En la plaza del Castillo de Carboneras confluyen la fortaleza y el Ayuntamiento, rodeada por el Parque Andaluz

La plaza del Castillo de Carboneras reúne dos monumentos fundamentales de la localidad: el edificio consistorial, con más de 100 años de historia, y el castillo de San Andrés, en torno al cual surgió esta población costera del Levante Almeriense. Enfrente, el pulmón verde del municipio, el Parque Andaluz, un jardín urbano con un bello diseño.

Cómo llegar a Carboneras

Lo primero que tenemos que hacer es llegar a Carboneras. Podemos hacerlo por la A-7, la Autovía del Mediterráneo, hasta la salida 735 (Carboneras/Parque Natural), a la altura de la pedanía nijareña de la Venta del Pobre. Desde allí continuaremos por la N-341 hasta llegar a Carboneras, aunque también podemos llegar tomando la AL-5105 desde esta vía al llegar al cruce hacia el Llano de Don Antonio.

Nosotros optamos por la primera, siguiendo la carretera nacional. Allí atravesamos la avenida principal, la avenida Faro de Mesa Roldán, haciendo una primera parada en el Molino de Viento que divisamos a nuestra izquierda una vez pasado el Puerto de Carboneras. Siguiendo por la avenida, llegaremos hasta el centro urbano, pero antes os vamos a hablar de esta primera parada.

Molino de Viento de Carboneras

Molino de viento en Carboneras. | Beatriz Hidalgo/QVEA
Molino de viento en Carboneras. | Beatriz Hidalgo/QVEA

Situado en la zona conocida como Cabecico del Aire, el molino de viento es otra de las señas de identidad de Carboneras.

Después de su adquisición por parte del Ayuntamiento, se ha restaurado de forma fiel a sus orígenes, incluida la maquinaria. Se trata del único molino de viento de titularidad pública y está catalogado como Bien de Interés Cultural. Junto a él se ubicará el Museo de la Cultura de los Molinos.

Los molinos de viento llegaron al Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar en el siglo XIX y fueron perdiendo su utilidad en los años setenta del siglo pasado.

Son molinos del tipo cartaginés conformados por una torre cónica de obra coronada por un tejado giratorio, una gran guía y un conjunto de aspas en forma de vela sobre un eje.

Historia de Carboneras

Carboneras ya existía antes de la construcción de la fortaleza, pues hay textos documentados que nombran el pueblo desde el siglo XV, sin embargo, no fue hasta la edificación del castillo de San Andrés cuando se consolidó como población.

En 1559, el rey Felipe II cedió la costa de Carboneras al Marqués del Carpio, Diego López de Haro y Sotomayor, como parte de la jurisdicción del feudo de Sorbas. La zona tomó entonces el nombre de Cabezo de Carbonera debido a que había madera en abundancia y se construyeron hornos de carbón.

Su aislada ubicación fomentó el contrabando, circunstancia aprovechada por los moriscos para establecer relaciones con África. En la sublevación de 1568 fue un puerto importante para la entrada de soldados y armamento.

Durante la época nazarí la ocupación de la costa se llevó a cabo por el establecimiento de torres y atalayas para vigilar el litoral. Vigilancia que siguió tras la conquista de los Reyes Católicos.

Sin embargo, el asentamiento de población no llegaba a cuajar por lo aislada que se encontraba la zona y por las incursiones de piratas berberiscos. Por lo que se planteó mejorar la defensa mediante tropas permanentes y la construcción de un castillo, el de San Andrés.

Tras diversos problemas e incluso la paralización de las obras, logró llevarse a término en el año 1621 mejorando la seguridad en la zona y produciendo la llegada de los primeros habitantes. Así, se acabó formando un núcleo de población permanente alrededor de la fortaleza.

Castillo de San Andrés

Exterior del castillo de San Andrés en Carboneras. | Beatriz Hidalgo/QVEA
Exterior del castillo de San Andrés en Carboneras. | Beatriz Hidalgo/QVEA

Ubicado en pleno centro de la localidad, en la plaza del Castillo de Carboneras, enfrente del Ayuntamiento, el castillo de San Andrés está formado por la Torre del Homenaje, una edificación cuadrada de mampostería, que era capaz de resistir artillería de grueso calibre.

Originariamente, tenía tres torres cilíndricas en cada esquina, de las que hoy solo se conservan dos, y una cuarta torre cuadrangular de tres pisos. En 1993 fue declarado Bien de Interés Cultural y en 2013 fue completamente restaurado.

Interior del castillo de Carboneras. | Beatriz Hidalgo/QVEA
Interior del castillo de Carboneras. | Beatriz Hidalgo/QVEA

Hoy en día es centro de los actos culturales del municipio. Cuenta con una exposición permanente de fotografía sobre la Carboneras antigua y otra de ánforas de mar. Además, dispone de dos salas para exposiciones itinerantes.

También se realizan visitas teatralizadas ambientadas con personajes de la época, como el marqués del Carpio, un cabo de cuadras, o un vigía espía. En verano, se puede disfrutar de estas visitas los domingos a las 21 horas. En invierno, están reducidas para grupos más concentrados.

Asimismo, hay sesiones de cine en verano y todos los jueves, viernes y sábados hay diversas actividades como teatro, música o danza en el Patio de Armas.

El horario de visitas es el siguiente: mañanas de lunes a sábado de 10:30 a 13:30 horas; domingo de 11:30 a 13:30 horas, y tardes de lunes, martes, jueves, viernes y sábado, de 18:00 a 21:00 horas; miércoles y domingos de 18:00 a 20:00 horas.

El Ayuntamiento de Carboneras, o la casa de los Fuentes

Fachada del Ayuntamiento de Carboneras, casa palaciega del siglo XIX. | Beatriz Hidalgo/QVEA
Fachada del Ayuntamiento de Carboneras, casa palaciega del siglo XIX. | Beatriz Hidalgo/QVEA

El Ayuntamiento de Carboneras se trata de una casa señorial propiedad de la familia Fuentes, construida entre los años 1896 y 1902. Está ubicado en la misma plaza del Castillo de Carboneras, frente al castillo de San Andrés. Está catalogado como edificio singular dentro del patrimonio histórico-artístico y cultural de Andalucía.

El propietario era José María Fuentes Caparrós, quien decidió construir este edificio con el diseño de las casas palaciegas propias de la burguesía de la provincia almeriense de la época, en la que predominaba un modelo arquitectónico basado en la importancia del diseño vertical de la fachada y la cornisa adornada con estructuras de cabezas de mujer.

Este edificio presenta la particularidad de poseer un gran mirador hacia el mar. De la decoración exterior sobresalen la balconada de la fachada principal y el mirador de doce metros de largo en la portada sur.

En el interior, destaca la sala conocida como la ‘Sala Bonita‘, con un gran artesonado policromado en el techo del comedor principal, así como la carpintería decorada con relieves de flores coronadas con cristaleras de colores, en arcos de medio punto.

El Parque Andaluz

Casa de la Música en el Parque Andaluz. | Beatriz Hidalgo/QVEA
Casa de la Música en el Parque Andaluz. | Beatriz Hidalgo/QVEA

Bajando por la plaza del Castillo de Carboneras hacia el mar, frente a la Oficina de Turismo y del castillo de San Andrés, se encuentra el Parque Andaluz. Sin duda, otros de los grandes atractivos y referentes del pueblo.

El terreno del Parque Andaluz pertenecía al Teatro-Casa de la Música, inaugurado en 2006 tras restaurar y adaptar una vivienda del siglo XIX, propiedad de la familia Soto y conocida por ‘Casa de las Tejas’, como espacio cultural.

El teatro se ubica en la planta baja y allí se realizan todo tipo de eventos artísticos. La planta de arriba es escuela de música, donde ensaya la banda municipal de la localidad.

El resto del Parque Andaluz se compone de un amplio parque infantil para disfrute de los más pequeños, y un anfiteatro al aire libre donde se celebran todo tipo de actividades en verano con gran afluencia de gente.

Además, hay un mirador hacia el mar en el que se erige una estatua de San Antonio de Padua, patrón de Carboneras, inaugurada en el año 2018 durante la celebración del Centenario del Patronazgo.

Obra del imaginero sevillano Juan Manuel Parra Hernández e inspirada en la antigua imagen del Santo, desaparecida durante la Guerra Civil. La imagen tiene un metro de altura y está elaborada en barro y bañada en bronce, apoyada en una columna de mármol blanco de Macael de 2,5 metros.

En las fiestas de la localidad, celebradas en junio, cobra especial relevancia la estatua de San Antonio de Padua, ya que se realiza la tradicional ofrenda y encendido de velas por el patrón y se venera su imagen a las puertas del castillo de San Andrés.

¿Qué más ver en el centro de Carboneras?

Además, en la plaza del Castillo encontramos una estatua de Lawrence de Arabia, como homenaje a la película que se rodó en suelo carbonero en 1962, ganadora de siete premios Oscar. Protagonizada por Peter O’Toole, Omar Sharif, Anthony Quinn y Alec Guinness, entre otros. La película se basa en la participación del escritor, arqueólogo y militar Thomas Edward Lawrence en la revuelta árabe durante la Primera Guerra Mundial.

También, bajando desde el Ayuntamiento hacia el Parque Andaluz, encontramos un mural de John Lennon, histórico integrante de The Beatles. Fue pintado en 2016 por el grafitero almeriense Nauni69, con motivo del 50 aniversario de la estancia de Lennon en Carboneras, donde rodó la película ‘Cómo gané la guerra’. Una estancia de la que salieron algunas de las fotografías más célebres del famoso ‘beatle’.

Dónde comer tras visitar la plaza del Castillo de Carboneras

Después de realizar este recorrido por el entorno de la plaza del Castillo de Carboneras, se necesita hacer una parada para reponer fuerzas y, de paso, probar la cocina de la localidad.

Aunque son muchos los lugares donde se puede degustar tapas y platos de calidad, en esta ocasión hemos elegido el bar La Marina, situado en la misma plaza del Castillo, frente al Ayuntamiento.

Fundado en 1960, conocido y apreciado por todos los carboneros y con una historia curiosa, que nos han contado los actuales dueños, Juan Serrano y Mari Belmonte, miembros de la tercera generación que regenta el bar. La antigua dueña, Joaquina Fernández, perteneciente a la familia conocida como ‘Los Chuscos’ ideó una tapa que tomó su nombre del apodo familiar, el lomo chusco: un pequeño bollo de lomo a la plancha con queso y alioli.

Además, hay tapas tradicionales como manitas de cerdo, callos, caracoles y sepia en salsa. La amabilidad del personal y su trato cercano te harán sentir como en casa.

Otras recomendaciones que ver en Carboneras

El visitante no se puede ir de Carboneras sin conocer su playa, el paseo marítimo y contemplar la pequeña isla de San Andrés, de origen volcánico y un escenario ideal para practicar buceo y snorkel.

Por supuesto, es parada obligada la famosa playa de los Muertos, a tan solo 6 kilómetros de Carboneras, de gran belleza, con más de una extensa longitud y de agua cristalina.

Y la torre y faro de Mesa Roldán. La primera, una de las mayores fortalezas vigías de la costa almeriense, protagonista en ‘Juego de Tronos’. El segundo, el único faro de la provincia habitado todavía hoy por un farero.

Es uno de los jardines botánicos más impresionantes de España y estremece por su belleza

Si por algo son conocidos en el mundo el municipio de El Ejido y la comarca del Poniente Almeriense es por su amplísima extensión dedicada a la agricultura intensiva. Las plantas crecen a cubierto y la vista se pierde a lo largo del conocido como Mar de Plástico, visible incluso desde lejanos satélites. Sin embargo, en El Ejido ni todo es plástico, verduras y frutas; ni todas las plantas crecen bajo techo.

Entre miles de hectáreas de invernaderos y erigido como un verdadero oasis de belleza y biodiversidad se encuentra La Almunya del Sur, uno de los jardines botánicos privados más impresionantes de España que estremece por su belleza.

La Almunya del Sur es un lugar para perderse y encontrarse, un catálogo de vida de los cinco continentes concentrado en 2.500 metros cuadrados de pura armonía, donde si algo reina es la belleza y si un sonido predomina es el del rumor del agua y el trino de los pájaros. Una pequeña joya que cada año atrae a varios miles de visitantes con la promesa de sorprenderles.

Uno de los rincones de La Almunya del Sur
La Almunya del Sur guarda mágicos rincones. | Anyo/QVEA

Un jardín andalusí en El Ejido

Y a fe que lo consigue. Sus más de 2.000 especies vegetales distintas, su disposición al modo de jardín andalusí -con permanente presencia del agua, materiales sencillos y a escala humana-, sus innumerables detalles ‘cuquis’ y el extraordinario mimo con el que sus responsables, Carlos y Manuel, tratan a los visitantes (casi tan bien como a sus plantas) son garantía de querer volver (¡y de querer volver con alguien querido, para compartir la experiencia!).

Europa, África, América, Asia, Oceanía… si conociéramos un sexto continente, parte de su flora crecería en La Almunya del Sur, que ofrece al visitante una inabarcable colección botánica fruto del amor por la naturaleza de sus propietarios, de sus viajes, su curiosidad, su investigación o los intercambios con personas de distintas partes del mundo, pero, sobre todo, de su tendencia a rodearse de belleza. Lo que simplemente comenzó como un hobby en una finca familiar destinada originalmente al cultivo de cítricos se ha convertido con el paso del tiempo en la maravilla que es hoy, un lugar que resulta parada obligada para los viajeros que llegan a Almería buscando lo bonito.

Jardín andalusí La Almunya del Sur
La Almunya del Sur ofrece al visitante una inabarcable colección botánica. | Anyo/QVEA

Cómo afrontar la visita al Jardín Botánico La Almunya del Sur

Al jardín se debe ir sin prisas. Para sus habitantes vegetales la prisa no existe, y para el visitante será mala consejera. Si algo apetece en este lugar es descubrirlo lentamente y con los ojos muy abiertos. Se puede visitar en cualquier época del año, todos los meses tienen su atractivo y el hecho de que haya tantas especies diferentes permite que el jardín nunca esté igual y que cada visita sea distinta a la anterior.

Para conocerlo se puede hacer con una entrada libre o con una visita guiada. Para esta segunda opción, es necesario que sea con un grupo de al menos seis personas y avisar con antelación. La diferencia entre ambas es de apenas un euro (la entrada cuesta 5 y 6 euros, respectivamente) y es muy recomendable, al menos la primera vez, escoger la visita guiada, pues permite al visitante conocer mejor lo mucho que atesora el jardín, de la mano de Manuel o Carlos.

Las plantas más buscadas

Algunas de las plantas más buscadas por los visitantes son las exóticas y las carnívoras, de las que pueden encontrarse más de un millar, además de 150 especies autóctonas diferentes. Este catálogo va creciendo con las nuevas adquisiciones del jardín, que continuamente se plantea nuevos retos de aclimatación de especies y con mucha frecuencia da la bienvenida a nuevos ‘habitantes’. Puedes conocerlas todas a través de su web, aunque lo mejor es verlas por ti mismo in situ…

Pese a que en algún momento pueda parecernos un ‘mini-laberinto’ frondoso (más o menos frondoso según la época), el recorrido está perfectamente marcado por flechas de madera, y a lo largo de todo el itinerario encontraremos profusa información sobre muchas de las especies que allí viven o los procesos y elementos naturales que intervienen en la naturaleza.

La Almunya del Sur
El catálogo de La Almunya del Sur sigue creciendo cada día. | Anyo/QVEA

Tómate tu tiempo para mirar y para aprender en esta gran aula viva de la naturaleza. Bonitos rincones donde sentarse a contemplar salpican todo el recorrido y encontraremos pequeños puentes para salvar el agua, donde obviamente también crecen plantas acuáticas y distintas especies de peces que contribuyen a mantener a raya a los mosquitos. ¡Querremos pasar varias veces por los mismos lugares, pues a cada observación se descubren detalles nuevos!

Y cuando decidamos acabar la visita, Carlos y Manuel nos obsequiarán con una limonada casera, elaborada con limones del jardín y que podremos tomar cómodamente sentados entre árboles mientras intercambiamos impresiones sobre la experiencia o nos cuentan curiosidades. Antes de irnos nos pedirán que escribamos una nota para colgarla como legado en el Árbol de los Deseos, de donde crecen anhelos llegados también de todos los rincones del mundo.

Un gran laboratorio al aire libre

El Jardín Botánico La Almunya del Sur forma parte de la oferta turística complementaria de El Ejido, de la que es uno de sus atractivos estrella, pero más allá de su carácter turístico es además un gran laboratorio al aire libre, objeto de prácticas de alumnos y estudios de la Universidad de Almería, con quien mantiene una estrecha relación, y otras prestigiosas instituciones académicas.

Todos los procesos que intervienen en su conservación y el crecimiento de las plantas son totalmente ecológicos. Recibe habitualmente visitas de asociaciones y colegios y su inspiración, más allá de la estética y la mera contemplación, es plenamente didáctica y divulgativa, configurándose como una gran aula natural que organiza con frecuencia talleres de distinta índole. Y además del que es su principal modo de promoción, el ‘boca a boca’, sus redes sociales o su buen posicionamiento en páginas como Trip Advisor, La Almunya del Sur pertenece a la Red de Jardines Botánicos del Mediterráneo y Oriente Medio, con visibilidad en 23 países.

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Cómo llegar al Jardin Botánico La Almunya del Sur

El jardín botánico está situado muy cerca de la autovía A-7, a la altura de la salida 403 (Balerma). Si se llega desde Almería, esta salida la encontraremos apenas dos kilómetros después de pasar junto a El Ejido. Si lo hacemos desde Málaga, será la siguiente tras la de Balanegra.

Una vez que tomemos la salida en dirección Balerma, a unos 200 metros y justo cuando pasemos una gasolinera, deberemos tomar a la izquierda. Hay un cartel con la leyenda ‘Jardín Botánico’, pero ¡ojo!, no es demasiado grande y deberemos estar atentos. El camino por el que se accede está justo entre la gasolinera y el semillero Loteplant, apenas 50 metros después de tomar dicho camino.

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Comer en Balerma tras la visita a La Almunya del Sur

Apenas cuatro kilómetros al sur del jardín botánico y simplemente siguiendo la carretera en dirección al mar llegaremos a Balerma, uno de los dos núcleos costeros con los que cuenta El Ejido y donde podremos terminar de disfrutar una jornada de belleza frente al mar.

En este pueblo de tradición marinera y turismo familiar podremos saborear lo mejor del mar y de la huerta almeriense, dos poderosos reclamos gastronómicos que encontraremos en su restaurante más popular, La Lonja, un lugar muy conocido en toda la comarca por sus bonitas vistas al mar y la calidad de su cocina cien por cien mediterránea. Lo encontraremos en la calle González Méndez, 28, junto al Paseo Marítimo de Balerma. Es recomendable reservar, porque suele estar muy concurrido.