Es uno de los jardines botánicos más impresionantes de España y estremece por su belleza

Si por algo son conocidos en el mundo el municipio de El Ejido y la comarca del Poniente Almeriense es por su amplísima extensión dedicada a la agricultura intensiva. Las plantas crecen a cubierto y la vista se pierde a lo largo del conocido como Mar de Plástico, visible incluso desde lejanos satélites. Sin embargo, en El Ejido ni todo es plástico, verduras y frutas; ni todas las plantas crecen bajo techo.

Entre miles de hectáreas de invernaderos y erigido como un verdadero oasis de belleza y biodiversidad se encuentra La Almunya del Sur, uno de los jardines botánicos privados más impresionantes de España que estremece por su belleza.

La Almunya del Sur es un lugar para perderse y encontrarse, un catálogo de vida de los cinco continentes concentrado en 2.500 metros cuadrados de pura armonía, donde si algo reina es la belleza y si un sonido predomina es el del rumor del agua y el trino de los pájaros. Una pequeña joya que cada año atrae a varios miles de visitantes con la promesa de sorprenderles.

Uno de los rincones de La Almunya del Sur
La Almunya del Sur guarda mágicos rincones. | Anyo/QVEA

Un jardín andalusí en El Ejido

Y a fe que lo consigue. Sus más de 2.000 especies vegetales distintas, su disposición al modo de jardín andalusí -con permanente presencia del agua, materiales sencillos y a escala humana-, sus innumerables detalles ‘cuquis’ y el extraordinario mimo con el que sus responsables, Carlos y Manuel, tratan a los visitantes (casi tan bien como a sus plantas) son garantía de querer volver (¡y de querer volver con alguien querido, para compartir la experiencia!).

Europa, África, América, Asia, Oceanía… si conociéramos un sexto continente, parte de su flora crecería en La Almunya del Sur, que ofrece al visitante una inabarcable colección botánica fruto del amor por la naturaleza de sus propietarios, de sus viajes, su curiosidad, su investigación o los intercambios con personas de distintas partes del mundo, pero, sobre todo, de su tendencia a rodearse de belleza. Lo que simplemente comenzó como un hobby en una finca familiar destinada originalmente al cultivo de cítricos se ha convertido con el paso del tiempo en la maravilla que es hoy, un lugar que resulta parada obligada para los viajeros que llegan a Almería buscando lo bonito.

Jardín andalusí La Almunya del Sur
La Almunya del Sur ofrece al visitante una inabarcable colección botánica. | Anyo/QVEA

Cómo afrontar la visita al Jardín Botánico La Almunya del Sur

Al jardín se debe ir sin prisas. Para sus habitantes vegetales la prisa no existe, y para el visitante será mala consejera. Si algo apetece en este lugar es descubrirlo lentamente y con los ojos muy abiertos. Se puede visitar en cualquier época del año, todos los meses tienen su atractivo y el hecho de que haya tantas especies diferentes permite que el jardín nunca esté igual y que cada visita sea distinta a la anterior.

Para conocerlo se puede hacer con una entrada libre o con una visita guiada. Para esta segunda opción, es necesario que sea con un grupo de al menos seis personas y avisar con antelación. La diferencia entre ambas es de apenas un euro (la entrada cuesta 5 y 6 euros, respectivamente) y es muy recomendable, al menos la primera vez, escoger la visita guiada, pues permite al visitante conocer mejor lo mucho que atesora el jardín, de la mano de Manuel o Carlos.

Las plantas más buscadas

Algunas de las plantas más buscadas por los visitantes son las exóticas y las carnívoras, de las que pueden encontrarse más de un millar, además de 150 especies autóctonas diferentes. Este catálogo va creciendo con las nuevas adquisiciones del jardín, que continuamente se plantea nuevos retos de aclimatación de especies y con mucha frecuencia da la bienvenida a nuevos ‘habitantes’. Puedes conocerlas todas a través de su web, aunque lo mejor es verlas por ti mismo in situ…

Pese a que en algún momento pueda parecernos un ‘mini-laberinto’ frondoso (más o menos frondoso según la época), el recorrido está perfectamente marcado por flechas de madera, y a lo largo de todo el itinerario encontraremos profusa información sobre muchas de las especies que allí viven o los procesos y elementos naturales que intervienen en la naturaleza.

La Almunya del Sur
El catálogo de La Almunya del Sur sigue creciendo cada día. | Anyo/QVEA

Tómate tu tiempo para mirar y para aprender en esta gran aula viva de la naturaleza. Bonitos rincones donde sentarse a contemplar salpican todo el recorrido y encontraremos pequeños puentes para salvar el agua, donde obviamente también crecen plantas acuáticas y distintas especies de peces que contribuyen a mantener a raya a los mosquitos. ¡Querremos pasar varias veces por los mismos lugares, pues a cada observación se descubren detalles nuevos!

Y cuando decidamos acabar la visita, Carlos y Manuel nos obsequiarán con una limonada casera, elaborada con limones del jardín y que podremos tomar cómodamente sentados entre árboles mientras intercambiamos impresiones sobre la experiencia o nos cuentan curiosidades. Antes de irnos nos pedirán que escribamos una nota para colgarla como legado en el Árbol de los Deseos, de donde crecen anhelos llegados también de todos los rincones del mundo.

Un gran laboratorio al aire libre

El Jardín Botánico La Almunya del Sur forma parte de la oferta turística complementaria de El Ejido, de la que es uno de sus atractivos estrella, pero más allá de su carácter turístico es además un gran laboratorio al aire libre, objeto de prácticas de alumnos y estudios de la Universidad de Almería, con quien mantiene una estrecha relación, y otras prestigiosas instituciones académicas.

Todos los procesos que intervienen en su conservación y el crecimiento de las plantas son totalmente ecológicos. Recibe habitualmente visitas de asociaciones y colegios y su inspiración, más allá de la estética y la mera contemplación, es plenamente didáctica y divulgativa, configurándose como una gran aula natural que organiza con frecuencia talleres de distinta índole. Y además del que es su principal modo de promoción, el ‘boca a boca’, sus redes sociales o su buen posicionamiento en páginas como Trip Advisor, La Almunya del Sur pertenece a la Red de Jardines Botánicos del Mediterráneo y Oriente Medio, con visibilidad en 23 países.

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Cómo llegar al Jardin Botánico La Almunya del Sur

El jardín botánico está situado muy cerca de la autovía A-7, a la altura de la salida 403 (Balerma). Si se llega desde Almería, esta salida la encontraremos apenas dos kilómetros después de pasar junto a El Ejido. Si lo hacemos desde Málaga, será la siguiente tras la de Balanegra.

Una vez que tomemos la salida en dirección Balerma, a unos 200 metros y justo cuando pasemos una gasolinera, deberemos tomar a la izquierda. Hay un cartel con la leyenda ‘Jardín Botánico’, pero ¡ojo!, no es demasiado grande y deberemos estar atentos. El camino por el que se accede está justo entre la gasolinera y el semillero Loteplant, apenas 50 metros después de tomar dicho camino.

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Comer en Balerma tras la visita a La Almunya del Sur

Apenas cuatro kilómetros al sur del jardín botánico y simplemente siguiendo la carretera en dirección al mar llegaremos a Balerma, uno de los dos núcleos costeros con los que cuenta El Ejido y donde podremos terminar de disfrutar una jornada de belleza frente al mar.

En este pueblo de tradición marinera y turismo familiar podremos saborear lo mejor del mar y de la huerta almeriense, dos poderosos reclamos gastronómicos que encontraremos en su restaurante más popular, La Lonja, un lugar muy conocido en toda la comarca por sus bonitas vistas al mar y la calidad de su cocina cien por cien mediterránea. Lo encontraremos en la calle González Méndez, 28, junto al Paseo Marítimo de Balerma. Es recomendable reservar, porque suele estar muy concurrido.

La Reserva Natural Protegida sobrevive entre invernaderos y es un auténtico homenaje a la vida natural y la biodiversidad

Los amantes de la naturaleza y en especial aquellos que disfrutan con la observación de aves tienen en la provincia de Almería un verdadero paraíso donde satisfacer su afición. De Poniente a Levante son varios los humedales en los que numerosas especies, entre ellas los fotogénicos flamencos rosas, pasan largas temporadas en sus rutas migratorias entre África y Europa. Sobreviviendo entre invernaderos y como auténtico homenaje a la vida natural y la biodiversidad, permanece la Reserva Natural Protegida Albufera de Adra.

Aquí no solo se podrá observar una gran cantidad de especies de avifauna, algunas de ellas en grave peligro de extinción, sino que además tendremos la oportunidad de aprender en plena naturaleza y participar en distintas actividades para todas las edades, incluido el anillamiento de aves, gracias a la Estación de Anillamiento Lorenzo García.

La Albufera de Adra. | Anyo/QVEA
La Albufera de Adra sobrevive entre invernaderos. | Anyo/QVEA

¿Qué es la Albufera de Adra?

Observatorio Científico de la Albufera Honda. | Anyo/QVEA

La Albufera de Adra es una zona de humedales costeros formada en el delta del río Adra, que ha sobrevivido con el paso de los siglos alimentada por infiltraciones de agua dulce y entrada de agua marina, tras haber ido perdiendo gran parte de su superficie de humedal, en buena medida por la proliferación de explotaciones de agricultura intensiva a su alrededor.

Actualmente está constituida por dos lagunas principales, conocidas como Albufera Honda y Albufera Nueva, en las que conviven hasta 600 especies distintas de flora y fauna. Se extiende a lo largo de 131 hectáreas y es un punto clave de paso entre las zonas de invernada y alimentación de numerosas especies de aves.

Los habitantes de la Albufera de Adra

Algunas de las especies que se pueden observar en la Albufera de Adra están en peligro de extinción. Es el caso del fartet, pez endémico que tiene aquí su último refugio andaluz, o la ranita meridional, con la ultima población estable de todo el sureste ibérico. También es raro observar, si no es en la Albufera de Adra, al ruiseñor pechiazul, la buscarla unicolor, el carricerín real y el escribano palustre, entre otras. Pero las verdaderas ‘reinas’ entre las especies animales aquí presentes sin duda son las aves acuáticas, entre las que se cuentan un centenar de especies.

Aves acuáticas en la Albufera de Adra. | Anyo/QVEA

La malvasía, el gran símbolo de la Albufera de Adra… ¡y los flamencos!

La malvasía cabeciblanca tiene en Adra uno de sus pocos refugios de cría e invernada de toda Europa. Si hubiera que elegir una especie que represente a este espacio protegido sin duda sería la malvasía, ya que gracias a su presencia desde finales de los años 80 del siglo pasado y a su gravísimo peligro de desaparecer, este espacio natural comenzó a ser protegido desde la Administración, que reconoció su valor e importancia para numerosas especies de avifauna.

Pero en la Albufera de Adra podremos observar además, entre otras muchas, al somormujo lavanco, la cerceta pardilla, el zampollín cuellinegro, fochas, azulones… y por supuesto al que sin duda es el más buscado, el flamenco rosa, que se mueve por este y otros parajes naturales de Almería y puede observarse no solo en los humedales, sino también desplazándose en grandes bandadas entre unos y otros. De hecho, es muy habitual verlos desplazarse con sus típicas formaciones en flecha entre la Albufera de Adra y los humedales de Punta Entinas-Sabinar, en los municipios de El Ejido y Roquetas, o la Balsa del Sapo, en El Ejido.

Reserva Natural de la Albufera de Adra. | Anyo/QVEA
Reserva Natural de la Albufera de Adra. | Anyo/QVEA

Anillado de aves en la Albufera de Adra

En la Albufera de Adra el visitante puede ir un paso más allá de la mera observación y participar en actividades de anillamiento de aves, gracias a la presencia en el paraje natural de la Estación de Anillamiento Lorenzo García, perteneciente a la red de SEO-Birdlife y que organiza actividades frecuentemente, normalmente con periodicidad quincenal. El objetivo principal de las mismas es tener un control sobre las especies presentes en la Albufera y su evolución.

Dónde está la Albufera de Adra y cómo visitarla

Mapa de la Albufera de Adra. | Anyo/QVEA
Mapa de la Albufera de Adra. | Anyo/QVEA

Al tratarse de un espacio con distintas figuras de protección oficiales, las visitas están limitadas, aunque hay dos formas de poder conocer esta joya natural de la provincia de Almería. La primera es precisamente participando en alguna de las actividades que frecuentemente organiza la Estación De Anillamiento Lorenzo García. Para ello es tan fácil como solicitarlo a través de un formulario en su web.

También podemos acceder a la Albufera de Adra y utilizar su puesto de uso público de observación solicitando un permiso a la Delegación Territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía. Normalmente éstos son concedidos sin problemas, pero es conveniente hacer el trámite con antelación suficiente a nuestra visita.

La Albufera de Adra se encuentra en el extremo Este del municipio de Adra, entre la pedanía de Puente del Río y la playa del vecino municipio de Balanegra.

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Comer en Adra tras visitar la Albufera

Adra cuenta con una gastronomía riquísima basada en su tradición marinera, aunque también con productos de primerísima calidad procedentes de sus explotaciones agrícolas. Si hay un producto cien por cien abderitano que hay que probar sí o sí en alguno de sus muchos bares y restaurantes de calidad, es el pulpo seco de Adra.

Un lugar ideal para probarlo es el Bar La Pulpera, que hasta en el nombre lo lleva. Allí podremos tapear y comer ésta y otras muchas especialidades de la tierra. Su dirección es: calle Valdez Leal, 2, Adra