Laujar de Andarax hay que pasearla, tanto por su encalado casco histórico, salpicada a cada rincón por el agua más pura, como sus rutas en plena naturaleza

Cuando el último gobernante del Reino de Granada, Boabdil, lloró por la tierra de la Alhambra camino del destierro, expulsado por los Reyes Católicos, sus pasos no se encaminaron al norte de África, sino a Laujar de Andarax, cuyo señorío, tal como recogían las Capitulaciones firmadas en Santa Fe en aquel lejano año de 1492, pasaba a corresponderle.

El ‘Rey Chico’ en realidad recibió a cambio de su salida el señorío de Las Alpujarras y fue en Laujar, antigua capital de la Tahá de Andarax con dominios sobre las actuales poblaciones de Fondón, Bayárcal, Paterna del Río, Fuente Victoria y Alcolea, donde estableció su residencia junto a su esposa, Morayma, que terminaría muriendo aquí.

Un año después se marcharía definitivamente rumbo a Fez, dejando para siempre la impronta en este precioso pueblo del oeste almeriense de haber sido la ‘última plaza’ en la historia del reino de Granada y, por tanto, del al-Ándalus.

Calle de Laujar de Andarax. | Anyo/QVEA

Puerta de entrada a la Alpujarra

Pero la historia de Laujar de Andarax se remonta mucho tiempo atrás. Parte desde la Prehistoria y se constituye como uno de los lugares con presencia humana constatada más antigua de Andalucía. Al sucesivo paso de civilizaciones por este emblemático punto de la provincia de Almería contribuyó sin duda su posición estratégica, a medio camino entre el Mediterráneo y las cumbres de Sierra Nevada, macizo del que se ubica en su ladera sur, dominando un gran valle (Valle de Laujar) que configura una fértil vega, bien regada por antiquísimas acequias.

Es la puerta de entrada a la mágica comarca de la Alpujarra y además ha gozado siempre de una gran riqueza mineral, fruto de su ubicación junto a la sierra de Gádor. Esto propició durante siglos que la economía fluyera y que los primitivos asentamientos se consolidaran hasta nuestros días. En su término municipal quedaron así numerosos vestigios mineros. El descubrimiento de estos supone un aliciente más para patearse sus senderos y adentrarse en su frondosa naturaleza.

Conocer Laujar de Andarax a través del agua

Ruta de los Pilares de Laujar. | Anyo/QVEA
Ruta de los Pilares de Laujar. | Anyo/QVEA

Y es que Laujar de Andarax hay que pasearla, tanto su encalado casco histórico, salpicado a cada rincón por el agua más pura, como sus rutas en plena naturaleza, presididas por el río del que toma su ‘apellido’ y que conectan al viajero directamente con la naturaleza.

Ubicado a casi mil metros de altitud, el agua tiene un gran protagonismo en este municipio, que va contando su historia a los visitantes a través de sus fuentes y pilares, repartidos por numerosos rincones. Conocerlos todos es posible simplemente siguiendo las flechas azules que encontraremos en el suelo, que nos guiarán por su fabulosa Ruta de los Pilares.

Y en cada caño de agua fresca, un trozo de la historia del pueblo plasmada en preciosos azulejos. También numerosa información de cada lugar en paneles informativos que permiten al turista una visita mucho más completa. En total, podremos visitar 17 pilares, que nos permitirán conocer cada palmo de Laujar de Andarax y, literalmente, beber de su historia. Destacan por su antigüedad el Pilar de la Plaza (1684) y el Pilar Seco (1687), aunque lo realmente divertido es descubrirlos todos.

Laujar cuenta también con restos de norias y molinos de agua que aprovechaban el curso del río, y que nos podremos encontrar adentrándonos por sus senderos, así como restos de acueductos utilizados igualmente para transportar el líquido elemento. El Puente de los Moros es el que mejor se conserva de toda la provincia de Almería y data de época musulmana. Consta de tres arcos y se ubica en el barranco del Conde, muy cerca del casco urbano. Destaca también por su buen estado el acueducto de la rambla de Bonaya.

Pilar de la Plaza de Laujar de Andarax. | Anyo/QVEA
Pilar de la Plaza de Laujar de Andarax. | Anyo/QVEA

Laujar, capital del senderismo

Y es que el agua ha sido siempre el motor de Laujar, permitiéndole contar con campos fértiles y proporcionando energía eléctrica desde muy pronto, gracias a su central, hoy convertida en un fabuloso restaurante y punto de salida de distintas rutas senderistas.

Es en el paraje del Nacimiento donde ésta se ubica y donde comienzan numerosas aventuras en la naturaleza. Su área recreativa, además muy próxima al casco urbano, es todo un atractivo para cientos de personas cada fin de semana o día festivo.

Allí, haciendo honor a uno de los lemas turísticos del municipio, que es la ‘Capital del Senderismo’, podremos elegir entre rutas  de más o menos dificultad, como las conocidísimas en Almería ruta de la Hidroeléctrica o la senda de Monterrey; nos podremos pegar un chapuzón (muy) refrescante en el río; comer en pleno contacto con la naturaleza en sus amplias zonas de esparcimiento perfectamente preparadas para pasar un día de campo, o degustar suculentos platos de la cocina alpujarreña en alguno de los dos restaurantes abiertos en el paraje.

Legado histórico en Laujar de Andarax

Lo más recomendable al llegar a Laujar de Andarax es visitar, en la plaza Mayor, su oficina de turismo, que evoca el pasado musulmán del lugar y donde podremos obtener mapas e información pormenorizada sobre rutas de senderismo y todos los atractivos con los que cuenta el municipio.

Iglesia de la Encarnación en Laujar de Andarax. | Anyo/QVEA
Iglesia de la Encarnación en Laujar de Andarax. | Anyo/QVEA

La imagen de la iglesia de la Encarnación de Laujar de Andarax es visible coronando el pueblo prácticamente desde cualquier punto de sus cercanías, configurando una bella estampa de Laujar. Su situación elevada y su monumentalidad le permiten destacar de entre todas las edificaciones y se diría que entre todas las iglesias alpujarreñas. Aunque su verdadero valor radica en su antigüedad, siendo uno de los templos con más años y de mayor peso histórico de la provincia.

En este espacio se erigía una gran mezquita, incendiada por los propios musulmanes en el año 1500, ante el acoso de las fuerzas cristianas. Se construyó entonces la primitiva iglesia, germen del actual templo tras ser reconstruido en 1686. Su estilo es mudéjar en el exterior, con un interior plenamente barroco en el que destacan su retablo.

Ermita Virgen de la Salud de Laujar. | Anyo/QVEA
Ermita Virgen de la Salud de Laujar. | Anyo/QVEA

Pero no es la única construcción religiosa que permanece en Laujar de Andarax. La localidad cuenta además con dos ermitas en su casco histórico. Por un lado, la pequeña ermita de las Ánimas, ubicada en la entrada del pueblo y erigida a principios del siglo XX como ‘protectora’ de los viajeros. Por otro, la ermita de la Virgen de la Salud, mucho más monumental y antigua, ya que su finalización data de 1710. Esta se ubica apenas a unos pasos de la anterior, en la calle Granada y junto al colegio de Laujar.

De la misma época (1708) data el convento de San Pascual Bailón, otro edificio emblemático de Laujar de Andarax que se mantiene a duras penas en pie, aunque en estado de abandono. Permanecen las fachadas y su claustro, si bien no se recomienda la visita por el estado semirruinoso que presenta.

La alcazaba más importante de la Alpujarra

Más antiguos si cabe son los restos de la Alcazaba de Laujar de Andarax, datados en torno al siglo XIII, pero de los que apenas queda nada. En su momento albergó a Boabdil cuando se instaló en Laujar y fue la alcazaba más importante de la Alpujarra. Lo poco que queda es más visible desde el pequeño Jardín Botánico que se ubica a las espaldas de la iglesia.

La recuperación de ambos vestigios históricos es un reto para el futuro, después de que las administraciones hayan revalorizado ya la fabulosa Casa Palacio de los Moya y se encuentren rehabilitando igualmente la Plaza de Toros de Laujar.

La ‘exótica’ relación de Laujar con las Filipinas

Centro Hispano-Filipino de Laujar. | Anyo/QVEA
Centro Cultural Hispano-Filipino de Laujar. | Anyo/QVEA

La Casa Palacio de los Moya sigue siendo la Casa Palacio de los Moya, pero desde hace apenas unos meses es también el flamante Centro Cultural Hispano-Filipino de Laujar de Andarax, el gran referente cultural del municipio y de toda la comarca.

Está inspirado en la figura del padre Pedro Murillo Velarde, jesuita y humanista del siglo XVIII originario de Laujar y autor del primer mapa de las islas Filipinas, país con el que el municipio de Almería está hermanado. El imponente edificio fue adquirido por el Ayuntamiento y rehabilitado para convertirlo en un gran centro cultural. Este cuenta con una biblioteca dedicada a otro ilustre laujareño, el afamado poeta Francisco Villaespesa; un centro de interpretación dedicado a Murillo Velarde y distintas salas para talleres y exposiciones.

La casa señorial, de gran porte, se ubica en la calle Granada, muy cerca del Ayuntamiento, y data del siglo XVIII. En la misma época se construyó la peculiar casa consistorial. Se trata de otro edificio de gran belleza y singularidad, de estilo neoclásico, erigido como el centro neurálgico de la localidad.

Además, Laujar cuenta con otra casa señorial emblemática, la conocida como Casa del Vicario, levantada en tres plantas y de estilo barroco (siglo XVII). Se ubica también a escasos metros del Ayuntamiento

Vino y mantecados, imprescindibles en la visita a Laujar de Andarax

Vinos y mantecados de Laujar de Andarax. | Anyo/QVEA
Vinos y mantecados de Laujar de Andarax. | Anyo/QVEA

La visita a Laujar de Andarax no estará completa sin probar algunas de las delicias gastronómicas que infunden más carácter propio, si cabe, a este municipio. Destaca el vino, sin duda el producto estrella de los laujareños, pese a que en las últimas décadas ha perdido parte del protagonismo que tuvieron sus viñas años atrás, gracias a la uva de Ohanes, variedad autóctona que estuvo muy extendida por toda la comarca en el siglo pasado y que aún hoy sigue proporcionando ricos caldos cien por cien laujareños.

Vino… y mantecados de Laujar, verdaderas delicias dulces y muy famosos más allá de sus fronteras. Podrás comprarlos con facilidad en los comercios del pueblo y seguramente acabarás pensando que debiste comprar algunos más. En el casco histórico se pueden comprar otros productos típicos como embutidos alpujarreños, artesanía o telas.

El Plato Alpujarreño es el rey

Y comer es también algo obligado en un municipio que se caracteriza por contar con muy buenos bares y restaurantes, donde se pueden degustar platos típicos de la Alpujarra. Aquí el rey es el Plato Alpujarreño, compuesto por papas a la pobre, huevos, carne de cerdo (costillas, lomo…), chorizo y morcilla, al que también se le pueden añadir pimientos.

Tanto en la avenida principal como en el entorno de la Plaza Mayor de las Alpujarras hay un buen ramillete de tabernas y gastrobares donde comer y tapear de lujo, aunque recomendamos la visita al Mesón La Fabriquilla, en el paraje del Nacimiento, tanto por sus buenos platos como por la singularidad de comer en el interior de una antigua central hidroeléctrica restaurada. Es conveniente reservar en fin de semana y festivos. También ir con tiempo, para poder disfrutar después de la comida de un agradable paseo en plena naturaleza y junto al curso del río Andarax.

Cómo llegar a Laujar de Andarax

Laujar de Andarax se sitúa en el extremo oeste de la provincia de Almería, cerca del límite con Granada y en las primeras estribaciones de la Alpujarra y del Parque Natural de Sierra Nevada. Se ubica a 77 kilómetros de Almería, desde donde aproximadamente la mitad del recorrido se realiza por autovía (A-7). Si llegamos desde aquí, o igualmente si lo hacemos desde la costa de Granada, deberemos girar hacia el norte a la altura de El Ejido-Pampanico. Tras pasar Dalías y dejar Berja a la izquierda, tomaremos la carretera A-347, que pasa junto al municipio. Otra opción es desde la A-348 que se adentra en la Alpujarra Almeriense desde Benahadux.

Google Maps

Al cargar el mapa, acepta la política de privacidad de Google.
Más información

Cargar el mapa

Bullicio. Son muchas las conversaciones que se entrelazan a la vez. Ese jaleo implícito del centro, del corazón de cualquier ciudad, en el camino que va desde la plaza Pablo Cazard y la Escuela de Bellas Artes hacia la plaza de la Catedral de Almería a través de las calles Trajano y Eduardo Pérez. Una vez allí, dejando el templo aparte, no hay arquitectura alguna. No al menos en sí misma, a simple vista, pues es justo lo que pretendían Alberto Campo y Modesto Sánchez, arquitectos de su última remodelación 20 años atrás.

Mirando bien, las veinticuatro palmeras que forman y acogen la plaza no son casualidad. Más altas que la catedral, actúan de columnas para que el espacio luzca como si fuera una nave más. Tiene su razón de ser en que la plaza no eclipse jamás a los edificios que alberga. Gracias a esta sencillez y amplitud, escasa de fuentes o bancos, el protagonismo recae únicamente en la propia catedral y el Palacio Episcopal. Una apuesta por la estética.

Fachada de la catedral de Almería

Si hay algo que llama la atención nada más llegar a la plaza de la Catedral es la imponente fachada de la catedral de Almería. No importa desde qué calle se venga. Con el primer vistazo ya se nota su condición de fortaleza, protectora de los ataques piratas y moriscos que querían atacar la ciudad. Por ello no destacará por su gran altura, ya que así podía defenderse mejor ante las ofensivas de artillería.

La fachada, del siglo XVI, está compuesta por tres cuerpos estéticos en posición horizontal de arte principalmente renacentista con rasgos del gótico tardío. Obra de Juan de Orea, yerno del autor del Palacio de Carlos V de la Alhambra de Granada, su portada busca además de reflejar lo divino actuar de propaganda política del poder de dicho emperador. Puede verse reflejado en los relieves que representan los trabajos de Hércules -una asociación del Estado con los mitos para dotarlos de poder y supremacía-, en el escudo imperial del águila de dos cabezas o en los jarrones decorativos.

Plaza de la Catedral de Almería. | Esperanza Murcia/QVEA

Bajando la mirada, la parte intermedia de la portada está dedicada a la exaltación de la Encarnación de la Virgen María, nombre por el que se conoce a la catedral y la entrada principal del templo. Este acceso responde al clásico arco de triunfo romano que sirve de puente entre el mundo terrenal y el espiritual. En la parte inferior, se observa el escudo del Obispo Villalán, quien mandó a construir la catedral.

Palacio Episcopal

Palacio Episcopal de Almería. | Esperanza Murcia/QVEA

Deslumbrados por el poder de la catedral, si nos giramos y miramos para atrás vemos el Palacio Episcopal. Hablamos de la primera residencia oficial de la alta jerarquía eclesiástica de Almería. El edificio que vemos hoy, de elementos eclécticos, se debe a los arquitectos almerienses Trinidad Cuartara y Enrique López Rull que iniciaron su remodelación en 1894 bajo las órdenes del obispo Santos Zárate. El palacio sigue una estructura cúbica donde se mezclan distintas piezas de estilo medieval y clasicista.

El entorno: el Sol de Portocarrero y el Museo de la Guitarra

La plaza de la Catedral de Almería es la unión de su centro urbano, conectando con los grandes puntos de interés de la capital. Sus vertientes nos pueden llevar hasta la Plaza Vieja donde se encuentra el Ayuntamiento, a la mágica Alcazaba o retornar a las calles más prolíferas de bares de la ciudad.

Pero, ¿y si la bordeamos? Merece la pena descubrirlo. Rodeando la catedral por la izquierda encontramos el Sol de Portocarrero, o Sol de Villalán, un bajorrelieve de rostro antropomorfo rodeado de una cinta renacentista y que es uno de los símbolos oficiales de la ciudad de Almería. Se encumbra en el exterior de la Capilla del Santo Cristo de la Escucha, la más antigua de la catedral y donde se encuentra enterrado el obispo fundador de la misma Fray Diego Fernández de Villalán. En la tradición cristiana, el sol se empleaba como un símbolo de Jesús resucitado.

Sol de Portocarrero en la Catedral de Almería. | Esperanza Murcia/QVEA

Siguiendo el mismo camino, siempre bordeando el templo, llegamos al Museo de la Guitarra. Una buena oportunidad para conocer la historia del instrumento y al creador de la guitarra actual, el almeriense Antonio de Torres. Durante el recorrido, vale la pena observar el arte de la propia ciudad. Las fachadas de sus edificios más antiguos, los grafitis, cuadros del hoy, que decoran sus paredes. Y así, sin darnos cuenta, llegaremos a otro de sus grandes atractivos, la Puerta de los Perdones, un trasunto de la portada principal también obra de Juan de Orea.

Cerrando el círculo, regresamos a la plaza de la Catedral. Nos encontramos de frente al hotel del mismo nombre, construido en una de las viviendas señoriales del siglo XIX y de la que aún se conserva su fachada. Allí podremos degustar un rico pescado gallo pedro, frito o a la plancha, o un sabroso pulpo a la brasa. Son las dos especialidades de la casa que aguarda en su espacio superior una de las mejores terrazas de la capital. Cócteles, platos al centro y pinchos con unas vistas de ensueño, no ya sólo de la catedral sino también del conjunto monumental de la Alcazaba que se contempla al final.

La plaza de la Catedral, el principio de otro camino

Inicio del Camino Mozárabe de Santiago. | Esperanza Murcia/QVEA

Echa la parada, de vuelta a la plaza, hay algo nos llama. Un aviso. Y es que, desde este punto, cuando era ya el final del recorrido, se puede empezar otro camino. El del Camino de Santiago. La plaza de la Catedral de Almería es la partida de una de sus rutas que aun siendo más desconocida no es menos atractiva, la mozárabe. Un final de paseo que puede convertirse en inicio de un nuevo viaje. 

Horarios y tarifas de la Catedral de Almería

Estos son los horarios temporales para visitar la Catedral de Almería. Cabe señalar que están sujetos a posibles modificaciones por parte de la entidad. 

  • Lunes: Cerrado.
  • Martes: 10:30h a 15h.
  • Miércoles: 10:30h a 15h.
  • Jueves: 10:30h a 15h.
  • Viernes: 10:30h a 15h y 16h a 19h.
  • Sábado: 10:30h a 15h y 16h a 19h.
  • Domingo: Cerrado. 

La última entrada tiene lugar 45 minutos antes de la hora de cierre. En cuanto a sus tarifas, son las siguientes:

  • Entrada general (18 a 64 años): 5 euros. 
  • Reducida para mayores (a partir de 65 años): 4,50 euros. 
  • Entrada joven y/o estudiante (13 a 17 años y personas con carnet joven o universitario hasta 25 años): 3 euros. 
  • Grupos (20 personas o más): 3 euros. 
  • Gratuita: menores de 12 años acompañados de un adulto, discapacitados +63%, niños de familias numerosas (hasta 17 años) y empadronados en la ciudad de Almería. 

Para los fieles existe también el horario especial de misa, celebrándose de lunes a sábado a las 9:00 horas (misa conventual y laudes) así como a las 19:30 horas. Los domingos hay una única celebración eucarística a las 11:30 horas, celebrada por el obispo. Para más información se puede consultar su portal web, donde se recogen las últimas noticias. 

Google Maps

Al cargar el mapa, acepta la política de privacidad de Google.
Más información

Cargar el mapa