El Centro de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux hace un paseo por la ciudad ibera de Urci y las distintas poblaciones que la ocuparon

La existencia en el entorno de la localidad de la antigua Urci ha hecho que, a lo largo de la historia, las diferentes culturas del mediterráneo hayan hecho parada en lo que hoy en día es Benahadux.

Fruto de ese paso, y de las relaciones que surgieron entre estas sociedades antiguas, paro también para mostrar los resultados de las excavaciones que se llevaron a cabo durante los años 70, en 1999 fue inaugurado este Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux.

Fachada del Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux. | Tito S./QVEA
Fachada del Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux. | Tito S./QVEA

Cómo llegar al Centro de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux

Llegar al Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo de Benahadux no tiene pérdida, ya que se encuentra en la msima rotonda de entrada a la principal calle de la localidad, la avenida 28 de Febrero. Tanto desde la N-340a, desde Almería o Rioja, como desde la A-308 desde la Alpujarra, la gran glorieta de bienvenida al municipio acoge este espacio museístico, situado junto a la Policía Local y el Centro Cultural.

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Las Culturas del Mediterráneo

Una vez en este centro de interpretación, lo que encontraremos será un repaso por las diferentes culturas referentes en el mar Mediterráneo en la Antigüedad y su influencia en Urci y otros núcleos poblacionales de la provincia almeriense en estos siglos protohistóricos. También conoceremos los trabajos que se han realizado en el yacimiento arqueológico de El Chuche y el estilo de vida de la sociedad urcitana e ibera.

El museo se divide en dos plantas. En la baja, se nos presentan a las diferentes culturas que habitaron la provincia de Almería en esta época antigua: desde la población autóctona ibera (bastetanos) a los fenicios, cartagineses, griegos y romanos que llegaron a las costas almerienses y fundaron nuevas ciudades.

Un juego para poner en práctica lo aprendido en la visita. | Tito S./QVEA
Un juego para poner en práctica lo aprendido en la visita. | Tito S./QVEA

Igualmente, se presentan algunos de los asentamientos ibéricos de la provincia de Almería, como La Cerrá en Tíjola, Alba Bastetanorum (Abla), El Chuche en Benahadux o El Cerrón en Dalías. También ciudades fenicias, como Abdera (Adra) o Baria (Villaricos).

Junto con un vídeo explicativo que veremos al inicio de la visita, esta planta baja sirve como introducción al mundo ibérico y antiguo, explicando además cuáles eran los trabajos más frecuentes y mostrando ejemplos de hallazgos en El Chuche como una hoz y un cuchillo, un peine de marfil o vértebras de pescado.

Telar en el Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux. | Tito S./QVEA
Telar. | Tito S./QVEA

Un recorrido por la Urci ibera

Terminada la visita en la planta baja, subimos a la planta alta por las escaleras situadas junto a la entrada. Arriba, el espacio se divide en tres estancias.

La sala principal está dedicada al entorno y las excavaciones realizadas en El Chuche. En esta misma sala encontramos una muestra del ámbito doméstico y aprendemos cómo eran las construcciones y las casas iberas, así como los trabajos que desempeñaban estas poblaciones.

En el resto, aprenderemos algunos detalles sobre la lengua de los iberos y también sobre las creencias de la muerte, lugares de culto y rituales funerarios.

Yacimiento Arqueológico de El Chuche

El Chuche es una barriada de Benahadux, a un par de kilómetros del casco urbano, en el que encontramos un yacimiento arqueológico declarado Bien de Interés Cultural.

Tuvo ocupación desde época prehistórica hasta el periodo tardorromano, y algunos autores identifican este lugar con el oppidum ibero de Urkesken (Urci), que llegaría a emitir moneda en el siglo II a. C. en su propia ceca, lo que reafirmaría su importancia.

Se extendía por los cerros del Paredón, las Agüicas y Enmedio, entre lo que hoy son los municipios de Benahadux y Huércal de Almería. Su situación elevada en el cerro del Paredón permitiría a esta sociedad ibera controlar el valle del Andarax y su desembocadura, que en esta época formaría un golfo más hacia el interior, así como la vega del río y las sierras de Gádor y Alhamilla para la caza o el suministro de metales, frutos o madera.

Recreación de una casa ibera en el Centro de las Culturas del Mediterráneo. | Tito S./QVEA
Recreación de una casa ibera en el Centro de las Culturas del Mediterráneo. | Tito S./QVEA

En este yacimiento aparecieron restos de cerámica hecha a mano, construcciones en piedra, un hexadracma (moneda griega) hispano-cartaginés, cuchillos, una falcata, pesas de telar, fusayolas o fragmentos de ánforas, ollas o cuencos.

¿Cómo era una casa ibera?

En esta primera sala, además de aprender sobre el proceso textil, podemos ver cómo era una casa ibera, con una recreación de la estancia principal con réplicas de elementos encontrados en estas excavaciones, como el hogar central, ánforas o tinajas.

Una de estas ánforas esconde un ‘tesoro’: la única imagen encontrada de la diosa Tanit. Se puede ver en uno de los laterales del ánfora, bajo el asa. La visión se refuerza con un espejo situado justo tras el asa. Una diosa Tanit que es, por cierto, y a raíz de este descubrimiento, en uno de los símbolos de Benahadux. Puede verse una escultura dedicada a esta en la carretera de El Chuche.

Detalle de la diosa Tanit en una de las ánforas. | Tito S./QVEA
Detalle de la diosa Tanit en una de las ánforas. | Tito S./QVEA

Resto de estancias superiores

En las otras dos salas de esta planta alta del Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo en Benahadux, encontramos, por un lado, referencias a la cultura de la muerte, y, por otro, a la lengua de los iberos.

La primera, en la sala situada más al fondo, de pequeñas dimensiones, se nos presentan las creencias de los iberos, con referencias a los dioses, entre los que se cita precisamente a la diosa cartaginesa Tanit. Aquí encontramos, además, una falcata, doblada tras la muerte de su propietario.

Reproducción del tholos de Los Millares. | Tito S./QVEA
Reproducción del tholos de Los Millares. | Tito S./QVEA

En la sala más amplia, podemos observar una maqueta a escala del tholos de Los Millares. Esta sala se completa con un espacio dedicado a los Amigos del Museo, que irá destinado a exposiciones temporales.

Dónde comer tras la visita

Una vez finalizamos la visita al Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo, podemos salir hacia la calle principal de Benahadux, la avenida 28 de Febrero. Bajando por la calle, a muy pocos metros, encontraremos la Bodega Andarax.

 

El Cortijo de Las Dos Torres, a menudo llamado ‘de los Godoy’, es uno de los lugares que ver en Benahadux

Uno de los lugares que ver en Benahadux es el Cortijo de Las Dos Torres, situado en las cercanías de El Chuche. Un palacio que, viéndolo desde la carretera nacional, llama la atención tanto por sus dos torres de cuento como por su forma de emerger entre la vega del Andarax.

Ya sea saliendo desde Almería hacia la Alpujarra, o llegando a la capital almeriense por esta carretera, el Cortijo de Las Dos Torres, a menudo llamado también ‘de los Godoy’, llama al conductor a visitarlo. O, al menos, ya que su acceso no está permitido por tratarse de una propiedad privada, sí a contemplarlo un poco más de cerca, desde su exterior. 

Cómo llegar al Cortijo de Las Dos Torres

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Situado en la carretera que une el núcleo urbano de Benahadux con la barriada benaducense de El Chuche, tenemos dos formas de llegar hasta este palacio. Una, viniendo desde Almería capital y Huércal de Almería, tomando como referencia la conocida como ‘rotonda de Briseis’ (por dar acceso a esta empresa que, junto al acueducto de Zamarula, hace de límite entre Huércal y Benahadux).

Allí hay que coger la salida en dirección a El Chuche, donde podemos hacer una parada para ver la zona arqueológica con los yacimientos iberorromanos de El Chuche, Cerro del Paredón y el Cerro de las Agüicas, que están considerados como la ubicación más verosímil de la antigua ciudad de Urci.

Otra parada de camino al Cortijo de Las Dos Torres la podemos hacer una vez que salimos de El Chuche, en la primera rotonda que nos encontramos. Allí podemos ver la imagen de la diosa Tanit, de origen cartaginés, adoptada como imagen del municipio, junto a la reproducción de un miliario romano que marca las distancias a Alba y Turaniana.

Otra forma de llegar es desde Benahadux, entrando desde la gran rotonda de la carretera nacional hacia la avenida 28 de Febrero y siguiendo de frente en la glorieta que nos encontramos al final de esta vía. Pasados los primeros cortijos de la barriada de Cuevas Viejas, veremos ya las dos torres, que quedarán a nuestra izquierda.

Detalle de una de las torres del cortijo de las Dos Torres de Benahadux
Una de las torres del Cortijo de las Dos Torres de Benahadux. | Tito S./QVEA

Historia del Cortijo de Las Dos Torres

Antes de seguir, hay que incidir en que se trata de un cortijo que es propiedad privada, por lo que el acceso no está permitido y solo es posible admirarlo desde fuera. Bernardo Campos, que fuera alcalde de Almería, mandó levantar en 1868 este palacete burgués en la vega del Andarax, para regalárselo a su esposa, Ana Medina.

En sus orígenes, fue concebido como una villa de recreo, aunque posteriormente le añadiría las dos torres como palomar, a las que se accedía por una escalera de caracol, relata el periodista Manuel León.

El edificio constaba en su disposición original de vivienda en la planta alta y un almacén destinado a la uva en la parte baja. Había además habitaciones auxiliares, salas para la lectura o para la costura y una serie de alacenas. En la parte exterior se construyó otra vivienda y una capilla excavada en cueva, con portada ojival, con una cripta funeraria familiar

Cuenta además con dos anécdotas. Una, que el cortijo quedó partido con la construcción de la línea de ferrocarril Linares-Almería, por lo que el tren cruzaba cada tarde la finca. Otra, que tras un incendio, los propietarios mantuvieron una de las torres pintada de negro como recuerdo de ese suceso.

Escudo de armas de la familia Magaña, actuales propietarios del Cortijo de las Dos Torres de Benahadux. | Tito S./QVEA

La niña y la torre

En torno a este palacio existe también un halo de misterio. Existe la leyenda de que una de las familias que habitó este cortijo tenía una hija que padecía de esquizofrenia y fue encerrada en una de las dos torres hasta que falleció.

Desde entonces, dicen, ocurren casos extraños en esa torre y se cuenta también que por las noches se ve a una niña cruzando la carretera. Una leyenda que convierte a este lugar en uno de los lugares con misterio de Almería.

Qué ver en Benahadux

Además del Cortijo de Las Dos Torres, hay más que ver en Benahadux. Ya os hemos hablado de la imagen de la diosa Tanit y los yacimientos iberorromanos, ambas en El Chuche. En el casco urbano, sobre la avenida 28 de Febrero se articulan otros puntos de interés que ver en Benahadux. En torno a esta vía se halla la iglesia parroquial, en honor de la Virgen de la Cabeza, en el Paseo de Urci y a muy pocos metros del Ayuntamiento.

Muy cerca, desde la avenida, y ascendiendo por la callejuela junto a la Bodega El Chaparral, donde recomendamos una parada para comprar y probar vino del país, llegamos hasta la ermita de la Cruz. También subiendo por la misma avenida, a mano izquierda tenemos un lavadero rehabilitado en mármol, en la calle Navarro Darax.

Al final de la misma avenida, junto a la rotonda con la carretera nacional, encontramos el Centro de Interpretación de las Culturas del Mediterráneo, con un repaso a la historia de iberos, fenicios, griegos, cartagineses y romanos en la provincia.

Por último, un elemento que empezó siendo publicitario y ha acabado como Bien de Interés Cultural: el toro de Osborne. Siguiendo por la carretera nacional en dirección al municipio de Rioja, antes de llegar al puente que une estas dos localidades nos lo encontraremos a nuestra espalda; de frente, si venimos en sentido opuesto.