Con más de 3.000 horas de sol al año, la provincia de Almería al completo destaca por la calidad de vida de sus habitantes
Hay hechos objetivos indiscutibles como que los más de 8.000 kilómetros que componen la provincia de Almería disponen al año de un total 3.305 horas de sol, haciéndola destino indiscutible para los amantes del buen tiempo. Sin embargo, los rayos de sol no son solo un elemento característico de la época estival, caracterizada por largas jornadas de sol y playa, sino que es posible disfrutar del Lorenzo también en invierno, con un termómetro que llega a los 20 grados en el mes de diciembre.
Este clima ofrece al visitante un sinfín de posibilidades para conocer y descubrir una provincia para todos. Almería, gracias a su localización geográfica, permite pasar de rozar la orilla de playas paradisiacas con la punta de los dedos a notar el frío aire de las montañas en apenas una hora de trayecto.
Por todo ello, la Diputación Provincial de Almería ha lanzado la campaña de promoción del interior del destino ‘Costa de Almería’ bajo el lema ‘Almería, el sol que necesito’. Con ella la institución subraya la excelencia de una tierra llena de contrastes, de historia, cultura, arte, tradición, gastronomía y autenticidad, con un interior sorprendente del que se puede disfrutar de forma especial en esta época del año, un destino con un plan que se ajusta a las necesidades de cada viajero donde vivirá una experiencia irrepetible.
En este sentido, con la paz y tranquilidad como ingredientes indiscutibles de la vida en este territorio, Almería es uno de los lugares abanderados del ‘slow life’ ; una forma de disfrutar la vida en la que, además del frenetismo de las actividades diarias, se halla siempre un momento para contemplar la belleza de un lugar único en el mundo capaz de combinar elementos artísticos de diferentes épocas y culturas y de mostrarse al mundo de una forma natural, ofreciendo al visitante paraísos únicos de aguas cristalinas en el Mar Mediterráneo.
La calma y la tranquilidad que mecen las olas o el arrullo del viento que recorre espacios naturales únicos en la alta montaña son algunos de los atractivos que hace que miles de personas decidan llegar al sur de España para conocerla.
Recordar Almería es rememorar atardeces y no las agujas del reloj, es aprender a contar momentos y no minutos.
Paso de civilizaciones y pueblos
En este sentido, la provincia cuenta con un patrimonio que da fe del paso de diferentes civilizaciones y pueblos atraídos por sus bondades dejando a su paso un reguero cultural que pervive a día de hoy y que es posible contemplar a través de las iglesias repartidas por todo el territorio, que no restan, sin embargo, importancia a escenarios y parajes naturales como el Desierto de Tabernas o el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.
La peregrinación hacia lugares de culto repartidos por el interior de Almería se ha convertido en un atractivo turístico digno de compartir. Destacan, en este sentido, la peregrinación del Cristo de la Luz, en Dalías, que reúne cada año a miles de personas llegadas desde distintos puntos de dentro y fuera de la provincia. Esta cita es una de las más multitudinarias, pero no es la única, ya que las romerías están muy presentes en las localidades almerienses.
Joyas patrimoniales de belleza indescriptible como el Castillo Palacio de Vélez-Blanco, del Renacimiento Español, que mandó construir a principios del siglo XVI y sobre los restos de una alcazaba árabe el Marqués de Los Velez, Pedro Fajardo Chacón también dan fe de la historia de una provincia que no tiene miedo a mirar hacia atrás.
Así, el pequeño pueblo de Terque, situado entre los ríos Andarax y Nacimiento y que no llega a 400 habitantes, se ha convertido en uno de los lugares referentes en turismo etnográfico mostrando a las generaciones actuales parte de la memoria colectiva y rural de Almería. Los Museos de Terque suponen un complejo formado por cinco instalaciones: Museo Etnográfico, Museo Provincial de la Uva del Barco (cultura parralera almeriense), La Modernista (tejidos y vestimenta) y el Museo de Escritura Popular, además de la Cueva de San José, un espacio dedicado a exposiciones, conferencias y conciertos.
Tal es orgullo de los almerienses por su pasado que, en los últimos años, han proliferado considerablemente el número de recreaciones históricas en localidades y municipios almerienses poniendo de manifiesto y ofreciendo la visión histórica de hechos que marcaron el presente de Almería.
En este sentido, destacan las recreaciones de Macael con los Canteros y Caciques, aunque, en los últimos meses la teatralización histórica ha llegado también a municipios como Fondón. O la recreación de la Paz de las Alpujarras que cada año reúne a cientos de visitantes en la localidad de Padules para contar la Rebelión de los Moriscos en la comarca durante el siglo XVI. O la de los Reyes Católicos en Fiñana, entre muchas otras.
Tal es el favor de las coordenadas geográficas hacia Almería que desde alguno de sus puntos más altos es posible contemplar las estrellas en todo su esplendor, ofreciendo espacios como el observatorio de Calar Alto desde donde se admira el universo. Y no es esta la única instalación vinculada a la astronomía, en Los Filabres se halla también el Planetario de Serón, un espacio científico enfocado a la difusión del conocimiento a pequeños y mayores.
Una forma única de vivir
Aprender a contemplar la vida bajo el brillo radiante del sol o convivir a diario con el murmullo de las olas ha definido considerablemente el carácter de los almerienses con una forma de ser abierta y alegre en la que florece el talento y donde los recuerdos no son de color sepia, sino que llevan impregnados colores vivos y brillantes.
Es por ello que las opciones de ocio no pueden faltar en un territorio engrandecido por sus gentes y su forma de vida basada en disfrutar de espacios naturales y de una gastronomía hecha con productos propios de kilómetro 0 y cercanía; de origen almeriense y que es posible consumir en todo el mundo a través de la marca gourmet de Diputación ‘Sabores Almería’.
Los almerienses no pueden sino disfrutar de los callejones de cada localidad, de los yacimientos históricos, iglesias, las casas señoriales de la Alpujarra o los paisajes de pueblos blancos del Levante o del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.
Es imposible no ver una calle transitada en cualquier época del año porque el clima ha hecho a los almerienses y les ha otorgado también aquello que les define: el sol, el sol que necesitas.