El Centro de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux hace un paseo por la ciudad ibera de Urci y las distintas poblaciones que la ocuparon

La existencia en el entorno de la localidad de la antigua Urci ha hecho que, a lo largo de la historia, las diferentes culturas del mediterráneo hayan hecho parada en lo que hoy en día es Benahadux.

Fruto de ese paso, y de las relaciones que surgieron entre estas sociedades antiguas, paro también para mostrar los resultados de las excavaciones que se llevaron a cabo durante los años 70, en 1999 fue inaugurado este Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux.

Fachada del Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux. | Tito S./QVEA
Fachada del Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux. | Tito S./QVEA

Cómo llegar al Centro de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux

Llegar al Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo de Benahadux no tiene pérdida, ya que se encuentra en la msima rotonda de entrada a la principal calle de la localidad, la avenida 28 de Febrero. Tanto desde la N-340a, desde Almería o Rioja, como desde la A-308 desde la Alpujarra, la gran glorieta de bienvenida al municipio acoge este espacio museístico, situado junto a la Policía Local y el Centro Cultural.

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Las Culturas del Mediterráneo

Una vez en este centro de interpretación, lo que encontraremos será un repaso por las diferentes culturas referentes en el mar Mediterráneo en la Antigüedad y su influencia en Urci y otros núcleos poblacionales de la provincia almeriense en estos siglos protohistóricos. También conoceremos los trabajos que se han realizado en el yacimiento arqueológico de El Chuche y el estilo de vida de la sociedad urcitana e ibera.

El museo se divide en dos plantas. En la baja, se nos presentan a las diferentes culturas que habitaron la provincia de Almería en esta época antigua: desde la población autóctona ibera (bastetanos) a los fenicios, cartagineses, griegos y romanos que llegaron a las costas almerienses y fundaron nuevas ciudades.

Un juego para poner en práctica lo aprendido en la visita. | Tito S./QVEA
Un juego para poner en práctica lo aprendido en la visita. | Tito S./QVEA

Igualmente, se presentan algunos de los asentamientos ibéricos de la provincia de Almería, como La Cerrá en Tíjola, Alba Bastetanorum (Abla), El Chuche en Benahadux o El Cerrón en Dalías. También ciudades fenicias, como Abdera (Adra) o Baria (Villaricos).

Junto con un vídeo explicativo que veremos al inicio de la visita, esta planta baja sirve como introducción al mundo ibérico y antiguo, explicando además cuáles eran los trabajos más frecuentes y mostrando ejemplos de hallazgos en El Chuche como una hoz y un cuchillo, un peine de marfil o vértebras de pescado.

Telar en el Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux. | Tito S./QVEA
Telar. | Tito S./QVEA

Un recorrido por la Urci ibera

Terminada la visita en la planta baja, subimos a la planta alta por las escaleras situadas junto a la entrada. Arriba, el espacio se divide en tres estancias.

La sala principal está dedicada al entorno y las excavaciones realizadas en El Chuche. En esta misma sala encontramos una muestra del ámbito doméstico y aprendemos cómo eran las construcciones y las casas iberas, así como los trabajos que desempeñaban estas poblaciones.

En el resto, aprenderemos algunos detalles sobre la lengua de los iberos y también sobre las creencias de la muerte, lugares de culto y rituales funerarios.

Yacimiento Arqueológico de El Chuche

El Chuche es una barriada de Benahadux, a un par de kilómetros del casco urbano, en el que encontramos un yacimiento arqueológico declarado Bien de Interés Cultural.

Tuvo ocupación desde época prehistórica hasta el periodo tardorromano, y algunos autores identifican este lugar con el oppidum ibero de Urkesken (Urci), que llegaría a emitir moneda en el siglo II a. C. en su propia ceca, lo que reafirmaría su importancia.

Se extendía por los cerros del Paredón, las Agüicas y Enmedio, entre lo que hoy son los municipios de Benahadux y Huércal de Almería. Su situación elevada en el cerro del Paredón permitiría a esta sociedad ibera controlar el valle del Andarax y su desembocadura, que en esta época formaría un golfo más hacia el interior, así como la vega del río y las sierras de Gádor y Alhamilla para la caza o el suministro de metales, frutos o madera.

Recreación de una casa ibera en el Centro de las Culturas del Mediterráneo. | Tito S./QVEA
Recreación de una casa ibera en el Centro de las Culturas del Mediterráneo. | Tito S./QVEA

En este yacimiento aparecieron restos de cerámica hecha a mano, construcciones en piedra, un hexadracma (moneda griega) hispano-cartaginés, cuchillos, una falcata, pesas de telar, fusayolas o fragmentos de ánforas, ollas o cuencos.

¿Cómo era una casa ibera?

En esta primera sala, además de aprender sobre el proceso textil, podemos ver cómo era una casa ibera, con una recreación de la estancia principal con réplicas de elementos encontrados en estas excavaciones, como el hogar central, ánforas o tinajas.

Una de estas ánforas esconde un ‘tesoro’: la única imagen encontrada de la diosa Tanit. Se puede ver en uno de los laterales del ánfora, bajo el asa. La visión se refuerza con un espejo situado justo tras el asa. Una diosa Tanit que es, por cierto, y a raíz de este descubrimiento, en uno de los símbolos de Benahadux. Puede verse una escultura dedicada a esta en la carretera de El Chuche.

Detalle de la diosa Tanit en una de las ánforas. | Tito S./QVEA
Detalle de la diosa Tanit en una de las ánforas. | Tito S./QVEA

Resto de estancias superiores

En las otras dos salas de esta planta alta del Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux, encontramos, por un lado, referencias a la cultura de la muerte, y, por otro, a la lengua de los iberos.

La primera, en la sala situada más al fondo, de pequeñas dimensiones, se nos presentan las creencias de los iberos, con referencias a los dioses, entre los que se cita precisamente a la diosa cartaginesa Tanit. Aquí encontramos, además, una falcata, doblada tras la muerte de su propietario.

Reproducción del tholos de Los Millares. | Tito S./QVEA
Reproducción del tholos de Los Millares. | Tito S./QVEA

En la sala más amplia, podemos observar una maqueta a escala del tholos de Los Millares. Esta sala se completa con un espacio dedicado a los Amigos del Museo, que irá destinado a exposiciones temporales.

Dónde comer tras la visita

Una vez finalizamos la visita al Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo, podemos salir hacia la calle principal de Benahadux, la avenida 28 de Febrero. Bajando por la calle, a muy pocos metros, encontraremos la Bodega Andarax.

 

El Cortijo de Las Dos Torres, a menudo llamado ‘de los Godoy’, es uno de los lugares que ver en Benahadux

Uno de los lugares que ver en Benahadux es el Cortijo de Las Dos Torres, situado en las cercanías de El Chuche. Un palacio que, viéndolo desde la carretera nacional, llama la atención tanto por sus dos torres de cuento como por su forma de emerger entre la vega del Andarax.

Ya sea saliendo desde Almería hacia la Alpujarra, o llegando a la capital almeriense por esta carretera, el Cortijo de Las Dos Torres, a menudo llamado también ‘de los Godoy’, llama al conductor a visitarlo. O, al menos, ya que su acceso no está permitido por tratarse de una propiedad privada, sí a contemplarlo un poco más de cerca, desde su exterior. 

Cómo llegar al Cortijo de Las Dos Torres

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Situado en la carretera que une el núcleo urbano de Benahadux con la barriada benaducense de El Chuche, tenemos dos formas de llegar hasta este palacio. Una, viniendo desde Almería capital y Huércal de Almería, tomando como referencia la conocida como ‘rotonda de Briseis’ (por dar acceso a esta empresa que, junto al acueducto de Zamarula, hace de límite entre Huércal y Benahadux).

Allí hay que coger la salida en dirección a El Chuche, donde podemos hacer una parada para ver la zona arqueológica con los yacimientos iberorromanos de El Chuche, Cerro del Paredón y el Cerro de las Agüicas, que están considerados como la ubicación más verosímil de la antigua ciudad de Urci.

Otra parada de camino al Cortijo de Las Dos Torres la podemos hacer una vez que salimos de El Chuche, en la primera rotonda que nos encontramos. Allí podemos ver la imagen de la diosa Tanit, de origen cartaginés, adoptada como imagen del municipio, junto a la reproducción de un miliario romano que marca las distancias a Alba y Turaniana.

Otra forma de llegar es desde Benahadux, entrando desde la gran rotonda de la carretera nacional hacia la avenida 28 de Febrero y siguiendo de frente en la glorieta que nos encontramos al final de esta vía. Pasados los primeros cortijos de la barriada de Cuevas Viejas, veremos ya las dos torres, que quedarán a nuestra izquierda.

Detalle de una de las torres del cortijo de las Dos Torres de Benahadux
Una de las torres del Cortijo de las Dos Torres de Benahadux. | Tito S./QVEA

Historia del Cortijo de Las Dos Torres

Antes de seguir, hay que incidir en que se trata de un cortijo que es propiedad privada, por lo que el acceso no está permitido y solo es posible admirarlo desde fuera. Bernardo Campos, que fuera alcalde de Almería, mandó levantar en 1868 este palacete burgués en la vega del Andarax, para regalárselo a su esposa, Ana Medina.

En sus orígenes, fue concebido como una villa de recreo, aunque posteriormente le añadiría las dos torres como palomar, a las que se accedía por una escalera de caracol, relata el periodista Manuel León.

El edificio constaba en su disposición original de vivienda en la planta alta y un almacén destinado a la uva en la parte baja. Había además habitaciones auxiliares, salas para la lectura o para la costura y una serie de alacenas. En la parte exterior se construyó otra vivienda y una capilla excavada en cueva, con portada ojival, con una cripta funeraria familiar

Cuenta además con dos anécdotas. Una, que el cortijo quedó partido con la construcción de la línea de ferrocarril Linares-Almería, por lo que el tren cruzaba cada tarde la finca. Otra, que tras un incendio, los propietarios mantuvieron una de las torres pintada de negro como recuerdo de ese suceso.

Escudo de armas de la familia Magaña, actuales propietarios del Cortijo de las Dos Torres de Benahadux. | Tito S./QVEA

La niña y la torre

En torno a este palacio existe también un halo de misterio. Existe la leyenda de que una de las familias que habitó este cortijo tenía una hija que padecía de esquizofrenia y fue encerrada en una de las dos torres hasta que falleció.

Desde entonces, dicen, ocurren casos extraños en esa torre y se cuenta también que por las noches se ve a una niña cruzando la carretera. Una leyenda que convierte a este lugar en uno de los lugares con misterio de Almería.

Qué ver en Benahadux

Además del Cortijo de Las Dos Torres, hay más que ver en Benahadux. Ya os hemos hablado de la imagen de la diosa Tanit y los yacimientos iberorromanos, ambas en El Chuche. En el casco urbano, sobre la avenida 28 de Febrero se articulan otros puntos de interés que ver en Benahadux. En torno a esta vía se halla la iglesia parroquial, en honor de la Virgen de la Cabeza, en el Paseo de Urci y a muy pocos metros del Ayuntamiento.

Muy cerca, desde la avenida, y ascendiendo por la callejuela junto a la Bodega El Chaparral, donde recomendamos una parada para comprar y probar vino del país, llegamos hasta la ermita de la Cruz. También subiendo por la misma avenida, a mano izquierda tenemos un lavadero rehabilitado en mármol, en la calle Navarro Darax.

Al final de la misma avenida, junto a la rotonda con la carretera nacional, encontramos el Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo, con un repaso a la historia de iberos, fenicios, griegos, cartagineses y romanos en la provincia.

Por último, un elemento que empezó siendo publicitario y ha acabado como Bien de Interés Cultural: el toro de Osborne. Siguiendo por la carretera nacional en dirección al municipio de Rioja, antes de llegar al puente que une estas dos localidades nos lo encontraremos a nuestra espalda; de frente, si venimos en sentido opuesto.

Desde septiembre de 2022, el Convento de Las Puras abre sus puertas al público, mostrando sus más de 500 años de historia

El Convento de Las Puras alberga a las vecinas más antiguas de la ciudad de Almería. Durante cinco siglos (el quinto centenario se celebró en el año 2015), sus puertas han estado cerradas a visitantes, acogiendo a una población de monjas de clausura que en algunos momentos ha llegado a rozar el centenar de integrantes.

Hoy en día, por debajo de las siete hermanas, lo que obligaría a su cierre y traslado, el Convento de Las Puras abre al público como forma de sobrevivir. Desde septiembre de 2022, esta pequeña ciudad dentro de la ciudad de Almería es visitable, aunque una parte importante de la misma sigue formando parte de la intimidad de sus habitantes.

500 años de Las Puras en Almería

Hemos empezado diciendo que Las Puras son las vecinas más antiguas de la ciudad de Almería. Os contamos un poco su historia: con la conquista cristiana de Almería y expulsión de los musulmanes que dominaban la ciudad, la Corona de Castilla entregó varios terrenos a don Gutierre de Cárdenas, uno de los grandes jefes militares de los Reyes Católicos. Entre ellos tres pequeñas fincas de recreo (almunias) de tres moros importantes en el barrio de la Musalla.

En su testamento, Gutierre de Cárdenas cedía sus terrenos del casco antiguo a la orden de Las Claras. Sin embargo, a su muerte, su esposa, Teresa Enríquez, se los cedió a su amiga Beatriz de Silva, fundadora de las Concepcionistas Franciscanas en Torrijos (Toledo) para construir en Almería el Convento de Las Puras.

A partir de ahí, a través de donaciones, Las Puras adquirieron una gran cantidad de terrenos en Almería y el Bajo Andarax, convirtiéndose en las grandes propietarias de la provincia. Sin embargo, con el paso de los siglos, las expropiaciones y las desamortizaciones les han reducido sus posesiones al actual convento y el anexo edificio que un día fue Colegio y hoy es sede, en régimen de alquiler, de la UNED.

Cómo llegar al Convento de Las Puras

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La manera más fácil para llegar al Convento de Las Puras es hacerlo desde la Plaza de la Catedral de Almería. Una vez allí, hay que localizar la estatua al Obispo Diego Ventaja y salir de la plaza por la calle junto a ella. A continuación, hay que tomar la primera calle a la derecha y nos encontraremos con la puerta de acceso a la Iglesia. A escasos metros de allí está la entrada para la visita

Otra forma de llegar es desde la Plaza Vieja. Saliendo hacia la Plaza de la Administración Vieja, junto al edificio de la UNED, se puede bajar por la calle Arráez y la peatonal Gutierre de Cárdenas hasta desembocar en la Casa del Poeta Valente, situada a escasos metros del acceso a Las Puras.

Una tercera opción, desde la UNED, es bajar por la calle Cervantes en dirección a la Plaza de la Catedral y seguir las indicaciones anteriores. Por esta última ruta pasaremos por la puerta oficial del convento, a través de la cual se accede al compás y al torno, como ahora después veremos.

Visitar el Convento de Las Puras: horarios y precios

Antes de seguir, os comentamos: el Convento de Las Puras de Almería se puede visitar de lunes a domingo de 11:00 a 14:00 horas y por las tardes de lunes a sábado de 16:00 a 18:00 horas.

El precio general de la entrada es de 5 euros, aunque existen una serie de descuentos para mayores de 65 años o jóvenes de 12 a 18 años (4 euros), residentes en Almería capital o grupos con guía (3 euros).

También se puede adquirir una entrada conjunta para el monasterio y la Catedral de Almería. En este caso, los precios son de 9 euros la general, 8 para mayores y 6 para jóvenes y grupos. En ambos casos, los menores de 12 años entran gratis.

Y un apunte más: al compás y el torno se puede acceder gratuitamente por el acceso principal de la calle Cervantes, siempre que se tenga una causa justificada. También se puede entrar gratis a la iglesia, aunque solamente en horario de misa, pero sin acceso a las demás partes visitables del convento.

Compás y torno: entrada oficial al Convento de Las Puras

Compás del Convento de Las Puras. | Tito S./QVEA
Compás del Convento de Las Puras. | Tito S./QVEA

Antes de entrar a la visita, podemos llegar a la entrada oficial, de acceso libre para los visitantes. El acceso se hace por la calle Cervantes, que comunica la Plaza de la Catedral con la Plaza de la Administración Vieja, entre el hoy CEIP Giner de los Ríos, antiguamente propiedad del convento, y el edificio de la UNED. Allí, una placa conmemorativa de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo de Almería nos recuerda el quinto centenario del convento.

Tocando al timbre, y siempre que tengamos una causa justificada, se puede acceder al compás, antesala del convento, llamado así porque rodea al edificio. Es la entrada oficial y solemne. Por esta entrada llegamos a la Puerta Reglar, que conserva sus elementos originales y que era la puerta oficial para las autoridades. Sobre ella, una de las tantísimas representaciones de la Purísima con la que nos encontramos por todo el monasterio, dentro de una hornacina con concha peregrina y escoltada por dos imágenes de santos, frescos realizados por un tío abuelo de Jesús de Perceval.

De camino al torno, encontramos otra Purísima, esta sobre una columna toscana, y una puerta que conecta con la sacristía. Encarni, una de las monjas de clausura, saluda a través del torno. Este ha sido durante siglos el único contacto de las monjas con el exterior y el lugar donde se comunican con aquellos visitantes que acudían a ellas a por dulces, yemas o encuadernaciones, prácticas que ya dejaron de realizar ante la falta de personal.

Comienza la visita al Convento de Las Puras: el claustro sur

Claustro sur del Convento de Las Puras. | Tito S./QVEA
Claustro sur del Convento de Las Puras. | Tito S./QVEA

Ahora sí, entramos a la parte del convento que era desconocida hasta ahora. Lo hacemos acompañados por el historiador y biógrafo de Las Puras, Antonio Sevillano, y por la calle de José Ángel Valente, para lo que hemos seguido las indicaciones anteriores. En el hall de entrada, nos llama la atención una imagen con tres protagonistas: la Purísima, en el centro, flanqueada por dos mujeres: son Beatriz de Silva y Teresa Enríquez, fundadora y benefactora de Las Puras, de las que ya os hemos hablado más arriba.

Accedemos a la primera gran joya de la visita: el claustro sur, un claustro porticado con un jardín en su interior. A mano derecha, cerrado al público, se encuentra el cementerio en el que reposan los restos de las monjas fallecidas, y que conserva un adintelado gótico original.

Adintelado gótico de la puerta del cementerio. | Tito S./QVEA

La iglesia, abierta al público en horario de misa

Desde el claustro sur, junto a la puerta del cementerio, se accede a la iglesia. Tiene la particularidad de que esta sí se abre al público normalmente, como iglesia que es, en los horarios de misa, pero sin que se pueda acceder desde allí al resto de las instalaciones del convento.

Se trata de una iglesia de una nave, llamadas «de cajón», con dos capillas, una dedicada a la santa fundadora (Santa Beatriz de Silva) y otra privada de la familia Perceval. En el techo, se aprecia un artesonado de escayola que ha reemplazado el original mudéjar.

Retablo y talla de la Inmaculada Concepción. | Tito S./QVEA

El retablo más bonito de Almería

Pero lo que más llama la atención es el retablo mayor, de estilo barroco. Sin ser de grandes dimensiones, sí que está considerado como el retablo más bonito de Almería capital y uno de los retablos más bonitos de Almería provincia, junto con el de la Iglesia de la Encarnación de Vélez-Rubio o el de la Basílica de Oria.

La figura central es la Inmaculada Concepción, una imagen de una talla bellísima, de la escuela de Juan de Mena, que tiene tras de sí una historia un tanto curiosa. Y es que, durante la Guerra Civil, la imagen estuvo oculta en la casa de un magistrado junto a la imagen original de la Virgen del Mar (se hizo una copia de esta que fue quemada). Escoltan a la talla de la Inmaculada dos figuras de personajes desconocidos, y en la parte superior, la imagen de la fundadora, Santa Beatriz, y de San Francisco.

Completan esta Iglesia, que durante la Guerra Civil fue utilizada como lazareto, hospital, almacén y carpintería, una secuencia de cuadros, la mayoría de Antonio Bédmar del siglo XIX.

El coro bajo

El coro bajo, visto desde el interior de la iglesia. | Tito S./QVEA

Junto al altar, observamos a nuestra izquierda una reja que separa la Iglesia del coro bajo, punto desde el cual las hermanas pueden seguir la misa. A su lado, una pequeña puerta da acceso a la cratícula, espacio donde el sacerdote comulga a las monjas.

Para acceder al coro bajo, hay que salir de nuevo al claustro y seguir hacia la derecha. Subiendo unos pocos escalones, accedemos a esta sala, también visitable actualmente.

Refectorio

Nuestra siguiente parada se encuentra al otro lado del claustro, pasando la zona de la crujía, otro de los espacios más bonitos del convento. La crujía separa el claustro sur del septentrional y el obrador, que permanecen cerrados al público. El refectorio ha sido el comedor de las monjas de clausura hasta la apertura de la instalación al público.

En la puerta encontramos una lápida musulmana, encontrada en una de las remodelaciones que ha sufrido el convento. Dentro, una serie de pinturas realizadas por las propias monjas, las más antiguas de todo el interior y la mayoría ya deterioradas, y que representan diferentes escenas bíblicas.

Llama la atención un púlpito situado en uno de los laterales. Desde allí, cada día una de las monjas oficiaba los rezos en las comidas. Ahora, este espacio está abierto al público y las hermanas se han ‘mudado’ a otra estancia del convento.

Planta alta: celdas, sala capitular y coro alto

Salimos del refectorio y volvemos a la crujía. Ascendemos por unas estrechas escaleras de caracol que guardan la leyenda de una aparición del demonio a una monja que acabó tirándose por ellas. Otra opción para subir son las escaleras situadas junto a la puerta de entrada al claustro sur, con materiales originales y a mitad de las cuales podemos ver un ángel exterminador. Son por las que bajaremos más adelante, ya al final de la visita.

Una vez arriba, Encarni vuelve a saludarnos, ahora desde su celda. A lo largo de la galería se disponen las celdas en las que descansan las hermanas. La última de ellas ha quedado como muestra para que el visitante pueda ver cómo son estas pequeñas estancias para el descanso. Una habitación pequeña y sencilla, con apenas una cama, una mesita de noche y armario, forman todo el mobiliario de la misma. Junto a esta celda, una pequeña capilla a la que llaman ‘Oración del Huerto’.

Celda visitable en el Convento de Las Puras. | Tito S./QVEA
Celda visitable en el monasterio. | Tito S./QVEA

Continuamos hasta la Sala Capitular, un gran espacio de reunión para las monjas. En esta estancia es donde se realizan los nombramientos o donde se toman las decisiones más importantes para la comunidad.

Desde esta misma sala, y subiendo por unos pequeños escalones, llegamos al coro alto, visible desde la Iglesia en la parte superior, y en el que destaca la conservación del artesonado mudéjar original, así como un atril del siglo XVI.

Es en esta planta alta, y más concretamente en las últimas estancias, donde se concentra el mayor patrimonio de arte sacro. Los más destacados se encuentran en el coro alto, con representaciones en óleo de Teresa Enríquez y otras de San Francisco o Beatriz de Silva.

Coro alto del convento de Las Puras. | Tito S./QVEA
Coro alto del convento de Las Puras. | Tito S./QVEA

Un paseo por el entorno

Al finalizar la visita al Convento de Las Puras, podemos continuar nuestro paseo por el casco antiguo de Almería acercándonos a la Casa del Poeta Valente o la imagen de San Valentín de la Plaza Campoamor, ambas a escasos metros y en la misma calle. Otra opción es la de bajar a la Plaza de la Catedral, e incluso llegar a la Plaza Vieja por el norte.

En cualquier caso, una parada casi obligatoria en este paseo tenemos que hacerla en la Bodega Montenegro, saliendo en dirección hacia la Catedral y girando a mano derecha, en la Plaza Granero. Se trata de una de las bodegas más antiguas de la capital y no puedes irte sin probar su fabuloso arroz con pulpo o cualquiera de sus tapas de pescado, especialidades de la casa.

Merenderos, rutas de senderismo, un viaje al centro de la Tierra, descubrir el origen del Indalo, un paseo con camellos o un pueblo donde encontrarse con personajes de cuento, qué ver en Almería con niños en otoño e invierno

El otoño poco a poco va diciendo adiós para dar paso al invierno, y aquí os proponemos una serie de lugares que ver en Almería con niños este otoño e invierno. En estas propuestas encontraréis merenderos, rutas de senderismo, un viaje al centro de la tierra, descubrir el origen del Indalo, un paseo con camellos o una visita a un pueblo donde encontrarse con personajes de cuentos clásicos.

Personajes de cuento en las fachadas de Vícar

Cuentos en las fachadas de Vícar. | Ayuntamiento de Vícar

Nuestro recorrido de sitios que ver en Almería con niños para estos meses de otoño e invierno comienza en la Villa de Vícar. Allí, todos los meses de agosto, con motivo de su cita anual ‘Paseando entre velas’, las fachadas y patios del pueblo se pintan siguiendo una temática: la de este año fue la de los cuentos clásicos. Caminando por sus calles conoceremos a muchos de estos personajes de cuentos. Además, estos dibujos incorporan un juego: hay que buscar doce huevos escondidos en ellos.

A la Villa de Vícar se llega desde la autovía A-7, en su salida 424. Si ascendemos hacia la sierra, la misma carretera nos dejará en este pueblo de cuento.

Recreo y senderismo en Laujar de Andarax

Panorámica de Laujar de Andarax. | Anyo/QVEA
Panorámica de Laujar de Andarax. | Anyo/QVEA

Uno de los mejores sitios para ver en Almería con niños es el paraje del Nacimiento del río Andarax, en la Alpujarra Almeriense. Su área recreativa es todo un atractivo para cientos de personas cada fin de semana y desde allí se pueden realizar diferentes rutas de senderismo, de mayor o menor dificultad. Una de ellas es la ruta de la Hidroeléctrica, aunque también está la senda de Monterrey.

Pero, sobre todo, se trata de un paraje en el que las familias pasan un agradable día, compartiendo un picnic campestre o, incluso, dándose un pequeño baño en el río. Ya se venga desde el Bajo Andarax o desde el Poniente Almeriense, atravesando la localidad, desde la propia calle principal de Laujar de Andarax encontramos el desvío hacia el área recreativa.

Recoger setas en la sierra de Los Filabres

Recogida de setas en Los Filabres. | Javier Cortés/QVEA

Otra actividad estrella para estos meses y que podemos hacer con niños es ir a recoger setas a la sierra de Los Filabres. Es una zona ideal para realizar estas rutas micológicas, consistentes en la búsqueda de setas en bosques en los que haya llovido. Se hacen generalmente acompañados por un guía durante el otoño, pero también en primavera si hay lluvias y la tierra está húmeda. Es recomendable llevar calzado resistente, ropa cómoda y una cesta.

Senés, Tahal o Velefique son algunos de los lugares de Los Filabres en los que se pueden realizar este tipo de rutas. También en la zona del río Nacimiento, donde destacan Abrucena y Abla. Precisamente en esta última localidad se celebran unas importantes jornadas micológicas.

En Los Filabres se pueden encontrar una gran cantidad de setas comestibles y también, venenosas. De las setas comestibles destacan varias: pies azules, seta de carrasca, robellones (o níscalos), seta de álamo, seta de cardo y pata de perdiz. Todas ellas se pueden encontrar en Velefique, si accedemos al Alto velefiqueño por la carretera que une esta localidad con Bacares.

Un día de ocio en Las Menas de Serón

Las Menas de Seron . | Mª José Martínez/QVEA
Las Menas de Seron . | Mª José Martínez/QVEA

Las Menas de Serón es un poblado minero donde se extrajo hierro desde finales del siglo XIX hasta el año 1968. Fue tan importante que en él llegaron a trabajar más de 2.900 personas. En la actualidad es una preciosa área de acampada que dibuja un cielo estrellado por la noche, un apartahotel y rutas de sendero para hacer con toda la familia, también con las mascotas.

En estas rutas de senderismo no solo encontramos naturaleza, sino que se pueden ver los restos de su industria. El Sendero Local de Las Menas es una ruta de 7 kilómetros, de dos horas y media de duración, señalizado durante el camino para que los visitantes estén guiados en todo momento.

Es la carretera A-1178 la que nos conduce hasta este enclave del municipio almeriense, a través de un zigzag de curvas que poco a poco van descubriendo sus peculiaridades.

Descubrir el origen del Indalo en la Cueva de los Letreros

Pinturas rupestres en la cueva de los Letreros. | Lázaro Martínez/QVEA

Uno de los legados más importantes que dejaron nuestros antepasados y que hoy es el símbolo de Almería es el Indalo. Para descubrir esta figura enigmática del neolítico con unos 7.500 años de historia hay que visitar el lugar en el que apareció, la Cueva de los Letreros en Vélez-Blanco.

Se trata de un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998, por ser el conjunto de arte rupestre más amplio de Europa y uno de los más importantes de la península Ibérica, siendo uno de los tesoros arqueológicos de la provincia de Almería.

Tras dejar la A-92 a la altura de Vélez-Rubio, los indicativos de Patrimonio de la Humanidad señalan el camino en dirección norte por la A-317 hacia Vélez-Blanco. Desde esta encontraremos la indicación para llegar a la cueva.

Otro viaje, al centro de la tierra, en la Geoda de Pulpí

Geoda de Pulpí. | Geoda de Pulpí
Geoda Gigante de Pulpí. | Geoda de Pulpí

Otra joya de la provincia, situada bajo tierra, es la Geoda de Pulpí, la más grande de Europa y la mayor visitable de todo el mundo. Situada en el camino entre Pulpí y San Juan de los Terreros, en la pedanía pulpileña de Pilar de Jaravía, se encuentra al final del recorrido por la Mina Rica, en la que encontramos otra serie de tesoros minerales que llaman la atención de expertos de todo el mundo.

Tras bajar más de un centenar de escalones, se llega hasta la misma boca de la geoda gigante. Entonces es cuando hay que asomarse a través de una estrecha oquedad para ver una de las mayores maravillas creadas por la naturaleza. Gigantescos cristales de yeso tan transparentes que se puede ver a través de ellos. Una maravilla que, hoy por hoy, solo se puede ver en un lugar del mundo: Pulpí.

Pasear con camello en Pechina

Rutas en camello en Pechina, algo que ver en Almería con niños. | Almería Camels

Cerramos en el Área Metropolitana, haciendo una ruta en camello en Pechina que se completa con una serie de actividades. Así, además del paseo en camello, podremos peinarlos y darles de comer. Incluso, podremos participar en una charla y buscar un tesoro.

Para llegar, hay que tomar la salida 452 de la autovía A-7 (salida de Viator) y desde allí seguir en dirección a Pechina. Hay que andar con ojo y tomar el Camino Ramblín, coger luego la derecha y seguir recto. Aquí te lo explican con todo detalle.

La estación, Cortijo Moreno, la iglesia de Santa María, Las Mascaranas, la romería del Potro, Los Peñoncillos y Villa María, siete elementos que ver en Huércal de Almería

Lindando con Almería capital, con la que comparte la Torre de Cárdenas, Huércal de Almería comienza a desquitarse de la etiqueta de ‘ciudad dormitorio’ y a mostrar un rico patrimonio que le ha llevado a colocarse en el mapa turístico provincial. Es mucho el patrimonio arquitectónico, arqueológico, etnográfico y natural que ver en Huércal de Almería, que se posiciona en los últimos tiempos, además, como destino de referencia para el deporte urbano.

Dentro de todo lo que hay que ver en Huércal de Almería, este recorrido va a pasar por lo que en la propia localidad se han definido como ‘Las 7 maravillas de Huércal de Almería’, elegidas por votación popular en una encuesta ideada durante los meses de confinamiento. Así, esta selección está escogida por sus propios vecinos, y si bien no sigue el ranking oficial, sí que se exponen de manera que permite recorrerla de manera ordenada:

Palacio y Cortijo de Las Mascaranas

Ayuntamento de Huércal de Almería. | Tito S./QVEA
El Palacio de Las Mascaranas es hoy sede del Ayuntamiento de Huércal de Almería. | Tito S./QVEA

El edificio que hoy alberga el Ayuntamiento de Huércal de Almería forma originariamente parte del Cortijo Fischer, construido a principios del siglo XX por una familia danesa, los Fischer, que lo utilizaron como residencia de verano (la principal la tenían en el Cortijo del Gobernador en Almería) y también para el trabajo de la uva, de la que eran exportadores.

Originariamente cercada hasta la carretera, de ahí el nombre de El Cercado que recibe el barrio, se puede acceder tanto desde esta, la A-1001 que baja desde Torrecárdenas hacia el casco antiguo (la indicación queda a la izquierda, en una zona ajardinada e inmediatamente anterior a una calistenia y rocódromo), como desde la N-340, indicada por una señal, algo escondida, eso sí, tras un arbusto, hacia el Ayuntamiento. Si tiráis por esta vía, estad atentos.

El nombre de Las Mascaranas le viene dado por una serie de mascarones redondos, que rodean el edificio por su parte superior, destinada en sus días al trigo. Durante la Guerra Civil, el cortijo fue requisado y utilizado como prisión, junto con la de El Ingenio en Almería. Tras la guerra, decayó la uva y el cortijo se abandonó.

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La estación de Huércal-Viator

La estación de Huércal-Viator es, y no lo decimos nosotros, sino los propios ciudadanos, la principal ‘maravilla’ que ver en Huércal de Almería. Un referente fundamental de la vida del último siglo en el municipio, que hoy alberga la sede de la Mancomunidad del Bajo Andarax y del Centro de Información de la Mujer de esta entidad.

Qué ver en Huércal de Almería: la estación de tren de Huércal. | Tito Sánchez Núñez/QVEA
Estación de tren de Huércal-Viator. | Tito S./QVEA

Se sitúa a la entrada del casco antiguo del municipio, llegando desde Almería a través de la misma carretera que se adentra en la localidad a través de El Cercado. Todo el conjunto en sí aglutina toda una infraestructura de equipamientos ferroviarios del municipio y que, si bien su uso es hoy en día administrativo, en 2020 y 2021 recuperó temporalmente su uso original, debido a las obras en la estación de tren de Almería.

El edificio principal es la estación de tren y consta de dos plantas. Junto con la estación de tren de Gádor, es la que mejor estado de conservación tiene hoy en día en la comarca del Bajo Andarax. Forman parte del conjunto, además, la caseta de ferroviarios, que pertenece a la Asociación de Amigos del Ferrocarril, y que alberga un museo del ferrocarril que se encuentra cerrado, y el muelle de carga.

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La iglesia de Santa María de Huércal de Almería

Iglesia de Santa María. | Ayto. Huércal de Almería
Iglesia de Santa María. | Ayto. Huércal de Almería

En la calle Real, a muy pocos metros de la estación de tren, la iglesia de Santa María es el monumento más antiguo que se conserva en Huércal de Almería. Se trata de una iglesia renacentista, de una nave de cajón y armadura mudéjar, de la que se conserva parte de la cabecera, hecha con cantería, similar a la iglesia de Santiago de Almería, y contrafuertes en ambos lados y portada renacentista que se presupone de la escuela de Juan de Orea, quien ya hiciera la de la Catedral de Almería, la misma iglesia de Santiago de la capital o la de San Ginés de Purchena.

En el siglo XVIII, a medida que crecía el municipio, se separó de la iglesia de San Sebastián de las Huertas de Almería, ampliándose con dos naves laterales barrocas, con material de mampostería más pobre, y sin cubrirse ya de armadura mudéjar. De esta época es también un Calvario, muy similar a los de la calle Soto y Almedina de Almería, que apreció al descubrir la fachada, y que se dirigía por la calle de Las Palmeras y Argar hacia el Cerro del Calvario. También se aumentó en esta época el campanario, que fue volado en la Guerra Civil.

En cuanto a imaginería, es de gran valor la titular, Santa María, una Inmaculada de gran tamaño del taller del Navas Parejo, mismo autor que la Virgen de las Angustias de Almería o el Corazón de Jesús del Cerro de San Cristóbal. Destacan igualmente un Corazón de Jesús de 1910; un Cristo de la Expiración, en la entrada, que ha sobrevivido a varios incendios, y un Niño Dios que procesiona el Sábado de Gloria.

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La araucaria y Cortijo Moreno

Patio interior de Cortijo Moreno, con la araucaria. | Tito S./QVEA

Cortijo Moreno es una hacienda residencial reconvertida en centro cultural a la que se puede acceder tanto por la calle Molineta como desde el Paseo del Generalife. En ambos casos, hay que continuar la calle Real y la estrecha calle del Pueblo y cruzar las vías del tren. Después hay que seguir estas de forma paralela y en dirección contraria a la que veníamos, hasta dar con estas calles.

Se trata de un antiguo terreno que fue propiedad de Antonio Moreno, con huertos y jardines reconvertidos hoy en huertos urbanos y un edificio de finales del siglo XVIII, si bien lo que queda hoy en día es de finales del XIX. En su portada principal, la que se accede por la calle Molineta, se encuentra una gigantesca y singular araucaria de 50 metros de altura y 3,2 metros de perímetro. Esta es visible desde la práctica totalidad del municipio y está perfectamente alineada con la puerta de la iglesia de Santa María, al otro lado de las vías del tren.

El edificio alberga hoy los estudios de la emisora municipal Candil Radio y, en la parte baja, el Centro de Interpretación Etnográfica de Huércal de Almería, el Museo del Esparto y el Centro de Información Juvenil, y su patio acoge diversos actos culturales, paredes que cobran vida con una colección de grafitis y los restos arqueológicos de dos grandes piedras de molino romanas procedentes de las zonas de Zamarula y Los Pinos, una de ellas utilizada en rituales en época romana.

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Lavadero de Los Peñoncillos

Lavadero de Los Peñoncillos, una de las ‘maravillas’ que ver en Huércal de Almería. | Tito S.

La forma más fácil de llegar al Lavadero de Los Peñoncillos es haciéndolo desde la carretera N-340a, desde el barrio de El Palomar, si bien hay que atravesar un camino privado, por lo que puede darse el caso de que algún día te lo encuentres cortado. Otra vía de acceso es desde el barrio Visiedo, cruzando el Cortijo Almazarilla. Una tercera opción es desde el barrio del Potro, por un camino que pasa por debajo de la autovía.

El Lavadero de Los Peñoncillos es el lavadero más grande y visible del municipio, de tres naves, la central en la que se ubicaban las pilas y los laterales donde las mujeres y gentes de todo el pueblo acudían a lavar. Contaba con dos accesos y la particularidad de que uno de los muros está embutido en el desnivel del terreno. Por el otro lado, se encuentran huecos rectangulares para ventilación.

Actualmente ha sido reformado por el Ayuntamiento, que lo quiere convertir en una zona expositiva, relacionada con un museo del agua al aire libre, así como en escenario de actividades culturales. En sus alrededores se van a habilitar aulas didácticas medioambientales.

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Romería del Potro por la Virgen del Carmen

Ermita del Potro en Huércal de Almería. | Tito S./QVEA

La del Potro es la única romería que todavía hoy perdura en Huércal de Almería. Se inició en los años 50 en torno a la primitiva ermita de la Virgen del Carmen en la entrada del pueblo. Esta, exactamente igual a la ermita de la Santa Cruz de Albox, terminó desapareciendo.

Es tanta la devoción de los huercalenses por la Virgen que es la que más hornacinas tiene por barrios. Mucha gente, de hecho, se sienta en las puertas de sus casas, sacando a la Virgen. De ahí que se construyera una nueva ermita en el barrio de Alcaraz, conocido hoy como barrio del Carmen, por la ermita, o, también, del Potro, por un conocido restaurante. El barrio está a las afueras de Huércal, llegando, desde Almería, por la N-340a hasta la rotonda de acceso a la autovía en dirección Málaga; por el pueblo, por la continuación de la calle Real, o, desde Los Peñoncillos, por el camino que pasa por debajo de la autovía.

El día 14 de julio, la imagen de la Virgen del Carmen se lleva hasta la iglesia de Santa María. Un día después, víspera de la celebración, toda la gente del barrio se acerca al pueblo. Tras la misa suben la imagen a una carroza y se la llevan de vuelta a la ermita, donde se vela durante el día 16.

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Ermita de La Peinada y Villa María

Villa María, un BIC que ver en Huércal de Almería. | Ayto Huércal de Almería
Villa María, un BIC que ver en Huércal de Almería. | Ayto Huércal de Almería

También junto a la autovía, entre las rotondas de acceso hacia Murcia y Málaga, se encuentra otro conjunto seleccionado como ‘maravilla’ que ver en Huércal de Almería. Se trata, además, del único Bien de Interés Cultural en Huércal de Almería, Villa María.

Villa María es un palacio modernista con tres fachadas triangulares en los que destacan sus pórticos con figuras de animales o azulejos, y un conjunto hidráulico a su alrededor, con una balsa redonda y otra cuadrada. Pertenece a una importante familia almeriense, los Vega Barranco. Aunque recientemente se han realizado allí grabaciones de películas, no se puede visitar al estar habitada durante gran parte del año.

Enfrente de este BIC, una ermita neoclásica, muy original, que algunos llaman ermita de la Peinada, otros ermita de San Antonio, ermita de la Auxiliadora e incluso ermita de la Paloma. Pertenece a lo que antiguamente fue la hacienda de La Pinada y es una ermita-panteón con una singular forma triangular. Uno de sus lados está pegado a un camino que hoy es privado e impide el acceso, otra pared está adosada al concesionario Hyundai y la parte trasera está situada sobre una acequia. Conserva sus pinturas originales y en la puerta tiene un atrio similar al que se puede ver en Cortijo del Fraile.

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También hay que ver en Huércal de Almería…

Os hemos presentado las siete ‘maravillas’ de Huércal de Almería, pero en esta localidad hay mucho más para ver: la torre de Cárdenas, que aparece en su escudo y que limita con Almería capital, desde donde se accede; la portada del Palacio de Boleas, que hoy luce en la fachada de la Biblioteca Municipal de Huércal de Almería, en la plaza de la Constitución, junto a la iglesia de Santa María; la Casa del Médico, la mejor representación de la arquitectura burguesa de la segunda mitad del siglo XIX en el municipio, situada entre la estación de tren y la iglesia; cuevas, yacimientos… Incluso el festival de música decano de la provincia de Almería, Candil Rock, que opta a ser declarado como Evento de Interés Turístico, forma parte también de todo aquello que tienes que ver en Huércal de Almería.

Una ‘maravilla’ también para comer

Fuera de carta, terminado este paseo encontramos una ‘maravilla’ más, en este caso tanto por sus salones y jardines como por su gastronomía, en el Restaurante Casa Rafael. Tomando nuevamente la carretera N-340a en dirección a Benahadux, veremos este conocido y espectacular restaurante a mano izquierda. Si hacemos completa la rotonda del acueducto de Zamarula y regresamos en dirección a Huércal de Almería, a pocos metros podremos acceder al restaurante. Un consejo: no te vayas sin probar el bacalao ‘a la manera’ de Rafael.