Castro de Filabres cuenta con un museo de la pizarra que explica la importancia de este material que comparte con otros pueblos de la comarca

El paisaje de la sierra de Los Filabres es reconocible en la provincia de Almería por algo tan característico como es la pizarra, una piedra muy utilizada para diversas construcciones tales como tejados de casas (más conocidos como aleros), cortijos, corrales, fuentes, chimeneas y fachadas, entre otros usos.

La importancia de la pizarra es vital para la ladera sur de esta comarca, que comparten Olula de Castro, Velefique, Senés y Castro de Filabres. Para destacar el uso de este material en esta zona, Castro de Filabres alberga desde hace al menos 15 años el Centro de Interpretación de la Arquitectura Tradicional, más conocido como el Museo de la Pizarra, que explica el uso que se le ha ido dando a esta como seña de identidad de una parte de la sierra de Los Filabres.

Cómo llegar al Museo de la Pizarra

Fuente de pizarra en Castro de Filabres. | Javier Cortés/QVEA
Fuente de pizarra en Castro de Filabres. | Javier Cortés/QVEA

Llegando a Castro de Filabres desde Tabernas, la entrada al pueblo la hacemos por el camino de la derecha, que desemboca directamente en el museo. Por este camino pasamos por dos fuentes, una de ellas de agua potable, y vemos varias fachadas, cómo no, de pizarra.

El Museo de la Pizarra está situado al lado del Ayuntamiento, de una fuente decorativa, muy similar a una gran fortificación y enfrente del puente del Barranco, uno de los lugares que ver en Castro de Filabres. Como curiosidad, parte de la fachada del Ayuntamiento está conformada por pizarra.

Fachada de pizarra del Ayuntamiento de Castro de Filabres. | Javier Cortés/QVEA
Fachada de pizarra del Ayuntamiento de Castro de Filabres. | Javier Cortés/QVEA

El Centro de Interpretación de la Arquitectura Tradicional, construido a raíz del Plan Turístico Filabres-Alhamilla, tiene como objetivos principales difundir la arquitectura de esta zona de Los Filabres e impulsar la recuperación de la misma.

El museo de la pizarra consta de tres plantas: la primera (o planta baja) dedicada a la explicación de qué es arquitectura tradicional y tipos en la zona; la segunda, dedicada a las construcciones de pizarra, y el sótano como sala de conferencias.

Primera planta

Útiles para la extracción de la pizarra. | Javier Cortés/QVEA
Útiles para la extracción de la pizarra. | Javier Cortés/QVEA

En la primera planta encontramos una pequeña oficina de información sobre las 7 maravillas de Castro, libros dedicados al paisaje cultural de la sierra de Los Filabres, y algunos trípticos con información sobre los lugares de interés de Castro de Filabres. A mano derecha se encuentran los restos de una casa con el tejado, ventana y una pared cubiertas de pizarras.

La arquitectura tradicional de Los Filabres se caracteriza por el empleo de los materiales que ofrece el entorno, ya sea posibilitando el acceso a los mismos y al esfuerzo por conseguir la pizarra y otros útiles necesarios para la construcción. Eran muy importantes las labores de extracción y acarreo hasta el lugar donde queríamos tener los materiales.

Además de aprender la diversidad y las técnicas constructivas en el hábitat, se pueden apreciar 34 fotografías de armaduras, forjados, suelos, ornamentos, fábricas, vanos y cubiertas (tres tipos: de rejas, planas o de aleros). Todas las fotografías están tomadas de lugares de Castro de Filabres, Senés y Velefique.

En la primera planta podemos ver además una pedrera, que es el apero de los animales de carga (generalmente burros o mulas, llamadas también bestias). Se empleaba para el transporte de las piedras utilizadas en la mampostería de la construcción tradicional. También hay un ejemplar de un garabato. Este es un conjunto de palos de madera dura (almez, carrasca, olivo, aunque también se fabricaban de chopo), utilizando sobre animales de carga para el transporte de los aleros (lajas) de pizarra.

Antes de subir las escaleras hacia la siguiente planta podemos ver algunos itinerarios para descubrir Castro de Filabres como el paseo hacia la balsa y el molino del Chorro, el recorrido por los cultivos hasta la balsa de Huerta Iglesias y la excursión por el barranco del Royo, en la que podemos ver ‘El Castillico’, algunos corrales, molinos y cortijos.

Segunda planta

Ejemplo de fachada típica de Los Filabres. | Javier Cortés/QVEA

Si continuamos por las escaleras, veremos un cuadro extenso de la sierra. Si lo hacemos por el ascensor, a mano izquierda encontraremos una imagen de una casa típica de la zona. Ya en la segunda planta, se nos presentan carteles informativos para conservar y proteger, reformar y construir, y recuperar la identidad.

La primera parte, ‘Conservar y proteger’, enlaza con la importancia de conservar estas construcciones por el valor histórico, arquitectónico, paisajístico y social que tienen. Además, aporta un enfoque basado en el conocimiento para así comprender esta tradición en el presente y poder dar a conocerla a las próximas generaciones. Todo ello acompañando el texto con fotografías de eras, corrales y muros de esta zona.

En la segunda parte, ‘Reformar y construir’. se centra en la adecuación de los volúmenes para conseguir pueblos armónicos, en el empleo de la pizarra para las cubiertas, en las fachadas y en la unidad del tratamiento de pavimento de las calles. Esta segunda parte trata de ver los aciertos y fallos que tienen pueblos como Senés, Velefique y Castro de Filabres en el uso y trato de la pizarra.

La tercera parte, ‘Recuperar la identidad’, se centra en mantener la identidad que supone para estos municipios la pizarra y su uso desde tiempos inmemoriales. Abajo se encuentran fotografías de pueblos de Asturias, Granada y Lérida como buenos ejemplos de municipios que tienen una identidad propia.

En el suelo se encuentran varias herramientas para la extracción de la pizarra y esquistos, además de aperos como martillos, garabatos y pedreras. También un barretón, barra de hierro cuya finalidad es servir de palanca para la extracción del alero de la pizarra. O cuñas (piezas de hierro para desgajar la pizarra y conseguir piezas del grosor deseado, que de fabricaban en las propias fraguas locales). Todas las herramientas están cedidas por varios usuarios de Castro de Filabres, Velefique y pueblos de alrededor.

Cómo era la vida en la sierra de Los Filabres

Maqueta de poblamiento en Los Filabres. | Javier Cortés/QVEA
Maqueta de poblamiento en Los Filabres en el Museo de la Pizarra. | Javier Cortés/QVEA

En la pared, una pantalla informa de cómo es la vida en la sierra de Los Filabres. Otra, sobre la técnica constructiva de la pizarra. Esta última explica cómo deben ser los cimientos, los muros de cierre, solerías (las losas de pizarra), vanos y los revocos, entre otros. También se pueden ver algunas fotografías familiares en blanco y negro, o una estampa del barrio de Triana de Velefique.

En la segunda planta también podemos ver una maqueta de un poblamiento de la vertiente sur de la sierra de Los Filabres. Esta trata de enseñarnos las características típicas de esta zona. Los rasgos más importantes del tipo de poblamiento nacen durante el periodo andalusí. Es en ese periodo cuando se definen y construyen los principales sistemas de regadío, junto a los mejores cursos de agua. Esto daría lugar al origen de los actuales núcleos de población.

Este tipo de poblamiento tendría un castillo (hisn) como fortaleza, animales para la supervivencia del poblado situados en los corrales y en el palomar, también tendría eras (lugares comunes donde se cultivaban vegetales y cereales, aparte de ser también un lugar para almorzar). Sería necesario disponer de un lavadero para la ropa, acequias, balsas y molinos de agua para el riego, para los animales y humanos. También la creación de balates que hicieran posible un buen desarrollo de la agricultura.

Una sorprendente sala

Mina excavada en la roca en el Museo de la Pizarra de Castro de Filabres. | Javier Cortés/Qué ver en Almería
Mina excavada en la roca en el Museo de la Pizarra de Castro de Filabres. | Javier Cortés/QVEA

Este museo está emplazado sobre una antigua balsa cuya mina de agua se puede ver en el acceso al sótano. La mina es una galería excavada en la roca, en las pendientes de las montañas, con un canal que extrae agua al exterior. Habiendo bajado al sótano nos encontramos una magnífica sala de videoconferencias con aforo para más de 40 personas, que cuenta con un proyector para ver películas, dos servicios y que está rodeado por tres cuadros dedicados a tres municipios de Los Filabres: una cubierta plana de cortijo (Tabernas), el molino de agua de Juan Egea (Senés) y el Palomar en el cortijo de la balsa (Velefique).

Para finalizar el recorrido por el museo de la pizarra, es recomendable pasarse a tomar unas tapas de calamares, lomo y algún que otro bocata en el bar que hay en Castro, que es el de la tercera edad (abre de martes a domingo) y pasar por la Iglesia Santa María del Rosario.