En él se pueden visitar los antiguos edificios, hacer rutas de senderismo y disfrutar de la gastronomía local

¿Has pensado alguna vez en realizar un viaje en el tiempo hasta un antiguo poblado minero del siglo XIX? Hacerlo realidad es tan sencillo como visitar el Poblado Minero de Las Menas de Serón, en el corazón del Valle del Almanzora. Un lugar en el que convergen la naturaleza, la historia, el deporte y la gastronomía local en un entorno único.

Paisaje de Las Menas de Serón. | Mª José Martínez/QVEA
Paisaje de Las Menas de Serón. | Mª José Martínez/QVEA

Cómo llegar a Las Menas de Serón

El poblado de Las Menas de Serón está abrazado por las montañas de la Sierra de Los Filabres. Un paisaje de tonos tierra y verdosos con amplios senderos que invitan a perderse en ellos. Es la carretera A-1178 la que nos conduce hasta este enclave del municipio almeriense, a través de un zigzag de curvas que poco a poco van descubriendo sus peculiaridades.

La nieve nunca olvida su visita, y sus inviernos son blancos, dejando estampas propias de una película. Además, muy cerca, a tan solo 15 kilómetros, se encuentra el Observatorio de Calar Alto, que es el observatorio astronómico más grande del continente europeo. Sin duda, una parada obligatoria en la zona, especialmente cuando está nevado.

Historia del poblado 

Las Menas de Serón es un poblado minero donde se extrajo hierro desde finales del siglo XIX hasta el año 1968. Fue tan importante que en él llegaron a trabajar más de 2.900 personas. En la actualidad es muy fácil visualizar como era el día a día antaño, ya que hay muchas edificaciones de la época, algunas de ellas restauradas. Es el caso de la vivienda del director de las minas y de sus ayudantes de dirección. Muchas se quedaron tal cual cuando sus habitantes partieron de allí con el cierre de las minas.

Edificios en Las Menas de Serón. | Mª José Martínez/QVEA
Edificios en Las Menas de Serón. | Mª José Martínez/QVEA

Qué hacer en el Poblado Minero de Las Menas de Serón

Sus yacimientos de hierro fueron muy importantes para la provincia de Almería durante más de medio siglo. Se construyó de manera progresiva a través de una ordenación urbanística jerárquica que incluía edificios de mucha calidad arquitectónica. Destacan entre ellos la Ermita de Santa Bárbara, las oficinas de los empleados, el hospital del pueblo, los talleres, el cuartel de la Guardia Civil, y el pabellón de los obreros.

Ruta de senderismo por el poblado de Las Menas de Serón. Mª José Martínez/QVEA
Ruta de senderismo por el poblado de Las Menas de Serón. | Mª José Martínez/QVEA

La vida que latía con fuerza en el Poblado de las Menas de Serón perdió pulso en el año 1968 con su cierre. Esto provocó diferentes expolios, pero se ha recuperado como centro turístico con una preciosa área de acampada que dibuja un cielo estrellado por la noche, un apartahotel y rutas de sendero para hacer con toda la familia, también con las mascotas.

Asimismo, se puede visitar el Centro de Interpretación de la Minería y el Parque Forestal, aunque previamente hay que concertar la excursión llamando al Ayuntamiento de Serón a los teléfonos 950426001 / 636782157. Además, hay un bosque con árboles y arbustos autóctonos. Todos ellos cuentan al visitante su historia y le hacen disfrutar de las características de su naturaleza.

En las rutas de senderismo por las Menas de Serón no solamente encontramos naturaleza, sino que se pueden ver los restos de su industria, como una tolva que fue construida con muros de mampostería, un puente y algunas de las minas que abandonaron. Por este camino es muy frecuente encontrarse con algunos animales y pequeños laguitos con agua.

El recorrido por el Poblado de Las Menas de Serón se hace con el Sendero Local Las Menas (SL-A 192). Es una ruta de cerca de 7 kilómetros con una duración aproximada de dos horas y media, señalizada durante le camino para que los visitantes estén guiados en todo momento.

El recorrido da comienzo en el parking junto al Apartahotel. Durante la ruta podrás ver todos esos edificios donde discurría la vida diaria de todos sus habitantes.

Dónde comer y alojarse en Las Menas de Serón

Una opción para alojarse es el Camping Las Menas, en Serón. Forma parte del poblado por lo que te sentirás uno más de sus vecinos. El establecimiento turístico dispone de treinta parcelas y encantadoras cabañas de madera. Su enclave es idílico, a una altura de 1.530 metros en la Sierra de los Filabres. Cuando cae la noche el complejo queda iluminado por la luna y miles de estrellas se dejan ver en el cielo.

Vistas nocturnas en el Camping Las Menas de Serón. Ruta de senderismo por el poblado de Las Menas de Serón. Mª José Martínez/QVEA
Vistas nocturnas en el Camping Las Menas de Serón. | Mª José Martínez/QVEA

Una parada obligatoria es el Mesón Restaurante Las Menas, que está abierto durante todo el año. Dispone de tres salones y un patio interior de decoración pintoresca con un amplio jardín, terraza y espacio para que jueguen los más pequeños. En él se puede degustar la comida tradicional de la zona como migas, fritás y olla de trigo, perfectos para sentirse como en casa en los meses de frío.

 ¿Qué ocurrió para que este pequeño municipio del Valle del Almanzora comenzase una contienda que duró 100 años?

Pensar que un municipio almeriense de menos de 400 habitantes declaró la guerra a una gran nación durante 100 años puede parecer una historia disparatada. Sin embargo, el miedo nunca ha estado en el ADN de los vecinos de Líjar: el pueblo que declaró la guerra a Francia.

Subida a Líjar, pueblo que declaró la guerra a Francia. | Mª José Martínez/QVEA

El camino hacia este municipio del Valle del Almanzora nos lleva por escenarios de película, literalmente. Las impresionantes canteras de Macael se abren paso ante nuestros ojos. Estas dejan relucir su oro blanco, su mármol blanco, que abraza la carretera A-349. Y es que, este enclave de la provincia de Almería en un baúl de grandes historias. Un poco antes de llegar a la Escuela Restaurante Las Canteras, un cartel anuncia el desvío que lleva hasta todo lo que ver en Líjar.

Canteras de mármol. | Mª José Martínez/QVEA

Una gran cuesta nos adentra en un paisaje de montañas y pinares, por los que es un muy común encontrarse algunos animales. Tras recorrer una carretera en la que cada curva nos desvela un rincón con encanto, volvemos a llegar a un cruce. A la izquierda ya intuimos el destino, continuando por la AL-5100.

Líjar y su guerra con Francia: un conflicto de 100 años

Para contar la historia de Líjar y su guerra con Francia hay que introducirse en una máquina del tiempo con destino a finales del siglo XIX. Más concretamente al periodo comprendido entre julio de 1870 y enero de 1871. En esta época tuvo lugar en Europa el conflicto franco-prusiano. Fueron los prusianos los que se declararon vencedores y configuraron una nueva Alemania con los territorios que habían ganado.

El monarca español por aquel entonces era Alfonso XII, que decidió realizar un viaje por Alemania y Francia para calmar a los bandos tras esta guerra. Ofreció su apoyo al canciller Bismarck si se volvía a retomar  el conflicto y, posteriormente, continuó su viaje a París con su informe prusiano en mano.

Sin embargo, el recibimiento por parte de los franceses, y por los ciudadanos galos, no fue precisamente cortés. El gobernante español fue una diana de insultos, muchos abucheos, incluso de objetos, debido al comportamiento contendiente con el que se había presentado en el lugar.

Cuando volvió a España tras su particular aventura, los ciudadanos aplaudieron su hazaña. Las idas y venidas de su viaje y la actitud que los franceses habían tomado ante la presencia de Alfonso XII llegó a oídos de los vecinos de Líjar, que no quisieron quedarse con los brazos cruzados.

Es por ello que redactaron un bando municipal en 1883 en el que sus intenciones quedaban muy claras: “Líjar, que se compone únicamente de 300 vecinos y 600 hombres útiles, está dispuesto a declararle la guerra a Francia, computando por cada diez mil franceses un habitante de esta villa”.

Placa conmemorativa del final de la guerra. | Ayuntamiento de Líjar

Para demostrar su poder y dejar aún más claras sus intenciones, explicaron que: “Es necesario que sepa el Territorio Francés, que España ostenta en su escudo, la insignia de más valor que puede ostentar la primera nación del Mundo. Tiene en la nada menos que un León. Cuenta la Historia Española, un Sagunto, un San Marcial, Bailén, Zaragoza, Otumba, Lepanto y un Pavía, que ninguna Historia de las que se conocen hasta el día puede presentar ejemplos tan terribles”.

El acta, redactada por su alcalde Miguel García Sáez y firmada por toda la corporación, concluía exponiendo que: “el Ayuntamiento de Líjar tomando en consideración lo expuesto por el Alcalde, acuerda unánimemente declararle Guerra a la Nación Francesa, dirigiendo comunicado en forma debida directamente al Presidente de la República Francesa, anunciando previamente al Gobierno de España esta Resolución”.

Lo cierto es que nunca llegó a haber ningún incidente. Todo se quedó en una declaración de intenciones, dejando más que patentes su valentía y su orgullo. Un conflicto que llegó a su fin el día 30 de octubre de 1983. La plaza del pueblo fue testigo y allí se firmóla paz entre Líjar y Francia. El alcalde, Diego Sánchez Cortés, reunió al cónsul francés en Málaga, Charles Santi, y al director provincial de la administración provincial, Fernando Fernández Montero, para llevar la paz a ambas naciones.

Senderos que ver en Líjar para descubrir su historia

Este pequeño pueblo almeriense cuenta más historias que ver en Líjar, aparte del conflicto con Francia. Y es que, hay huella humana en la zona desde la Prehistoria. Incluso, el municipio fue ocupado por los romanos y los cartagineses, que iban en busca de la grandeza de los minerales que se encuentran en esta zona del Valle del Almanzora.

Sus calles están dispuestas en gran parte por cuestas. Sus casitas blancas que contrastan con el verde de la zona le otorgan un encanto especial al lugar. Para adentrarse en esta historia existen varias rutas de senderismo, como la de las Huertecicas Bajas. Es un recorrido con alto contenido histórico que lleva al viajero hasta la Cueva del Moro, la posible gruta Megalítica y los restos árabes del Castillico, más sitios que ver en Líjar. Encontrarlo es muy sencillo, pues tan solo unos metros antes de llegar al núcleo urbano encontramos un enorme letrero con un mapa del recorrido.

Comienzo de la ruta de senderismo en Líjar. | María José Martínez/QVEA
Comienzo de la ruta de senderismo en Líjar. | María José Martínez/QVEA

Dónde comer en Líjar

Además de paisajes muy bonitos que ver en Líjar, también hay una gastronomía excelente. Puedes disfrutar de ella en el Bar Teruel, especialista en tapas, arroces y calamar. Está ubicado en la calle Antonio Sirvent número 7. Este es un punto de encuentro tanto para sus vecinos como para todos los visitantes, a los que reciben como uno más.