Un faro ‘legendario’

El faro de Roquetas ejerció durante casi un siglo su trascendental papel de guía para pescadores y marinos. El castillo de Santa Ana, con igual importancia máxima en cuanto a su cometido, sirvió para alertar y defenderse de incursiones poco amistosas: piratas berberiscos en la mayoría de ocasiones, o invasores de cualquier otra calaña y similares pretensiones. Nos detendremos hoy en la luz. El de Roquetas forma parte del extenso ‘catálogo’ de faros legendarios que salpican la costa de Almería, desde Pulpí hasta Adra, y viceversa. Indisolublemente unido al pasado, su faro es también un elemento muy activo del presente de Roquetas de Mar.

Punto neurálgico y corazón de Roquetas de Mar

Costa roquetera desde el faro. | Fer Justicia

La disposición geográfica de Roquetas de Mar va unida indisolublemente a la línea que va trazando el litoral Mediterráneo en esta zona de Almería. Las envidiables playas urbanas roqueteras son un compendio de banderas azules, ‘Q’ de calidad y otras certificaciones que conceden oficialidad a aquello que salta a la vista (su extraordinario atractivo derivado de sus condiciones, dimensiones, servicios,…). Junto a las consideradas no urbanas y de igual e imponente belleza, encuentran en el faro de Roquetas y en el anexo castillo una suerte de punto neurálgico o de inflexión, desde el que se configuran las dos grandes zonas costeras de Roquetas, a su poniente y a su levante.

Desde aquí, en dirección Oeste, podemos encontrar la fantástica playa de la Bajadilla, que se adentra en la zona por la que el municipio se extendió décadas atrás, de la mano de su gran atractivo turístico: la Urbanización, o, para decirlo en ‘roquetero’, la ‘Urba’. Si seguimos en la misma dirección llegaremos a Playa Serena y a la Playa de Cerrillos, ya en la Reserva Natural Punta Entinas-Sabinar, una de las grandes joyas naturales de Roquetas y que se extiende hasta El Ejido.

Zona de esparcimiento junto al faro. | Fer Justicia

En la dirección opuesta, desde el faro y el castillo hacia el Este, lo primero que encontraremos será el puerto de Roquetas de Mar, objeto actualmente de una profunda remodelación (junto a todo el entorno de los dos emblemáticos edificios), que permitirá modernizar sus instalaciones y facilitar una mayor integración con la ciudad. Este es uno de los dos puertos con los que cuenta el municipio, ya que en el límite de levante se encuentra el de Aguadulce, aunque antes de llegar allí, y si seguimos la línea de la costa, recorreremos todavía la imponente playa de La Romanilla, y las de Las Salinas, Los Bajos y La Ventilla, así como otra zona natural, los humedales de la Ribera de la Algaida, que albergan una riquísima biodiversidad.

Y en el centro de todo, en pleno corazón del lugar como si fuera la punta afilada de un compás sobre el que pivota todo lo demás, los verdaderos estandartes del patrimonio histórico y sentimental de Roquetas de Mar.

La mano de Isabel II en el faro de Roquetas

Más de 80 años de servicio repartidos durante dos siglos contemplan al Faro de Roquetas de Mar, que comenzó a avisar a los barcos de la inminente presencia de tierra poco después de que la Reina Isabel II atendiera la petición de la incipiente localidad almeriense, inaugurándose en diciembre de 1863, casi al par que el primitivo fondeadero, y luego puerto, roquetero.

La monarca había arribado en barco a Almería el año anterior, comprobando de primera mano la necesidad de contar con una luminaria en este punto del litoral, por lo que los trámites para su construcción no se demoraron.

Fin del uso como faro

El faro cerró su etapa de luz en mayo de 1945, cuando su utilidad llevaba varios años en entredicho. Su torre mide 9,5 metros, lo que se debe unir a la elevación del terreno, situándose a algo más de 17 metros sobre el nivel del mar. El alcance de su linterna era de 9 millas y era especialmente útil para las operaciones de entrada a la ensenada natural donde se construyó el puerto.

El hecho de no contar con unas dimensiones especialmente grandes y el crecimiento de las instalaciones portuarias contribuyeron a que no permaneciera en el tiempo como linterna de referencia. Su presencia incluso podía ser perjudicial para las embarcaciones que se aproximaran al puerto, debido a la nueva configuración del mismo. Así sucedió tras la construcción del muelle de poniente y el dique de levante, que no existían cuando se puso en funcionamiento el faro.

Foco de manifestaciones culturales en Roquetas

Exposición en el faro de Roquetas. | Fer Justicia

Pero este final de su vida útil ni mucho menos hizo que se ‘acabara’ la trayectoria del coqueto faro roquetero. Con posterioridad tuvo, y sigue teniendo, distintos usos que le permitieron seguir siendo una edificación viva y práctica.

El faro de Roquetas en sí emerge de una pequeña construcción de planta rectangular que hizo las veces de residencia para el farero, y posteriormente para el encargado del puerto de Roquetas, durante varios años más. Se convirtió mucho después en una instalación cultural ideal para pequeñas exposiciones y muestras de las más variopintas manifestaciones artísticas.

El faro de Roquetas, uno de los edificios con más solera del Poniente Almeriense

Entre medias, el edificio se sometió a unas obras de restauración que permitieron devolverle el esplendor que hubiera podido dejar por el camino a causa del tiempo. En la actualidad presenta un muy buen estado de conservación. Ello le hace ser uno de los edificios históricos con más solera del municipio y de toda la comarca del Poniente Almeriense. Así, cuenta con dos estancias habilitadas como salas de exposiciones, las habitaciones que en su día fueron utilizadas como vivienda, y que albergan material expositivo de manera permanente.

El faro es gestionado por el Ayuntamiento de Roquetas de Mar, cuya área de Cultura va renovando con periodicidad las muestras. Esto permite que a lo largo de todo un año sean varias decenas las que puedan ser contempladas por sus visitantes, y abarcando un amplio abanico de disciplinas: pintura, fotografía, escultura, maquetas, moda…

Cómo visitar el faro de Roquetas

Faro de Roquetas. | Fer Justicia

La visita a las instalaciones del faro de Roquetas de Mar es gratuita y, salvo las eventuales restricciones a causa de la crisis sanitaria, permanece abierto de lunes a sábado en un amplio e ininterrumpido horario, hasta las 21:00 horas, aunque el visitante no debe esperar poder subir a la torre, ya que esto no está contemplado.

No obstante, las vistas desde su pie son igualmente inconmensurables, estando considerado este lugar como el punto más emblemático de los miradores naturales de Roquetas.

Las exposiciones que se ofrecen en su interior suelen tener una permanencia de en torno a 15 días y se caracterizan por la alta calidad de las propuestas artísticas.

Pese a estar separado por varias decenas de metros del castillo de Santa Ana, puede decirse que ambos monumentos forman parte de un mismo recinto, con amplias zonas para el paseo, el esparcimiento y la contemplación del mar. Bajo sus pies, el final de la Playa de La Bajadilla y esas características ‘roquetas’ donde rompen las olas y que dan nombre a la propia localidad.

Así, lo más habitual es realizar la visita de todo el complejo, incluidas ambas instalaciones, y contemplar no solo las exposiciones de arte, sino los propios edificios históricos.

Dónde comer tras visitar el faro de Roquetas

Roquetas de Mar es la localidad con mayor número de visitantes y turistas de toda la provincia de Almería y destaca por la calidad y la cantidad de sus bares, restaurantes y chiringuitos. El faro, el castillo y el puerto cuentan en sus alrededores con decenas de lugares donde completar de la mejor manera posible la visita a este corazón roquetero, ubicados en el populoso barrio homónimo, el barrio del Puerto.

El restaurante Alejandro, en pleno puerto de Roquetas, a muy pocos metros del faro, es uno de sus principales emblemas gastronómicos y de hecho es un habitual en los reconocimientos de estrellas Michelín. Los productos frescos del mar y de la huerta almeriense son la base de su cocina de autor.

Espectáculos de luz, figuras originales, atracciones o portales de Belén en los que no faltan elementos locales para ver en Navidad con niños

De norte a sur y de este a oeste, la provincia de Almería se ha llenado de luz con la llegada de la Navidad. Aunque ya llevamos varios días metidos de lleno en el espíritu navideño, todavía son muchos los días que quedan hasta la venida de los Reyes Magos. Son también, por lo tanto, muchos los sitios que ver en Navidad en Almería con niños. Lugares, en la práctica totalidad de las veces, muy céntricos dentro de cada municipio, de fácil llegada, que abrirán de par en par los ojos de los más pequeños. Lugares, uno por comarca, que seguirán despertando la ilusión de las fiestas navideñas con espectáculos de luz, figuras originales, atracciones o portales de Belén en los que no faltan elementos locales de cada municipio.

Estrellas de Navidad y luces en la plaza de la Catedral de Almería

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Almería capital, por ser precisamente la capital, es la que se lleva la palma cada año con la llegada de la Navidad. Este año, ha instalado una noria gigante en la Rambla (en el Área Metropolitana hay otra noria, más pequeñita, en la plaza de Las Mascaranas de Huércal de Almería), además del tradicional árbol navideño en Puerta Purchena. Pero donde el espectáculo de luces es mayor es en la plaza de la Catedral. Allí, nos reciben dos enormes estrellas de Navidad en un continuo juego de luces, en el que sin duda es uno de los lugares más mágicos que ver en Navidad en Almería con niños en esta época navideña.

Roquetas de Mar cambia el árbol por su faro

Faro de Navidad en Roquetas de Mar. | Ayto. Roquetas de Mar

Desde la carretera de Alicún hacia el Teatro Auditorio, Roquetas de Mar nos presenta un regalo iluminado junto al Monumento a la Peseta en el que podemos meternos para hacernos la foto de rigor. Pero el verdadero ‘regalo’ está una vez llegamos a la avenida de Juan Carlos I, en el parque de Los Bajos. Allí, donde cualquier visitante esperaría ver un árbol de Navidad de enormes dimensiones, lo que encuentra es otro elemento más local y perfectamente reconocible: el faro de Roquetas. Junto a un mercadillo navideño y atracciones para los más pequeños, este imponente faro hace su función: dar luz, no ya a marineros, sino a todos los visitantes que se acercan a Roquetas de Mar esta Navidad.

Fondón: un tren cargado de regalos y un ‘photocall’ de bola de nieve

Tren de Navidad en Fondón. | Alba O./QVEA
Tren de Navidad en Fondón. | Alba O./QVEA

Escalamos ahora por la Alpujarra hasta Fondón. Desde la A-348, la carretera nos deja a las mismas puertas de la localidad, una vez pasado Canjáyar, donde si hacemos una parada previa encontraremos un árbol de Navidad hecho de ganchillo. Pero es Fondón el rey navideño de la Alpujarra Almeriense y uno de los sitios a los que ir esta Navidad en Almería con niños. Esta localidad vuelve a presumir de su iluminación navideña, con más de 250.000 luces que ambientan su plaza estas fiestas. Un tren cargado de regalos, un  prominente árbol, o su cielo iluminado son algunas de las decoraciones que se pueden ver con niños esta Navidad. Además, este año han cambiado su característico corazón por un ‘photocall’ en forma de bola de nieve.

Un muñeco de nieve de lana en Abrucena

Muñeco de nieve de lana. | Ayto. Abrucena

En la comarca de Los Filabres-Tabernas, y dentro de esta en su área correspondiente a Nacimiento, Abrucena ha tirado de originalidad para elaborar un muñeco de nieve. Lo ha hecho, como también un portal de Belén, con pompones de lana de diversos colores. Son más de 6.000 pompones los que han servido para confeccionar esta figura navideña que permite al municipio desmarcarse de lo convencional. Una iniciativa en la que han colaborado tanto los vecinos como desde el Centro Guadalinfo de la localidad y que hacen de Abrucena uno de los lugares a los que ir esta Navidad. El muñeco se puede encontrar a la entrada a la localidad, junto a la Oficina de Turismo, mientras que el Belén de ganchillo se encuentra en la plaza de Andalucía.

Purchena y su Belén Artístico Monumental

Belén Monumental de Purchena. | Ayto. Purchena

El espíritu navideño ha invadido también cada rincón del municipio de Purchena, en el Valle del Almanzora. Tanto, que la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento se ha transformado en un Belén Artístico Monumental, que ha puesto en pie el belenista Carlos Moreno Resina, vecino del pueblo. La obra hace un espléndido recorrido por la historia de Jesús y se puede visitar por las tardes, de lunes a viernes, y también por las mañanas, en fin de semana. Llegar al Belén Artístico Monumental de Purchena es muy sencillo. La Sala de Exposiciones del Ayuntamiento está ubicada en la Plaza Larga número 12, en pleno corazón del pueblo.

Una ruta por los belenes de Vélez-Rubio

Belén de Playmobil de la Hermandad Sardinera. | Lázaro Martínez/QVEA
Belén de Playmobil de la Hermandad Sardinera. | Lázaro Martínez/QVEA

Son muchas las rutas que se pueden hacer por Vélez-Rubio para conocer este municipio de Los Vélez, pero si se hace en Navidad con niños, la más recomendable es la que recorre los principales monumentos del pueblo a través de los belenes que en ellos se alojan. Un recorrido en el que podemos ver un Nacimiento hecho de lana por jóvenes con discapacidad intelectual, un Belén de figuras de playmobil, otro que reúne los principales monumentos de la localidad y otro más en el que quien encuentre cuatro ratones se llevará una bolsa de chuches.

Un Belén Monumental de gran riqueza en Vera

Belén Monumental de Vera. | Víctor Visiedo P./QVEA

Finalizamos nuestra ruta de qué ver en Navidad en Almería con niños en el Levante Almeriense y con otro Nacimiento. Desde hace unos años, el Belén Municipal de Vera llama la atención de miles de visitantes por su monumental tamaño y la riqueza de cada una de sus figuras, elaboradas por los mejores maestros artesanos. Está expuesto en el Convento de la Victoria (calle Juan Anglada, cerca de la plaza Mayor). Es obra de Antonio de Haro y Francisco Gil, y tiene más de 50 metros cuadrados. Está compuesto por unas 250 figuras y cuenta con diferentes multitud de edificios, volúmenes y detalles al milímetro. El nacimiento está abierto por los cuatro lados, favoreciendo la visibilidad y reduciendo las aglomeraciones. 

Merenderos, rutas de senderismo, un viaje al centro de la Tierra, descubrir el origen del Indalo, un paseo con camellos o un pueblo donde encontrarse con personajes de cuento, qué ver en Almería con niños en otoño e invierno

El otoño poco a poco va diciendo adiós para dar paso al invierno, y aquí os proponemos una serie de lugares que ver en Almería con niños este otoño e invierno. En estas propuestas encontraréis merenderos, rutas de senderismo, un viaje al centro de la tierra, descubrir el origen del Indalo, un paseo con camellos o una visita a un pueblo donde encontrarse con personajes de cuentos clásicos.

Personajes de cuento en las fachadas de Vícar

Cuentos en las fachadas de Vícar. | Ayuntamiento de Vícar

Nuestro recorrido de sitios que ver en Almería con niños para estos meses de otoño e invierno comienza en la Villa de Vícar. Allí, todos los meses de agosto, con motivo de su cita anual ‘Paseando entre velas’, las fachadas y patios del pueblo se pintan siguiendo una temática: la de este año fue la de los cuentos clásicos. Caminando por sus calles conoceremos a muchos de estos personajes de cuentos. Además, estos dibujos incorporan un juego: hay que buscar doce huevos escondidos en ellos.

A la Villa de Vícar se llega desde la autovía A-7, en su salida 424. Si ascendemos hacia la sierra, la misma carretera nos dejará en este pueblo de cuento.

Recreo y senderismo en Laujar de Andarax

Panorámica de Laujar de Andarax. | Anyo/QVEA
Panorámica de Laujar de Andarax. | Anyo/QVEA

Uno de los mejores sitios para ver en Almería con niños es el paraje del Nacimiento del río Andarax, en la Alpujarra Almeriense. Su área recreativa es todo un atractivo para cientos de personas cada fin de semana y desde allí se pueden realizar diferentes rutas de senderismo, de mayor o menor dificultad. Una de ellas es la ruta de la Hidroeléctrica, aunque también está la senda de Monterrey.

Pero, sobre todo, se trata de un paraje en el que las familias pasan un agradable día, compartiendo un picnic campestre o, incluso, dándose un pequeño baño en el río. Ya se venga desde el Bajo Andarax o desde el Poniente Almeriense, atravesando la localidad, desde la propia calle principal de Laujar de Andarax encontramos el desvío hacia el área recreativa.

Recoger setas en la sierra de Los Filabres

Recogida de setas en Los Filabres. | Javier Cortés/QVEA

Otra actividad estrella para estos meses y que podemos hacer con niños es ir a recoger setas a la sierra de Los Filabres. Es una zona ideal para realizar estas rutas micológicas, consistentes en la búsqueda de setas en bosques en los que haya llovido. Se hacen generalmente acompañados por un guía durante el otoño, pero también en primavera si hay lluvias y la tierra está húmeda. Es recomendable llevar calzado resistente, ropa cómoda y una cesta.

Senés, Tahal o Velefique son algunos de los lugares de Los Filabres en los que se pueden realizar este tipo de rutas. También en la zona del río Nacimiento, donde destacan Abrucena y Abla. Precisamente en esta última localidad se celebran unas importantes jornadas micológicas.

En Los Filabres se pueden encontrar una gran cantidad de setas comestibles y también, venenosas. De las setas comestibles destacan varias: pies azules, seta de carrasca, robellones (o níscalos), seta de álamo, seta de cardo y pata de perdiz. Todas ellas se pueden encontrar en Velefique, si accedemos al Alto velefiqueño por la carretera que une esta localidad con Bacares.

Un día de ocio en Las Menas de Serón

Las Menas de Seron . | Mª José Martínez/QVEA
Las Menas de Seron . | Mª José Martínez/QVEA

Las Menas de Serón es un poblado minero donde se extrajo hierro desde finales del siglo XIX hasta el año 1968. Fue tan importante que en él llegaron a trabajar más de 2.900 personas. En la actualidad es una preciosa área de acampada que dibuja un cielo estrellado por la noche, un apartahotel y rutas de sendero para hacer con toda la familia, también con las mascotas.

En estas rutas de senderismo no solo encontramos naturaleza, sino que se pueden ver los restos de su industria. El Sendero Local de Las Menas es una ruta de 7 kilómetros, de dos horas y media de duración, señalizado durante el camino para que los visitantes estén guiados en todo momento.

Es la carretera A-1178 la que nos conduce hasta este enclave del municipio almeriense, a través de un zigzag de curvas que poco a poco van descubriendo sus peculiaridades.

Descubrir el origen del Indalo en la Cueva de los Letreros

Pinturas rupestres en la cueva de los Letreros. | Lázaro Martínez/QVEA

Uno de los legados más importantes que dejaron nuestros antepasados y que hoy es el símbolo de Almería es el Indalo. Para descubrir esta figura enigmática del neolítico con unos 7.500 años de historia hay que visitar el lugar en el que apareció, la Cueva de los Letreros en Vélez-Blanco.

Se trata de un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998, por ser el conjunto de arte rupestre más amplio de Europa y uno de los más importantes de la península Ibérica, siendo uno de los tesoros arqueológicos de la provincia de Almería.

Tras dejar la A-92 a la altura de Vélez-Rubio, los indicativos de Patrimonio de la Humanidad señalan el camino en dirección norte por la A-317 hacia Vélez-Blanco. Desde esta encontraremos la indicación para llegar a la cueva.

Otro viaje, al centro de la tierra, en la Geoda de Pulpí

Geoda de Pulpí. | Geoda de Pulpí
Geoda Gigante de Pulpí. | Geoda de Pulpí

Otra joya de la provincia, situada bajo tierra, es la Geoda de Pulpí, la más grande de Europa y la mayor visitable de todo el mundo. Situada en el camino entre Pulpí y San Juan de los Terreros, en la pedanía pulpileña de Pilar de Jaravía, se encuentra al final del recorrido por la Mina Rica, en la que encontramos otra serie de tesoros minerales que llaman la atención de expertos de todo el mundo.

Tras bajar más de un centenar de escalones, se llega hasta la misma boca de la geoda gigante. Entonces es cuando hay que asomarse a través de una estrecha oquedad para ver una de las mayores maravillas creadas por la naturaleza. Gigantescos cristales de yeso tan transparentes que se puede ver a través de ellos. Una maravilla que, hoy por hoy, solo se puede ver en un lugar del mundo: Pulpí.

Pasear con camello en Pechina

Rutas en camello en Pechina, algo que ver en Almería con niños. | Almería Camels

Cerramos en el Área Metropolitana, haciendo una ruta en camello en Pechina que se completa con una serie de actividades. Así, además del paseo en camello, podremos peinarlos y darles de comer. Incluso, podremos participar en una charla y buscar un tesoro.

Para llegar, hay que tomar la salida 452 de la autovía A-7 (salida de Viator) y desde allí seguir en dirección a Pechina. Hay que andar con ojo y tomar el Camino Ramblín, coger luego la derecha y seguir recto. Aquí te lo explican con todo detalle.

Las Ánimas Benditas de Adra; Alcolea; el triángulo formado por Gérgal, Olula de Castro y Tahal; la Casa del Cine de Almería; la Cueva Carrión de María; Laroya y el Cerro del Espíritu Santo de Vera, lugares misteriosos que ver en Almería por Halloween

Nadie puede dudar que Almería es tierra de misterio. Será su variado paisaje, la orografía del terreno o la esencia de todas las culturas que por aquí han pasado, pero lo cierto es que un halo sobrenatural envuelve la provincia. Se podrían hacer mil y un recorridos en busca de sucesos inexplicables a lo largo y ancho de esta bella tierra aunque, por la cercanía con la festividad de Halloween, esta sería mi propuesta de lugares misteriosos que ver en Almería tocando las siete comarcas.

Las Ánimas Benditas de Adra

Las Ánimas Benditas de Adra, uno de los lugares misteriosos que ver en Almería. | Alberto Cerezuela
Las Ánimas Benditas de Adra. | Alberto Cerezuela

En Adra existe un rincón mágico, casi desconocido para los de fuera, que esconde a partes iguales devoción y misterio. Debajo del arco romano encontramos la pequeña Capilla de las Ánimas Benditas. Es habitual encontrar, a cualquier hora del día, una cola de personas esperando su turno para dejarles flores, pequeñas velitas o aceite para las mariposas. Lo importante es que siempre tengan luz, esa luz que las guíe hacia el Cielo ya que son almas que están en el Purgatorio. A cambio, los fieles piden salud para los suyos, trabajo o amor.

Sin embargo, no todo es bonito, puesto que si la persona no puede cumplir con lo prometido, las ánimas benditas irán a reclamarle la deuda, ya sea tocándole en la puerta de su casa a altas horas de la madrugada, posándose a los pies de la cama del deudor o recostadas junto a él, o incluso mediante un sobrenatural encuentro formado por una comitiva de almas en pena que vagan en busca de la luz.

 

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La Luz de Alcolea

Si nos adentramos en la Alpujarra Almeriense, nada más salir de Berja podemos asistir al avistamiento de una extraña luz. Lleva sucediendo desde la posguerra y se acentúa cuando llegan estas fechas. Hablo de la Luz de Alcolea, fenómeno que saltó a la prensa en la Semana Santa del año 87 cuando Cayetano Galafat la vio en su finca del paraje de Los Llanillos.

Paraje de Los Llanillos desde la casa de Gabriel Moya, en Alcolea. | Alberto Cerezuela

Cientos de personas se congregaron esos días en busca de una luz que adoptaba las dimensiones de un balón de baloncesto, era de color rojizo y planeaba sobre las cosechas a una altura de metro y medio. Ufólogos y expertos en la materia expusieron sus hipótesis, aunque el testimonio de Agustín ‘Pistolete’, un conocido vecino, puso sobre la mesa que esa luz provenía del candil que portaba un ser totalmente vestido de negro, al que no se le veía la cara, con una planta de más de dos metros de altura. Los lugareños lo llaman “el tío enlutao” y es mejor no encontrárselo en esa carretera.

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¿Fenómeno OVNI o espíritus de mineros?

Siguiendo la estela de las luces populares, en Los Filabres-Tabernas encontramos un peculiar triángulo formado por Gérgal, Olula de Castro y Tahal. Los avistamientos de extrañas luces se cuentan por centenares y se presentan, incluso, ante agentes de la policía.

Extrañas luces en Olula de Castro
Olula de Castro. | Alberto Cerezuela

Las zonas más propensas para ello son la iglesia de Tahal y el cerro de enfrente; la entrada del pueblo de Olula de Castro y los alrededores de Gérgal. Es frecuente, sobre todo en verano, encontrar grupos de aventureros en busca de esas luminarias que quizá no tengan nada que ver con el fenómeno OVNI, sino con los espíritus de los mineros que perecieron en esas veredas.

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Casa del Cine de Almería

Nos adentramos ahora en la capital almeriense, sin duda el lugar que más misterios encierra. En su comarca, lo fácil hubiera sido señalar el Teatro Cervantes o el Cortijo de San Patricio, en Gádor, donde ocurrió el crimen que ha dado pie a la leyenda del “hombre del saco”, mucho más real de lo que pensamos.

Pero a mí me gustaría hablar de la actual Casa del Cine, situado en una antigua finca denominada Santa Isabel, también conocida como el Cortijo Romero o el Cortijo Balmas. Precisamente fue el republicano Miguel Balmas quien compró el lugar en 1866, transformándolo con los años en un auténtico paraíso de recreo. Ya entrado el siglo XX, esa casa disponía de piscina, pistas de tenis y el mejor jardín privado de Almería.

En esa época empezaron las reuniones masónicas hospiciadas por José Romero Balmas, a las que acudían personajes como el filósofo Levi Strauss o el arqueólogo Luis Siret. Los fenómenos extraños más conocidos tuvieron lugar en la época dorada del cine en Almería. Los vivió Rainer Fassbinder, director alemán que rodó allí la película ‘Whity’ en 1971 y quien afirmó que la casa le hablaba y le obligaba a hacer cosas como asesinar o suicidarse.

Seguramente la casa también le habló a John Lennon, pues le inspiró para componer allí la canción ‘Strawberry fields forever’ en septiembre de 1966. La energía del lugar le transportó a Liverpool, al orfanato donde estuvo cuando era un niño, reviviendo muchos fantasmas de su pasado. Precisamente en la fiesta de cumpleaños del propio Lennon se vivieron fenómenos paranormales como el estallido de platos y vasos, armarios que se abrían solos, y dos mujeres vestidas de negro que bajaban las escaleras ante los ojos de Chynthia Lennon, el propio John o Ringo Starr. Por cierto, en ese jardín reposan los restos de Pauline Taurinya, comunista y espía de las Brigadas Internacionales. Vivió fenómenos inexplicables en ese lugar y quiso reposar eternamente allí.

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El vampiro de la Cueva Carrión

Corría la primavera de 1932 cuando un hombre, natural del pueblo de María, en la Comarca de Los Vélez, decidió secuestrar y decapitar a una niña de dos años para más tarde beberse su sangre. Estaba enfermo de tuberculosis y la incultura de esa época propició esta absurda creencia. Lo bautizaron como el “vampiro de la cueva Carrión”, pues fue en ese lugar donde cometió este atroz crimen (sin embargo, algunos lugareños ubican el escenario en la llamada ‘cueva del Gallego’). La infortunada pequeña era hija de Antonio López Sánchez, conocido como ‘el Olimpo’. Fue uno de los crímenes más sonados en la primera mitad del siglo XX.

Los fuegos de Laroya

Informe oficial de los fenómenos de Laroya.

A poco más de una hora y media de allí tenemos la población de Laroya, conocida especialmente por los extraños fuegos del diablo o combustiones espontáneas que se comenzaron el 16 de junio de 1945 cuando a María Martínez, de catorce años, se le incendió el mandil que llevaba puesto. Desde ese momento fueron 300 los incendios en el periodo de un mes, sin que a día de hoy haya explicación alguna.

Desde el Régimen enviaron a una comitiva de ingenieros y peritos capitaneados por José Cubillo Fluiters quienes, tras unos días de estudio, redactaron un informe de más de doscientas páginas en el que la única conclusión es que había que mirar al cielo para obtener una respuesta.

Fenómeno OVNI, combustiones espontáneas, la maldición del moro Jamá, quemado vivo por la inquisición o la presencia del semidios Reshef (ascua ardiente), venerado  por los cartagineses para que atacara a todo aquel que quisiera explotar esas tierras, fueron algunas de las teorías.

Manuel Medina, Antonia Ujaldón o Ramón Doménech son algunos de los testigos que veían como pequeñas llamas o bolitas voladoras se posaban en los enseres y producían fuegos. Más de uno tuvo que tirarse al suelo ante el ataque de algunas de ellas, que parecían cobrar vida. Algún ingeniero también huyó a su Madrid natal cuando se le incendiaron sus aparatos o hasta sus ropas. Sin duda, uno de los grandes misterios del siglo XX.

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El Cerro del Espíritu Santo de Vera

Termino este peculiar recorrido haciendo una visita al Cerro del Espíritu Santo en Vera, donde el 5 de marzo de 2011 un rayo decapitó al Cristo que se erige en ese místico enclave dejándonos unas espectaculares imágenes. Muchos vecinos lo tomaron como una advertencia divina de que algo malo iba a pasar, al igual que sucediese días antes del terremoto que destruyó el lugar el 9 de noviembre de 1518, cuando las campanas de la iglesia repicaban solas advirtiendo del mal augurio.

Cerro del Espíritu Santo, uno de los lugares misteriosos que ver en Almería
El Cristo del Espíritu Santo de Vera, decapitado por un rayo en 2011. | Domingo Ortiz

Casualidad o no, pocos días después de la caída del rayo se produjo el famoso terremoto de Lorca, a pocos kilómetros de allí. Pero la magia del lugar no termina aquí. Bajo ese cerro reposan los restos de más de cien personas, víctima del suceso del siglo XVI y de una epidemia posterior.

Y, por si fuera poco, en una casa cercana al lugar, el Día de los Difuntos de 1997 apareció una extraña teleplastia que aún hoy se mantiene imborrable. Una historia que trajo a diversos parapsicólogos a Vera y que nos ha dejado una impactante psicofonía para la posteridad.

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¿Me creen ahora cuando digo que Almería está impregnada por la magia del misterio?
* Alberto Cerezuela es escritor, investigador y director de la Editorial Círculo Rojo

Es uno de los jardines botánicos más impresionantes de España y estremece por su belleza

Si por algo son conocidos en el mundo el municipio de El Ejido y la comarca del Poniente Almeriense es por su amplísima extensión dedicada a la agricultura intensiva. Las plantas crecen a cubierto y la vista se pierde a lo largo del conocido como Mar de Plástico, visible incluso desde lejanos satélites. Sin embargo, en El Ejido ni todo es plástico, verduras y frutas; ni todas las plantas crecen bajo techo.

Entre miles de hectáreas de invernaderos y erigido como un verdadero oasis de belleza y biodiversidad se encuentra La Almunya del Sur, uno de los jardines botánicos privados más impresionantes de España que estremece por su belleza.

La Almunya del Sur es un lugar para perderse y encontrarse, un catálogo de vida de los cinco continentes concentrado en 2.500 metros cuadrados de pura armonía, donde si algo reina es la belleza y si un sonido predomina es el del rumor del agua y el trino de los pájaros. Una pequeña joya que cada año atrae a varios miles de visitantes con la promesa de sorprenderles.

Uno de los rincones de La Almunya del Sur
La Almunya del Sur guarda mágicos rincones. | Anyo/QVEA

Un jardín andalusí en El Ejido

Y a fe que lo consigue. Sus más de 2.000 especies vegetales distintas, su disposición al modo de jardín andalusí -con permanente presencia del agua, materiales sencillos y a escala humana-, sus innumerables detalles ‘cuquis’ y el extraordinario mimo con el que sus responsables, Carlos y Manuel, tratan a los visitantes (casi tan bien como a sus plantas) son garantía de querer volver (¡y de querer volver con alguien querido, para compartir la experiencia!).

Europa, África, América, Asia, Oceanía… si conociéramos un sexto continente, parte de su flora crecería en La Almunya del Sur, que ofrece al visitante una inabarcable colección botánica fruto del amor por la naturaleza de sus propietarios, de sus viajes, su curiosidad, su investigación o los intercambios con personas de distintas partes del mundo, pero, sobre todo, de su tendencia a rodearse de belleza. Lo que simplemente comenzó como un hobby en una finca familiar destinada originalmente al cultivo de cítricos se ha convertido con el paso del tiempo en la maravilla que es hoy, un lugar que resulta parada obligada para los viajeros que llegan a Almería buscando lo bonito.

Jardín andalusí La Almunya del Sur
La Almunya del Sur ofrece al visitante una inabarcable colección botánica. | Anyo/QVEA

Cómo afrontar la visita al Jardín Botánico La Almunya del Sur

Al jardín se debe ir sin prisas. Para sus habitantes vegetales la prisa no existe, y para el visitante será mala consejera. Si algo apetece en este lugar es descubrirlo lentamente y con los ojos muy abiertos. Se puede visitar en cualquier época del año, todos los meses tienen su atractivo y el hecho de que haya tantas especies diferentes permite que el jardín nunca esté igual y que cada visita sea distinta a la anterior.

Para conocerlo se puede hacer con una entrada libre o con una visita guiada. Para esta segunda opción, es necesario que sea con un grupo de al menos seis personas y avisar con antelación. La diferencia entre ambas es de apenas un euro (la entrada cuesta 5 y 6 euros, respectivamente) y es muy recomendable, al menos la primera vez, escoger la visita guiada, pues permite al visitante conocer mejor lo mucho que atesora el jardín, de la mano de Manuel o Carlos.

Las plantas más buscadas

Algunas de las plantas más buscadas por los visitantes son las exóticas y las carnívoras, de las que pueden encontrarse más de un millar, además de 150 especies autóctonas diferentes. Este catálogo va creciendo con las nuevas adquisiciones del jardín, que continuamente se plantea nuevos retos de aclimatación de especies y con mucha frecuencia da la bienvenida a nuevos ‘habitantes’. Puedes conocerlas todas a través de su web, aunque lo mejor es verlas por ti mismo in situ…

Pese a que en algún momento pueda parecernos un ‘mini-laberinto’ frondoso (más o menos frondoso según la época), el recorrido está perfectamente marcado por flechas de madera, y a lo largo de todo el itinerario encontraremos profusa información sobre muchas de las especies que allí viven o los procesos y elementos naturales que intervienen en la naturaleza.

La Almunya del Sur
El catálogo de La Almunya del Sur sigue creciendo cada día. | Anyo/QVEA

Tómate tu tiempo para mirar y para aprender en esta gran aula viva de la naturaleza. Bonitos rincones donde sentarse a contemplar salpican todo el recorrido y encontraremos pequeños puentes para salvar el agua, donde obviamente también crecen plantas acuáticas y distintas especies de peces que contribuyen a mantener a raya a los mosquitos. ¡Querremos pasar varias veces por los mismos lugares, pues a cada observación se descubren detalles nuevos!

Y cuando decidamos acabar la visita, Carlos y Manuel nos obsequiarán con una limonada casera, elaborada con limones del jardín y que podremos tomar cómodamente sentados entre árboles mientras intercambiamos impresiones sobre la experiencia o nos cuentan curiosidades. Antes de irnos nos pedirán que escribamos una nota para colgarla como legado en el Árbol de los Deseos, de donde crecen anhelos llegados también de todos los rincones del mundo.

Un gran laboratorio al aire libre

El Jardín Botánico La Almunya del Sur forma parte de la oferta turística complementaria de El Ejido, de la que es uno de sus atractivos estrella, pero más allá de su carácter turístico es además un gran laboratorio al aire libre, objeto de prácticas de alumnos y estudios de la Universidad de Almería, con quien mantiene una estrecha relación, y otras prestigiosas instituciones académicas.

Todos los procesos que intervienen en su conservación y el crecimiento de las plantas son totalmente ecológicos. Recibe habitualmente visitas de asociaciones y colegios y su inspiración, más allá de la estética y la mera contemplación, es plenamente didáctica y divulgativa, configurándose como una gran aula natural que organiza con frecuencia talleres de distinta índole. Y además del que es su principal modo de promoción, el ‘boca a boca’, sus redes sociales o su buen posicionamiento en páginas como Trip Advisor, La Almunya del Sur pertenece a la Red de Jardines Botánicos del Mediterráneo y Oriente Medio, con visibilidad en 23 países.

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Cómo llegar al Jardin Botánico La Almunya del Sur

El jardín botánico está situado muy cerca de la autovía A-7, a la altura de la salida 403 (Balerma). Si se llega desde Almería, esta salida la encontraremos apenas dos kilómetros después de pasar junto a El Ejido. Si lo hacemos desde Málaga, será la siguiente tras la de Balanegra.

Una vez que tomemos la salida en dirección Balerma, a unos 200 metros y justo cuando pasemos una gasolinera, deberemos tomar a la izquierda. Hay un cartel con la leyenda ‘Jardín Botánico’, pero ¡ojo!, no es demasiado grande y deberemos estar atentos. El camino por el que se accede está justo entre la gasolinera y el semillero Loteplant, apenas 50 metros después de tomar dicho camino.

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Comer en Balerma tras la visita a La Almunya del Sur

Apenas cuatro kilómetros al sur del jardín botánico y simplemente siguiendo la carretera en dirección al mar llegaremos a Balerma, uno de los dos núcleos costeros con los que cuenta El Ejido y donde podremos terminar de disfrutar una jornada de belleza frente al mar.

En este pueblo de tradición marinera y turismo familiar podremos saborear lo mejor del mar y de la huerta almeriense, dos poderosos reclamos gastronómicos que encontraremos en su restaurante más popular, La Lonja, un lugar muy conocido en toda la comarca por sus bonitas vistas al mar y la calidad de su cocina cien por cien mediterránea. Lo encontraremos en la calle González Méndez, 28, junto al Paseo Marítimo de Balerma. Es recomendable reservar, porque suele estar muy concurrido.