Esta iglesia, situada en el cerro Montahur, cuenta con una gran historia y un paisaje de altura

Miles de peregrinos se acercan cada año al santuario, situado en la cumbre del cerro Montahur, para adorar y contemplar a la Santísima Virgen de la Cabeza, en el Santuario de Monteagud, en Benizalón, cuya construcción data del siglo XVII.

El origen del nombre (Montahur, y no Monteagud) proviene al menos del año 1569 cuando el escribano Alonso del Pozo menciona a “unos moriscos de Lubrín que estaban guardando un hatajo de unas dos mil cabras junto al castillo de Montahur”.

Cómo llegar al Santuario de Monteagud

Para llegar al Santuario de Monteagud hay que hacerlo desde la carretera N-340a desde las inmediaciones de Tabernas, tomando la A-1100 (dirección Uleila del Campo/Lubrín) al llegar a la almazara de Castillo de Tabernas.

Desde allí, se puede seguir hasta coger la A-5101 hacia Benizalón y, una vez allí, buscar siempre la derecha (hay indicaciones hacia el santuario).

Otra opción es continuar por la A-1100 hasta Uleila del Campo y desde ahí dirigirnos al santuario por el Puerto de la Virgen (carretera de Albanchez).

Historia del Santuario de Monteagud

Uno de los primeros testimonios escritos habla de la existencia de la ermita en el cerro de Montahur en el año 1619. Comenzaron las obras del cerro los propios vecinos de Benizalón en el 1628. Diez años más tarde, la ermita ya se había acabado de construir, al menos en su fase inicial.

A partir de los años 30, del siglo XIX, los ermitaños-monjes fueron sustituidos por una familia entera que se ocupó de cuidar las fincas y mantener limpio el santuario. En 1936, el santuario fue saqueado y en 1939, acabada la Guerra Civil, se llevó a cabo la fiesta de la bajada de la Virgen, que se encontraba de modo permanente en el municipio de Benizalón y solo subía al cerro en las fiestas de septiembre. Desde entonces, el santuario ha sido demolido y reconstruido en varias ocasiones.

Características del templo

Monumento de pizarra a la Virgen de la Cabeza. | Javier Cortés/QVEA
Imagen de la Virgen tallada en mármol. | Javier Cortés/QVEA

Antes de llegar al cerro Montahur, podemos ver en un recinto una imagen de la Virgen tallada en mármol. Ya en el cerro y antes de acceder al santuario, se distinguen distintas zonas. Empezando por una plaza hecha de pizarra de forma circular, en la que se encuentra un pequeño monumento, también de pizarra, dedicado a la Virgen de la Cabeza, con una imagen arriba en marco dorado y adornada con flores abajo. A su lado, un abrevadero para animales. Más adelante, un pequeño merendero. También un pequeño almacén adosado a unas rocas, para guardar ofrendas a la virgen y algunos pebeteros.

Para acceder al Santuario de Monteagud lo hacemos a través de una gran puerta de madera con dos ventanucos a ambos lados. Al entrar, nos asombra la claridad del interior del templo, dominado por el blanco. Más de una treintena de bancos completan el recinto principal. Caminando hacia el altar, acompañado de grandes velas, una ristra de pequeñas velas rojas destacan sobre el resto. Al fondo, el sagrario. La virgen espera al final de las escaleras con un manto rojo, rodeada de flores, bajo una gran cúpula con dibujos azules.

Interior del templo. | Javier Cortés/QVEA

Al bajar del altar, una lápida conmemorativa, que estuvo colocada originalmente sobre la puerta de la ermita, recuerda las obras realizadas en 1638. Por la escalera de caracol situada junto a la entrada principal del santuario se accede al coro. Allí arriba se puede observar todo el interior del templo, aparte de encontrarnos una imagen de Jesucristo crucificado.

Un mirador a Los Filabres

El Santuario de Monteagud, un mirador a la sierra de Los Filabres. | Javier Cortés/QVEA

El cerro de Montahur tiene unas grandes vistas de la sierra de Los Filabres. A través de los miradores se pueden ver Benizalón, Uleila del Campo, Tabernas, Tahal, Benitagla y Cóbdar.

Junto a estos miradores se encuentra una pequeña tienda que suele abrir cuando se celebra la santa misa (el segundo y el último domingo del mes a las 13:00 horas), donde adquirir objetos de ámbito religioso como imanes para móviles y frigoríficos, libros y dvd explicativos del lugar, carteles de la virgen e imágenes de recuerdo.

La Piedra de la Gitana

Piedra de la Gitana. | Javier Cortés/QVEA

Si desde la entrada del santuario nos adentramos en el camino de la derecha y nos asomamos a ver el paisaje, nos encontramos unas rocas o peñascos. La primera, denominada la Piedra de la Gitana; la segunda, la Bartola, de la cual se desconoce su significado.

La Piedra de la Gitana tiene una historia trágica detrás que explica Francisco Martínez Botella en su libro ‘Nuestra Señora de la Cabeza de Montahur: la historia de una devoción cuatro veces centenaria’. En él reproduce la leyenda publicada en el diario católico La Independencia en 1908 por el párroco Domingo Sebastián.

La historia trata de un gitano que habla, emocionado, sobre una piedra con un cura que no entiende el aprecio de este al peñasco. La hija de este hombre tenía tifus, incurable. Ella le prometió a la Virgen bailar en esa piedra, dio varias vueltas sobre la roca y fue ovacionada por el público, por lo que volvió a subir a pesar de que su padre, angustiado, le insistía en bajar.

En uno de esos momentos, ella empezaba el primer verso de un cantar hasta que dio un grito y cayó rebotando de peñasco en peñasco hasta morir. Cuenta la leyenda que un señor pudiente le había ofrecido un duro de oro por subir la segunda vez. La chica está enterrada en Uleila del Campo.

Romancero de la aparición de la Virgen y Romería

Otra leyenda cuenta que a Mateo, pastor lorquino, se le apareció la Virgen en la encina milenaria del Cerro de Montahur. Esta leyenda procede de un romance, probablemente compuesto en el siglo XIX, que bien podría hacer referencia a otra leyenda, la del pastor Juan Alonso de Rivas, a quien se apareció la Virgen en el Cerro de la Cabeza en 1227.

La romería de la Virgen de la Cabeza se realiza al menos desde el siglo XVII según los archivos históricos. Esta celebración, que contaba con fieles procedentes de Benizalón y de pueblos de alrededor como Benitagla, Tahal o Albanchez, se celebraba el último domingo de abril. A partir de 1760 se comenzó a celebrar la fiesta de septiembre debido a que en abril se marchaban muchos hombres a “hacer las Andalucías” y el municipio se quedaba con poca gente.

Dónde comer tras visitar el Santuario de Monteagud

Bajamos el cerro Montahur por el camino que se dirige a Benizalón. Una vez en el pueblo, nos dirigimos a la plaza de la Constitución, donde se encuentra el Centro Guadalinfo, el Ayuntamiento, la iglesia y una fuente, al lado de la cual encontramos el bar Casa Leonor Jacma. Este local cuenta con comida tradicional, productos ecológicos y gran variedad en postres caseros. Su variedad gastronómica y su calidad se refleja en platos como trigo, costillar, cochinillo y salmorejo (con jamón y huevo), pulpo a la gallega y diversos arroces.