La casa en la que vivió el mítico guitarrero almeriense abre sus puertas al público tras un proceso de musealización

La guitarra española es un instrumento clásico que forma parte de la historia viva de nuestro país y que, además, se ha convertido en todo un signo de distinción.

Es por este motivo que figuras como la de Antonio de Torres, “padre” de este modelo tan significativo, cobran especial relevancia. Como tenemos la suerte de que era almeriense, contamos con un par de lugares para visitar en su honor dentro de la capital y empaparnos con su historia.

Casa Museo Antonio de Torres | María del Mar Ramón/QVEA
Casa Museo Antonio de Torres | María del Mar Ramón/QVEA

Uno de ellos, que vuelve a ser visitable, es la casa (ahora musealizada) del célebre guitarrero. Tras permanecer cerrada al público durante años, vecinos y visitantes ya pueden disfrutar otra vez de la Casa Museo Antonio de Torres, un mágico rincón en el que se respira arte e historia de la guitarra española.

La casa de La Cañada en la que Antonio de Torres vivió durante una gran parte de su vida y en la que, además, pasó sus últimos días, es también la singular testigo de la creación de muchas de sus piezas.

Ahora, este espacio se ha convertido en un encantador museo-taller que le rinde homenaje y que es una visita imprescindible para todo amante de la historia y, en especial, de la guitarra.

Antonio de Torres, el reinventor de la guitarra española

Antonio de Torres Jurado nació en La Cañada de San Urbano en 1817. Posteriormente se trasladaría a Vera, y las investigaciones apuntan a que fue allí donde iniciaría su formación en la construcción de guitarras tras años trabajando como carpintero.

Su vida transcurrió a intervalos entre Almería, Granada y Sevilla, huidizo dentro del agitado contexto español de la segunda mitad del siglo XIX. Sus aportaciones en el ámbito de la construcción de instrumentos y su poco miedo a innovar no tardaron en dar sus frutos.

Vitrina de guitarras. | María del Mar Ramón/QVEA
Vitrina de guitarras. | María del Mar Ramón/QVEA

Tomando como base la construcción de la vihuela de mano española, Antonio de Torres ha pasado a la historia de la música por fijar una nueva concepción del modelo de guitarra. Esta es conocida a día de hoy como guitarra de concierto o guitarra clásica española.

Sabemos que el guitarrero fabricó sus instrumentos a lo largo de dos periodos diferenciados. El primero, de 1852 a 1869, transcurrió en Sevilla. Sería allí donde entablaría amistad con el guitarrista, también almeriense, Julián Arcas. Guitarrero y guitarrista forjaron una gran relación y sus respectivos trabajos comenzaron a estar estrechamente unidos.

El segundo periodo, de 1875 a 1892, trajo a Antonio de Torres de vuelta a Almería. En él, comenzó a numerar sus instrumentos y es por ese motivo que sabemos que llegó a fabricar hasta 155 guitarras. Aunque esta lista se vaya ampliando de cuando en cuando, cuando algún nuevo instrumento con su firma aparece de forma casual en algún domicilio particular.

Entre sus aportaciones, además, Antonio de Torres renovó la llamada guitarra de tablao, es decir, la guitarra flamenca decimonónica. Sus innovaciones fueron seguidas y llevadas a la practica por la mayoría de constructores, desde la escuela madrileña a la alemana, pasando también por Estados Unidos.

A lo largo de su vida, el lutier llegó a proporcionar guitarras a los concertistas más importantes de finales del siglo XIX y principios del XX, como José Rojo, Paco de Lucena, Francisco Tárrega, Miguel Llobet o el ya mencionado Julián Arcas, entre muchos otros.

La Casa Museo Antonio de Torres

Ilustración de una de las guitarras. | María del Mar Ramón/QVEA
Ilustración de una de las guitarras. | María del Mar Ramón/QVEA

La Casa Museo Antonio de Torres se encuentra dividida en dos plantas en las que se respira arte y cariño por el instrumento de cuerda.

En la planta de abajo, tras pasar el vestíbulo, nos encontramos con la zona perteneciente a la Peña Flamenca creada en su honor y que lleva su nombre.

Las paredes se encuentran ornamentadas con fotografías e ilustraciones tanto de la peña como de Antonio de Torres y sus instrumentos. En ellas, el culto a la guitarra puede respirarse a través de cada uno de sus rincones.

Recreación del taller de Antonio de Torres

En la planta de arriba, por otra parte, se encuentra el tesoro oculto de esta casa: una recreación del taller de guitarrero que Antonio de Torres poseía en aquel mismo lugar, y entre cuyas paredes se encerraba a fabricar guitarras en soledad.

Recreación del Taller de Antonio de Torres. | María del Mar Ramón/QVEA
Recreación del Taller de Antonio de Torres. | María del Mar Ramón/QVEA

Pese a que no ha sido posible conservar los moldes originales, ni tampoco las plantillas y herramientas que pertenecieron al lutier (tres de estas piezas sí que se encuentran exhibidas a día de hoy en el Museo de la Guitarra de Almería que también lleva su nombre y situado a espaldas de la plaza de la Catedral de Almería), Juan Francisco Salvador Giménez, el biznieto de Torres, aportó esta cuantiosa donación proveniente de su propio taller, el cual goza de un gran prestigio en países como Japón.

En el taller recreado dentro de esta Casa Museo podremos admirar desde un banco de carpintero hasta moldes, planos, plantillas y maderas, además de piezas a medio hacer. Toda clase de elementos que son utilizados en la elaboración de guitarras y que crearán en el visitante la sensación de estar frente a un estudio real.

Además, expuestas en esta misma planta, encontraremos algunas guitarras creadas por el propio biznieto, a lo largo de una gran vitrina también cedida por este.

Cuándo ir y cómo llegar a la Casa Museo Antonio de Torres

Podemos visitar la Casa Museo Antonio de Torres todos los sábados del año. El horario de verano (del 1 de junio al 30 de septiembre) es de 10:30 a 13:30 y de 18:00 a 21:00 horas. Con horario de invierno (del 1 de octubre al 31 de mayo) será visitable de 10:30 a 13:30 y de 17:00 a 20:00 horas.

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Una bonita forma de llegar a la Casa Museo Antonio de Torres es pasando por la plaza de La Cañada, que también lleva su nombre. En ella, además, podremos admirar el monumento que se encuentra expuesto en su honor.

En el centro de la plaza, donde también se halla la iglesia del barrio, encontraremos la simbólica fuente con el busto del guitarrero. Le acompaña una gran figura de ‘La Leona’, una de sus guitarras más célebres, perteneciente también a su amigo Julián Arcas, coronando el conjunto.

Monumento en la plaza Antonio de Torres. | María del Mar Ramón/QVEA
Monumento en la plaza Antonio de Torres. | María del Mar Ramón/QVEA

Tras visitar el monumento, bajaremos por la Carretera de Níjar y, tras girar a la derecha, nos adentraremos en la calle Real. Caminaremos por esta hasta dar con la Casa Museo Antonio de Torres, en el número 58, cuya fachada no nos pasará desapercibida.

Dónde comer tras visitar la Casa-Museo Antonio de Torres

Tras la visita a este rincón tan emblemático, podemos dar un paseo por La Cañada y quedarnos a comer. Una parada que nos queda muy cerca, si salimos de vuelta hacia la Carretera de Níjar, es el New Zirok’s.

En este bar, situado junto al Mercadona de La Cañada, son muy populares la pota a la plancha y sus famosas y copiosas parrilladas de pescado.

Como la Casa Museo Antonio de Torres solo la podremos visitar los sábados, sería recomendable que reservásemos mesa de antemano, pues durante el fin de semana lo encontraremos concurrido.

El Pabellón de Historia Natural, situado en el Campus de la Universidad de Almería (UAL), reabre sus puertas

El Pabellón de Historia Natural de Almería es joven, pero la necesidad de un atractivo de este tipo en la capital lo han consolidado rápidamente como una de las actividades destacadas en la visita a Almería.

El centro nace a través del Centro de Investigación de Colecciones Científicas de la Universidad de Almería (UAL), CEOUAL. Este fue creado en 2015 con la intención de aunar las colecciones existentes en la provincia de Almería, tanto de particulares como de investigadores de la propia Universidad, en cuyo Campus se sitúa.

Acceso al Pabellón de Historia Natural

Pabellón de Historia Natural de Almería. | Tito S./QVEA
Pabellón de Historia Natural de Almería. | Tito S./QVEA

En la entrada del Pabellón de Historia Natural de Almería nos recibe un pequeño jardín con plantas de la zona del sureste del Mediterráneo. Muchas de ellas, marcadas con un pequeño cartel en el que se especifica su nombre común y científico, son fácilmente reconocibles por los almerienses.

Sorprende también, dentro de los tonos ocres y estériles un pequeño estanque en el que algunas flores aportan un tono de color junto con el letrero que da nombre al espacio.

Una vez dentro, llama la atención la presencia de fotos antiguas de una mujer, a la que pronto identificamos como Jimena Quirós, la primera oceanógrafa almeriense y también la primera de España en embarcar en una campaña oceanográfica.

Panel con información de la oceonágrafa almeriense Jimena Quirón. | Tito S./QVEA
Panel con información de la oceonágrafa almeriense Jimena Quirón. | Tito S./QVEA

La científica consiguió el hito de ser la primera mujer contratada por el Instituto Español de Oceonografía (IEO). Implicada también en la política, la almeriense dedicó parte de su carrera a luchar por los derechos de sus compañeras como el acceso a unos estudios o el trabajo remunerado.

Hoy, tras sufrir el cese de su actividad durante la dictadura franquista, su nombre aparece en el primer Pabellón de Historia Natural del Almería junto con el título ‘Descubre las maravillas de la naturaleza’. Unas maravillas que Quirós ya intentó transmitir durante su etapa como docente y de las que hoy día daría buena cuenta, defendiendo, además, el ecosistema natural de la provincia.

Dentro del Pabellón de Historia Natural de la UAL

Una vez dentro del Pabellón de Historia Natural, en las vitrinas el visitante puede encontrar una amplia muestra de aves, plantas, mamíferos, rocas, minerales como la calcita o concentraciones de arenisca. Todos ellos expuestos en una trabajada simulación de su área natural. Sorprende, además, la presencia de maquetas de polen y herbario de la propia zona de la Universidad.

Interior del Pabellón de Historia Natural de Almería. | Tito S./QVEA
Interior del Pabellón de Historia Natural de Almería. | Tito S./QVEA

El paseo contempla un auténtico viaje por nuestros orígenes y el mundo natural que nos rodea, desde microorganismos hasta grandes ciervos o jabalíes, con especial atención a la historia que revelan algunos fósiles.

Existe también una parte dedicada a la paleontología, que cuenta también con una exhaustiva cronología sobre la evolución y lo que podemos aprender de ella; desde los dinosauros y atravesando distintas etapas históricas.

Una de las funciones del museo es también la de concienciar sobre la desaparición de especies propias de la provincia que hoy se han extinguido, como el oso pardo, el lobo, el lince ibérico, la foca monje o el corzo, dedicando una parte del mismo a intentar explicar y concienciar sobre este hecho.

Durante el tiempo que dedicamos a recorrer la primera planta del Museo de Historia Natural, los jabalíes, ciervos, las cabras montesas, el arruí o las aves rapaces como el búho real o el águila acaparan todas las miradas.

Jabalíes en el Pabellón de Historia Natural de la UAL. | Tito S./QVEA
Jabalíes en el Pabellón de Historia Natural de la UAL. | Tito S./QVEA

Exposiciones temporales en el Museo de Historia Natural de la UAL

Una de las novedades que trae la apertura de este museo es la posibilidad de visitar una exposición temporal de conchas del mundo, lo que permite a los más curiosos un paseo por los fondos marinos de África, Asia y el Mediterráneo andaluz.

Continuando con la visita, podemos observar, junto a la exposición temporal sobre conchas y moluscos del mundo, piedras preciosas desnudas como la amatista, oro nativo o rubí.

Sorprende también la zona dedicada a la comparación de georrecursos convertidos en elementos cotidianos como talco, baterías de cualquier elemento electrónico como los móviles o colorantes naturales.

Planta superior del Museo de Historia Natural

El Pabellón de Historia Natural de la UAL, desde la planta superior. | Tito S./QVEA
El Pabellón de Historia Natural de la UAL, desde la planta superior. | Tito S./QVEA

En la planta superior, además de una sorprendente vista panorámica de la primera planta, podemos visitar expositores dedicados a la etnobiología con colmenas, cera de abeja o una antigua quesera de esparto.

Las geocuriosidades ocupan otro espacio importante en la segunda planta y bajo el título ‘Almería marciana’ se da a conocer uno de los últimos estudios en los que la provincia ha sido protagonista.

Así, el prototipo del Rover Exomars, que viajará a Marte como instrumento de la Agencia Espacial Europea fue probado en el sur del Desierto de Tabernas.

El control de la misión se realizó desde Reino Unido y durante el tiempo en el que se desarrolló la investigación, la entidad tomó muestras de rocas de origen volcánico de Almería con el objetivo de hacer una comparativa con aquellas que se recogerán en el subsuelo de Marte.

‘Especies invasoras’ es otro de los títulos de una de las vitrinas y se nos viene a la mente las conocidas como cotorras argentinas, que han formado un enorme grupo entre los edificios y las palmeras del campus de la UAL.

Su incesante cotorreo ha puesto la banda sonora de nuestro paseo hasta el Museo en el que, entre estas especies invasoras, destaca el cangrejo americano o la almeja de río asiática.

La visita finaliza con un espacio dedicado a los programas en los que está inmersa la UAL, como el programa de conservación de lechuzas. En este sentido, en el espacio trabajan con estas aves que, además, cuentan con una zona en el propio campus en el que las alimentan, especialmente, durante su primera etapa vital.

Novedades a partir de septiembre

Entre las novedades de la temporada que se inicia en septiembre de 2023, se incluye el cobro de entrada (durante el mes de julio el acceso fue gratuito).

También la presencia de una ballena en el espacio, para que los visitantes puedan ver y disfrutar a este maravilloso animal desde las dos alturas que conforman el pabellón.

Asimismo, en el Museo de Historia Natural de la UAL se desarrollan también muchas actividades que van desde visitas guiadas hasta talleres. El objetivo es el de mostrar más en profundidad los secretos que esconde el museo y, por supuesto, los misterios de nuestra propia naturaleza y evolución.

Horarios y cómo llegar al Museo de Historia Natural

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El Pabellón de Historia Natural de Almería se sitúa frente al Edificio Científico-Técnico V del Campus de la Universidad de Almería y reabre sus puertas el 11 de septiembre de 2023.

Al Campus de la UAL se puede llegar desde la Autovía del Aeropuerto (AL-12), accediendo por la entrada norte hasta el parking 5, o desde La Cañada de San Urbano, descendiendo por la carrera Sacramento hasta encontrar esta misma zona de aparcamientos. El Museo de Historia Natural de la UAL se encuentra junto a la misma.

Otra manera de llegar es utilizando los distintos autobuses urbanos que recorren a diario el trayecto hasta el Campus de la UAL.

El horario de apertura del Pabellón de Historia Natural es de 10:00 a 14:00 horas y la entrada tiene un coste de 3 euros y gratis para niños de hasta 12 años.

Dónde comer tras la visita

Puesto que el Pabellón de Historia Natural se sitúa en la Universidad de Almería, si hay un lugar ‘clásico’ al que acudir es al Bar Romera del Campus.

El establecimiento ha alcanzado éxito tanto fuera como dentro del ambiente universitario y es recordado por muchos de los estudiantes que pasaron por allí por sus menús, bocadillos y típicas tapas almerienses.

 

El Museo de Arte Doña Pakyta, diseñado por Guillermo Langle y situado en la confluencia entre La Rambla y el Paseo de Almería, sorprende por su estilo vasco y acoge en su interior una buena representación del Movimiento Indaliano

El Museo de Arte Doña Pakyta sorprende al viandante con su singular arquitectura, con sus colores propios del norte y su cercanía al Paseo de Almería, como si fuera una ilusión, como si el casi centenario edificio no debiera estar donde está.

Muchos pasan por la zona provenientes del puerto. De hecho, su cercanía al mar hace que en los días nublados y fríos la brisa traiga el olor a salitre. Otros ven el singular edificio desde la posición privilegiada que les otorga una de las vías más transitadas y conocidas de la capital almeriense.

La casa vasca de Doña Pakyta

Casa vasca Museo de Arte Doña Pakyta. | María Palma Martos/QVEA
El Museo de Arte Doña Pakyta, una ‘casa vasca’ en Almería. | María Palma Martos/QVEA

El espacio acoge al visitante, que puede sentir el calor que hace décadas desprendía la chimenea que preside la entrada y sobre la que saluda Francisca Díaz, la que da nombre al actual museo del arte almeriense de 1880 a 1970.

Doña Pakyta fue una empresaria turística, filántropa y ecologista convencida que decidió donar al Ayuntamiento de Almería la que durante años había sido su casa para transformarla en un museo público.

El Museo de Arte Doña Pakyta es, realmente, una casa vasca, llamada también ‘Casa Montoya’. Así nació y así merece la pena ser recordada, diseñada por el que también fuera padre de los refugios subterráneos de Almería, la antigua estación de autobuses de la capital o la ermita de la Virgen del Mar: Guillermo Langle, quien recibió un encargo en 1928 del empresario Antonio González Egea, suegro de Doña Pakyta.

Su construcción finalizó en el año 1934, justo un año después desde que se retomaran las obras, y sus primeros moradores serían José González Montoya y la propia Francisca Díaz Torres.

Otros de los elementos más característicos del edificio son la enorme y chasqueante escalera de madera situada a la derecha y los azulejos sobre los que pisa el visitante, con formas geométricas y diferentes en muchas de sus salas.

Muchos de ellos, incluso, dejan, momentáneamente, de lado el arte expuesto en las paredes para fijarse en el que tienen justo a sus pies, una amalgama de colores y formas que nos trasladan al arte y sociedad del siglo XIX.

Museo de Arte Doña Pakyta

Museo de Arte Doña Pakyta. | María Palma Martos/QVEA

Las obras expuestas en el Museo de Arte Doña Pakyta comienzan por el siglo XIX y el siglo XX en la planta baja. En este sentido, la primera sala la preside Nicolás Salmerón retratado por José Díaz Molina. En este espacio predominan los colores oscuros, especialmente en algunos retratos.

Llama la atención la realista pintura de ‘El oso’, de Antonio Bedmar Iribarne, y un paisaje pintado por Manuel Luque Soria que bien podría ser un cortijo almeriense con sus características chumberas y sus colores ocre.

Al avanzar comienza a llegar a nuestras pupilas el color de los bodegones y también conocemos a ‘Belén comiendo cerezas’, de Pedro Antonio Martínez Expósito.

Nos acompaña en este viaje de sensaciones el color y las formas de los emblemáticos azulejos que hacen un tándem cromático perfecto con las vanguardias históricas que, sobre las paredes, ven pasar a los visitantes.

El Movimiento Indaliano

Movimiento Indaliano en Museo de Arte Doña Pakyta. | María Palma Martos/QVEA
Sala del Movimiento Indaliano. | María Palma Martos/QVEA

Las viejas escaleras de madera ponen banda sonora a la continuación de nuestro viaje a pesar de estar amortiguados por una moqueta, los pasos del visitante lo conducen hacia la segunda planta en la que el Movimiento Indaliano luce como único protagonista.

Colores tierra, rosados, azul mediterráneo e, incluso, paisajes del interior de la provincia envuelven al invitado de la Casa Vasca.

Por su parte, el Movimiento Indaliano se descubre desde sus orígenes con el retrato del poeta almeriense Villaespesa hasta paisajes reconocibles, como las luminosas terrazas de Almería, las coloridas casas de La Chanca, la Alcazaba de Almería o la captura de algunos momentos de la vida de los almerienses, como el cuadro que deja ver a una pareja en el puerto pintada por Carmen Pinteño.

Qué es el Movimiento Indaliano

El Movimiento Indaliano es un movimiento artístico y cultural que tiene su origen en la provincia de Almería con el objetivo de potenciar y dar a conocer a los artistas locales desde un punto de vista completamente diferente e innovador.

Jesús Pérez de Perceval es considerado el padre de este movimiento que tiene su origen entre los años 1924 y 1963 y que en la “casa vasca” se refleja a través el a producción de los siete pintores que conformaron el grupo inicial: Francisco Alcaraz, Miguel Cantón Checa, Luis Cañadas, Francisco Capuleto, Antonio López Díaz, Miguel Rueda o el ya mencionado Jesús de Perceval.

El Movimiento Indaliano, sin embargo, no estaba conformado solo por artistas. El “grupo indaliano” también contaba entre sus filas con escritores, médicos, abogados y personas con inquietudes culturales como Celia Viñas.

Todos ellos se reunían semanalmente en los cafés y espacios más conocidos de la ciudad y lo que comenzó siendo una tertulia acabó convertido en un grupo de vanguardia que alcanzó su mayor reconocimiento en 1947 con una exitosa exposición en el Museo Nacional de Arte Moderno en Madrid.

Un dato curioso de este movimiento radica en el empleo del Indalo, no solo nombre, sino también como firma en muchos de sus cuadros

Exposiciones temporales en el Museo de Arte Doña Pakyta: ‘La Chanca en el imaginario’

Es en la sala siete, cuando finaliza la el recorrido histórico a través del Movimiento Indaliano, el visitante puede desplazarse a la zona de exposiciones temporales a través de la que fuera la escalera del servicio.

Una escalera estrecha que conduce hasta el ‘Espacio Camina’ donde una exposición sobre el conocido barrio almeriense de La Chanca nos recibe hasta mediados del mes de octubre.

La Chanca en el imaginario‘ son fotografías en blanco y negro que se desarrollan junto con coloridos cuadros que muestran el complejo entramado urbano, social y cultural del siglo XX.

Captan la atención aquellas imágenes de La Chanca tomadas por Carlos Pérez Siquier o su compañero de travesía, Jesús de Perceval, definidos con textos de los escritores Juan Goytisolo y Ángel González.

Las imágenes son un fiel reflejo de un barrio “sin sombras, que parece haberse adueñado de la luz para la eternidad” como diría González durante las décadas de los 50 y los 60 en las que el color blanco de las casas parece entremezclarse con el olor a mar.

Exposiciones temporales en el Museo de Arte Doña Pakyta: Ginés Parra

Finaliza nuestro recorrido por el Museo de Arte Doña Pakyta con un breve paseo por el sencillo universo pictórico de Ginés Parra. Su arte se define como genuinamente ibérico y no solo por la selección de los motivos, sino por la austeridad en las composiciones y las armonías.

Cuando salimos del que fuera hogar de Doña Pakyta, la luz de Almería nos envuelve, tanto que hasta tenemos que cerrar los ojos, quizá para asimilar el viaje de casi cien años por el arte almeriense que acabamos de hacer, dejando atrás, de nuevo, esa Casa Vasca que parece no encajar con la ciudad que lo alberga.

Horarios y cómo llegar al Museo de Arte Doña Pakyta

La Casa Vasca o ‘Casa Montoya’ está situada en un punto estratégico entre La Rambla y el Paseo de Almería. Desde ambas vías se puede llegar al que fuera el hogar de Doña Pakyta y la creación de uno de los arquitectos más reconocidos en la capital.

Se puede, por tanto, acceder a la sede del arte almeriense desde varios puntos, pero si es tu primera vez en Almería o no conoces lugares dónde aparcar lo más cómodo es que aparques en el aparcamiento del Muelle de Levante y accedas a pie y dirección al Paseo de Almería hasta el museo.

El horario actual es de martes a sábado de 10:30 horas a 13:30 horas y de martes a viernes de 18:00 a 21:00 horas y la entrada es gratuita.

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Dónde comer después de la visita al Museo de Arte Doña Pakyta

Si has conocido los inicios del arte indaliano y uno de los edificios más representativos de la capital almeriense no puedes irte de la zona sin probar en el Paseo de Almería el tradicional chérigan de Parrilla Pasaje.

El chérigan es una tapa simple nacida en Almería por el antiguo propietario de este bar, al que apodaban ‘el Sheriff’. Se trata de una tosta de pan fina cortada al bies con base de tomate, ali oli o aceite que puedes complementar con tortilla, atún, pavo o anchoas, que fue bautizada como ‘Sheriff Gun’, que derivó a chérigan.

La textura crujiente de la tapa junto con una refrescante caña de cerveza convierte a este aperitivo en la combinación perfecta para la visita cultural.